Los resultados de las elecciones generales de este 28 de abril en España no son el catastrófico fin de la “derecha”, sino un inicio. El inicio del fin del Partido Popular (PP) que durante años defraudó y engañó a sus electores conservadores y el inicio de la irrupción de la nueva derecha sin complejos.
Este es el momento del «paso de la muerte», que se había retardado bajo el argumento de no “dividir” el voto conservador y de derecha. Dos millones y medio de españoles se cansaron de ello y ahora tienen representación en el Congreso. Tienen voz con 24 diputados.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraQuien lo afirma es Carlos Beltramo, director de la oficina para Europa del Population Research Institute (PRI) y analista politico de RELEASE, que analizó para Actuall el resultado de los comicios.
Los 123 escaños del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), la caída a 66 del PP, el crecimiento de a 57 de Ciudadanos y los 42 de la Unidos Podemos son un mal escenario para el país, sí; pero podría haberse gestado otro peor. Beltramo lo explica y subraya: vienen cuatro años de “pico y pala”, pero después se podría “dar vuelta a la tortilla”.
Esta es nuestra conversación:
¿Qué aconteció en esta elección?
Hubo una gran movilización de la izquierda a base del miedo. El principal dato es el aumento en la participación electoral que ha sido imponente, entre 8 y 10% más que hace 3 años, y normalmente aquí se dice que cuando aumenta la participación electoral, gana la izquierda… y se volvió a cumplir.
Un factor importante en el gran triunfo de Vox en Andalucía en noviembre del año pasado fue que buena parte de la izquierda estaba desmovilizada porque el gobierno de Andalucía los tenía hartos. Ahora hubo un giro que algunos analistas no esperaban.
¿Porque Vox no obtuvo más votos?
Aún no lo sé. Habrá que obtener mas información y analizarla. Sin embargo, nótese que Vox no tenía representación en el Congreso y ahora tiene.
«Colocar en el mismo bloque de la ‘derecha’ a Ciudadanos es muy discutible, porque Ciudadanos es algo intermedio, amorfo»
¿La ley electoral influyó?
La ley electoral es la que es y es igual de ventajosa o desventajosa para todos.
La suma de votos dados al “centro” y a la “derecha” son más que los dados a la izquierda del PSOE y Podemos.
Si, de hecho, la derecha sacó más votos, pero metió menos diputados. Lo importante son cuántos diputados consigues.
Y atención, colocar en el mismo bloque de la «derecha» a Ciudadanos es muy discutible, porque Ciudadanos es algo intermedio, amorfo.
«Una victoria de un PP como está ahora mismo realmente no hubiera sido nada bueno para el tema de la vida y la familia y, en general, la cultura de España»
Algunos analistas consideran que si Vox y el PP se hubieran unido, hubieran ganado.
Puede ser, pero ¿a qué costo?
¿Por qué?
Porque Vox crece por la necesidad de muchísimos ciudadanos de tener una alternativa real a lo que el PP les venía ofreciendo hasta ese momento. Una victoria de un PP como está ahora mismo realmente no hubiera sido nada bueno para el tema de la vida y la familia y, en general, la cultura de España.
El escenario óptimo hubiera sido que ganara Vox o el PP pero con mucha influencia de Vox, para que pudiera haber una reacción contra las leyes de marxismo cultural que ya marcan este país hondamente. Guardadas las distancias, hubiera sido un escenario tipo Trump o Bolsonaro.
Otro escenario previsible, muy malo, es el que finalmente se ha dado, en el que el PSOE gana: serán cuatro años -quizá ocho- de desierto pero con posibilidad de un resurgimiento posterior debido al decantamiento de la derecha.
¿Había algún escenario peor que el actual?
Si, que ganara el PP “blandito”, identificado con el centro liberal, que no deroga las leyes de marxismo cultural, pero hace creer a los votantes que es conservador.
Este escenario hubiera desmovilizado a la gente de derecha y nos hubiera hecho mucho más daño. Ya ha pasado con Aznar y en parte del gobierno de Rajoy los conservadores se desmovilizaron, entonces se dejó ganar muchísimo espacio en el terreno de las batallas culturales.
