
El problema de iniciar el camino del absurdo legislativo es que ya no puedes parar. Al primer absurdo sigue otro, y luego otro mayor, hasta que todo se vuelve patentemente risible. Lo hemos visto con todo lo que se refiere a las leyes transgénero en todos los países.
Primero tienes que aceptar que una persona de determinado sexo pertenece en realidad al contrario porque así lo afirma él mismo o ella misma. Y luego tienes que ver a un sosias de Schwarzenegger con barba incipiente destrozando récords de levantamiento de peso en la ‘categoría feminina’, y hay que aplaudir y fingir que no se ve lo que se está viendo, e incluso felicitándose de cómo el deporte femenino está acortando las distancias con el masculino en plusmarcas.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraO puede pasar lo que le pasa a CNN cuando tiene que analizar la reciente legislación transgénero de la Administración Biden, y afirma que “no hay un criterio consensuado para asignar el sexo al nacer”.
Yo, evidentemente, no lo recuerdo, pero he oído contar a mi padre de cuando salió el médico de la sala de partos y le dijo que había tenido una niña. En la repetida anécdota, mi padre en ningún momento aparece preguntándole al doctor cómo ha llegado a tan arriesgada conclusión. Con mis propios hijos, la audacia médica llegaba aún más lejos, y con una ecografía, ya suficientemente avanzada la gestación, me informaban del sexo del hijo que iba a tener. Pura brujería, imagino, o suerte ante una probabilidad del cincuenta por ciento.
La norma en concreto era una orden ejecutiva de la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, prohibiendo la participación de ‘varones biológicos’ en las competiciones deportivas femeninas. CNN “informa”, en un texto que los historiadores futuros usarán como referencia del punto de locura brujeril e ideologizada que se alcanzó en nuestros días: “Aunque las dos órdenes ejecutivas firmadas por Noem no mencionan explícitamente a los atletas transgénero, hacen referencia a los supuestos perjuicios de la participación de ‘varones’ en el atletismo femenino, un eco de la pretensión transfóbica, citada en otras iniciativas legislativas similares, de que las mujeres transgénero no son mujeres. La orden también hace referencia al ‘sexo biológico’, un término disputado que se refiere al sexo que aparece en los certificados de nacimiento originales de los estudiantes. No es posible conocer la identidad de género de una persona en el nacimiento, ni hay criterios consensuados para asignar el sexo al nacer”.
Si no hay criterios consensuados para asignar el sexo al nacer, algo que ya se hacía sin problemas en el Paleolítico, menos aún los habrá para decidir que pertenece a la especie Homo sapiens sapiens
¡Oh, lo que daría por tener una máquina del tiempo y llevarle ese texto de CNN a mis conciudadanos de hace solo unos pocos años! Nadie me creería. Imagínense, tratando de hacerles entender eso de que la afirmación de que “las mujeres transgénero no son mujeres” es una “pretensión transfóbica”. Tendría que explicarles qué es transfóbico, qué son las “mujeres transgénero” o qué quieren decir con “los certificados de nacimiento originales”. No a la gente del siglo XX; meramente a nosotros mismos hace diez años.
Por cierto, no me importaría nada ‘rectificar’ mi certificado de nacimiento ‘original’, más que nada en la fecha.
Y así hay que destruir toda la ciencia occidental, milenios de avances, para dejar paso a este pensamiento Disney convertido en ley de la tierra, que hará de todos nosotros mentirosos so pena de multa o cárcel. Porque si no hay criterios consensuados para asignar el sexo al nacer, algo que ya se hacía sin problemas en el Paleolítico, menos aún los habrá para decidir que necesita nutrientes, por ejemplo, o incluso que pertenece a la especie Homo sapiens sapiens, que no deja de ser un ‘constructo cultural’ como otro cualquiera.
Las reacciones en redes han sido abrumadoras y, por decirlo suave, no muy caritativas hacia el redactor de la nota de CNN en su mayoría. “¿Qué considera este genio que son los cromosomas y los genitales? ¿Cómo cree el periodista que se han hecho las asignaciones hasta ahora? ¿Adivinando a ciegas?”, se pregunta un usuario.
Otro, más alarmado y menos irónico, sentencia: “Ahí está, expresada en pocas palabras, la razón por la que desintonicé la CNN y acabé saciado de ‘ideología woke’ hace unos meses. La disonancia cognitiva era demasiado. Están contratando imbéciles y dejándolos a su aire. Los lunáticos se han hecho los dueños del manicomio”.