Uno de los pueblos del Mundo Hispánico que con más saña ha recibido los ataques de los enemigos de la fe católica es México. Y son de tal intensidad dichos ataques que han convertido a México en una nación mártir, al estilo de España, Polonia e Irlanda.
Ahora bien, uno de los ataques más sutiles y quizás más dañino se encuentra en la Constitución de 1917, actualmente en vigor.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraDentro de una serie de artículo de marcado corte anticlerical, destaca el 3º. En el cual se restringe el derecho que los padres tienen de educar a sus hijos.
Antes de que dicha Constitución cumpliera tres meses de haber sido promulgada, un grupo de padres de familia, encabezados por don Manuel de la Peza, decidió fundar un cuerpo intermedio que defendiese a los paterfamilias de los abusos de un Estado prepotente y anticatólico.
Fue así como, el 27 de abril de 1917, nació la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF).
Dentro del convulso escenario político y social mexicano de aquellos tiempos aparecía una institución cuyo lema era: “POR MI DEBER Y POR MI DERECHO”, queriendo significar que los paterfamilias no solamente tienen el derecho sino también el deber de velar por la educación de sus hijos.
Como todos bien sabemos, misión de todo cuerpo intermedio es actuar como puente entre el individuo aislado y el Estado todopoderoso. La falta de cuerpos intermedios hace que el individuo se encuentre expuesto a los peores abusos de funcionarios corruptos y autócratas.
A partir de la aparición de la UNPF, ya no estaría indefenso el ciudadano ante un Estado sectario y anticatólico.
Mucho es lo que a lo largo de ciento cinco años ha hecho la UNPF en defensa del derecho natural que los padres tienen de educar a sus hijos.
Un derecho que gobiernos totalitarios de inspiración marxista han pretendido arrebatarles para luego imponer una dictadura educativa que no tenga otro propósito que el de formar autómatas sin personalidad propia.
Contra esos planes de totalitarismo en la enseñanza así como contra elementos desintegradores de la Familia como lo es la pornografía, ha emprendido la UNPF campañas durante más de un siglo.
Y es que la defensa de los valores familiares –sin los cuales se pudre la sociedad- ha sido lucha continua de tan benemérita institución durante los últimos ciento cinco años.
Quienes han dirigido a la Unión durante las últimas décadas han tomado cabal conciencia de que el enemigo tradicional ya no se dedica a quemar templos, matar curas y desterrar obispos.
Actualmente el enemigo, más que cerrar templos, prefiere corromper las costumbres para que se enfríe la piedad y esos templos permanezcan vacíos.
Más que hacer mártires lo que el enemigo pretende es hacer apóstatas.
La Unión Nacional de Padres de Familia supo captar a tiempo el cambio de táctica de la estrategia masónica que busca a toda costa pudrir a la sociedad.
Y es que una sociedad podrida en la cual no existan seres pensantes sino más bien títeres que se muevan por consignas es más fácil de manipular.
Eso explica que, durante los últimos años, todos los esfuerzos de la UNPF hayan tenido como meta primordial la defensa de la moral pública.
Una sociedad podrida moralmente puede ser manipulada hasta por un sujeto de pocas luces.
Ahí tenemos el ejemplo de España en donde se procedió primero a corromper, luego a controlar, para luego terminar siendo gobernados por una coalición social comunista.
Por cierto, a quienes les interese profundizar en dicho tema, les red comendamos un libro magnífico: “De la crisis de fe a la descomposición de España” cuyo autor es Gabriel Calvo Zarraute y que ha sido editado por Homo Legens.
El próximo miércoles 27 de abril, la UNPF cumple ciento cinco años de existencia. Aprovechamos para felicitar efusivamente a su actual presidente don Luis Arturo Solís Bravo, para ofrecerle nuestro apoyo incondicional y para desearle los mayores éxitos posibles en los próximos años.
Y concluimos con broche de oro citando una significativa frase de don Quijote que bien pudiera haber servido de inspiración a los líderes de la UNPF durante todo este tiempo (El Quijote. Parte Segunda. Capítulo LVIII):
“La libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”