El PP “blando” esa por fuera de derecha y por dentro de izquierda: aborto, género, laicismo.
Hoy sabemos que tenemos cuatro años más de pico y pala y mucha más gente se dará cuenta de que hay que hacer una resistencia a este rodillo de las imposiciones culturales.
«Votar a Vox no significó fragmentar el voto de “derecha” porque esa hace tiempo que dejó de ser realmente de derecha»
¿Qué se viene?
El panorama no es bueno. Dado los escaños del PSOE y de Ciudadanos, hay posibilidad de un gobierno juntos, a pesar de que el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, haya dicho varias veces que no pactaría con Pedro Sánchez. Pero para ver eso habrá que esperar hasta después de las elecciones regionales, el 26 de mayo.
El acuerdo entre esos dos partidos se antoja apropiado para evitar que los independentistas condicionen aún más la agenda del próximo presidente del gobierno.
Sin embargo, ese posible acuerdo PSOE-Ciudadanos es muy malo para el tema de la vida y la familia, va a ser un infierno: volvemos a la época de Zapatero.
No es fácil imaginar qué otras cosas podrían inventar: más educación sexual “integral”, ahora con influencia marxista y feminista de género; más transexualidad normalizada y menos libertad para los que piensan diferente, más eutanasia, vientres de alquiler, más persecución a la Iglesia, incluso tal vez abriendo un frente por sus bienes, persecución también a los colegios religiosos e imposición de materias de moral laicista.
Habrá quien culpe a Vox del fracaso de la derecha…
Sí, eso se dice. Hay quien ya dice que apoyar a Vox significó un desarme de la derecha, la fragmentación del voto. El movimiento provida y profamilia históricamente apoyó al PP y evitó dar voto a otras opciones para no fragmentar el voto llamado de “derecha” o conservador; y el PP contó siempre con eso. Y de allí que hoy en España se viva como en un país totalmente de izquierda, habiendo pasado Aznar y Rajoy por el gobierno.
Pero en realidad votar a Vox no significó fragmentar el voto de “derecha” porque esa hace tiempo que dejó de ser realmente de derecha.
Lo plantearé de otra manera. El PP como tal, está en proceso de desaparición: hay gente en el PP que estaría mucho mejor en Vox, y gente del PP que estaría mucho mejor en Ciudadanos.
¿La culpa es del propio PP?
El PP no se definió y ahora el tiempo y las circunstancias políticas lo irán decantando. Ciudadanos crecerá y será el nuevo PP “progre”, un centro liberal que le hace juego a la izquierda y Vox se consolidará como un partido de derecha conservador, absorbiendo incluso todavía más a gente que hasta aquí ha permanecido en el PP.
La gente que votó a Vox y que está en Vox sabía que si, en esta elección, hubieran mantenido el miedo y hubieran vuelto el PP blando, con alianzas con Ciudadanos, habría sido prácticamente igual de malo que Pedro Sánchez en el poder.
Los miembros del PP que apoyan nuestros valores hubieran tenido que aguantar todo y comulgar con piedras de molino. Y como ya hay mucha gente cansada de esto -para empezar, 2,5 millones de votantes- surgió Vox, ya sin medir las consecuencias de dividir el voto del PP… ¡es que el PP ya no los representa!
¿Cómo definiría este momento?
Este es el momento del «paso de la muerte», de la desaparición de un partido longevo y tradicional que captó el voto conservador, el voto pro valores, pero ocultando la agenda de esos valores; contando con ese voto pero haciendo completamente lo contrario a lo que esos votantes hubieran querido.
Ese partido ya no le sirve al votante comprometido con la vida, la familia y las libertades. Hay que entender que para 2,5 millones de españoles, no había forma de que en esta elección no se dividiera la “derecha».
La gente del PP que entró en Vox estaba cansada y encontró su lugar. ¿No es muy conveniente políticamente? Puede ser que ahora no, pero era necesario para blanquear una situación.
Es un inicio. Y la vuelta a la tortilla podrá venir quizá de aquí a cuatro años, cuando muchos jóvenes que ahora acompañan a Vox reciban su DNI y puedan votar. Vox es un inicio auspicioso de un cambio que, en el caso de España, tomará mucho tiempo, pero que dará buenos resultados.