Interior del polémico libro infantil 'Detectives en el museo. Descubriendo misterios en la pintura'
Interior del polémico libro infantil 'Detectives en el museo. Descubriendo misterios en la pintura'

El museo Artequin de Viña del Mar (Chile) editó en 2011 ‘Detectives en el museo. descubriendo misterios en la pintura’ un libro dirigido al público infantil, con la intención declarada de acercar el mundo del arte a los más pequeños.

«El libro invita a un recorrido por la historia del arte universal a través de tres personajes: Roja, Azul y Amarilla, quienes descubrirán misterios en diferentes obras gracias a sencillas herramientas. El recorrido de Los Colores comienza en el siglo XV con ‘El jardín de las delicias’ de El Bosco y avanza en la historia hasta llegar al siglo XX para conocer una obra de la artista rusa Marianne von Werefkin. Así, en el camino, Roja, Azul y Amarilla conocen además una obra renacentista, otra barroca y dos pinturas del siglo XIX.

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En 2017, el Gobierno de Chile, bajo el mandato de Michelle Bachellet, compró 250.000 ejemplares para que formaran parte del Catálogo de Textos Escolares que el Ministerio de Educación entrega de manera gratuita a los alumnos de Tercero Básica (8 años) de las escuelas municipales y subvencionadas del país.

¿Donde está el problema? ¿Acaso el Arte es una disciplina no apta para los niños? Obviamente, no. La cuestión es si un niño tan pequeño puede entender el contenido de determinadas obras.

Fuera de su contexto, la pintura no puede ser comprendida en toda su verdad, meucho menos por alumnos de educación básica

Es el caso de ‘El jardín de las delicias’, de El Bosco, un tríptico pintado en el siglo XVI pleno de actitudes sexuales que un menor no puede comprender y ante el cual es fácil que un alumno de 8 o 9 años quede profundamente impactado.

El tríptico alude en su exterior al tercer día del relato bíblico de la Creación. Una vez abierto, en el panel izquierdo se describe el Paraíso, antes del pecado original; a la derecha, se representa el infierno. Y en el panel central, se representa la lujuria desatada tras la caída de Adán y Eva.

En este último se representan todo tipo de escenas sexuales y relaciones eróticas, principalmente entre personas de sexo distinto, pero también homosexuales y onanistas, en las que también se parecian animales.

Fuera de su contexto, la pintura no puede ser comprendida en toda su verdad, meucho menos por alumnos de educación básica. Así lo denuncia Dannia Rios, una abogada chilena especialista en Derecho Penal y defensora de los Derechos Humanos en su cuenta de Facebook.

Entre otras cuestiones, se subraya que en un libro de unas poquísimas páginas se repita hasta en seis ocasiones, incluidas imágenes ampliadas, fotografías del tríptico en el que se mnuestran, como ya se ha explicado, todo tipo de actitudes sexuales incomprensibles para los menores, aunque de gran impacto.

Macarena Ruiz Balart, directora ejecutiva de Artequin Viña del Mar, ante la polémica, suscitada hace unos meses, defiende que «una de las características del arte es representar la realidad, pero también, generar controversia. ¿Por qué? Para forjar el diálogo, detener el mundo y analizar cómo vamos ‘progresando’ como sociedad».

La cuestión es si ese debate lo pueden afrontar menores apenas formados.

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