Después de poner en la picota a las producciones que forjaron la leyenda de Disney, como Blancanieves, Dumbo, El Libro de la Selva, o La Dama y el Vagabundo, a las que califica de «socialmente anticuadas» y «racistas», le ha tocado el turno a Los Teleñecos (The Muppet Show).
Los muñecos que han enseñado entretenido sin problemas aparentes a millones de niños durante décadas ahora son considerados por Disney como portadores de «contenido ofensivo» que sólo puede ser visto por adultos.
«Este programa incluye representaciones negativas y /o maltrato de personas o culturas. Estos estereotipos estaban equivocados entonces y ahora», se puede leer en un mensaje incrustado antes de que los usuarios puedan ver los episodios que han sido puestos a disposición del público de nuevo.
Disney, que si abomina de tales contenidos podría no ponerlos en circulación, prefiere nadar y guardar la ropa, obteniendo un beneficio económico pero advirtiendo de su supuesta perniciosidad: «En lugar de eliminar este contenido queremos reconocer su impacto dañino, aprender de él y generar conversaciones para crear juntos un futuro más inclusivo», ha tratado de argumentar.
Mientras censura sus clásicos, Disney no ha dejado de promocionar la ideología de género y de poner sus producciones, parque infantiles y demás áreas de negocio al servicio de los grupos de presión LGTBI.
En la última de sus controvertidas decisiones en este sentido, incluso ha llegado en su deriva ideológica a despedir a algunas de sus estrellas como Gina Carano, protagonista de la serie The mandalorian porque se atrevió a publicar una declaración controvertida en la que denunciaba el arrinconamiento que en determinados ambientes se ejerce sobre los que expresan su apoyo al Partido Republicano.
Con anterioridad, se ha dedicado a «colocar» la ideología de género ahí donde ha podido: en sus parques recreativos, poniendo anuncios LGTBI en el canal infantil Nikelodeon, anunciando a bombo y platillo la introducción de personajes LGTBI en series, cortos y largos de animación, así como en algunas de las producciones de franquicias como Marvel o La Guerra de las Galaxias.
Uno de los pocos protagonistas que aún se ha librado de la ‘guillotina’ políticamente correcta de Disney es Frozen, pese a las intensas presiones ejercidas por los grupos de presión LGTBI.
Desde el año 2019, la plataforma Internacional CitizenGO tiene en marcha una campaña internacional que reclama al director ejecutivo de la compañía Robert Iger que «detenga el adoctrinamiento LGTB en todo el mundo» y que ya cuenta con cerca de un millón de peticiones.
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