El próximo día 11 de marzo son las elecciones parlamentarias de Colombia y habrá elecciones presidenciales en mayor y junio (primera y segunda vuelta), claramente hay distintas percepciones sobre lo que va a ocurrir y las FARC se van a enfrentar a esta prueba por primera vez. Conversamos con Juan Guillermo Guarnizo (Bogotá, 1982) sobre el histórico momento que vive este país iberoamericano.
“Nuestro reto como sociedad es tratar de ver que podemos cambiar la situación, que es mejor tenerlos en el Parlamento y defendiéndose con la palabra y no con las armas”, sostiene abiertamente.
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Suscríbete ahoraColombia está viviendo un acontecimiento único en su historia y la sociedad se encuentra convulsionada entre los partidarios y detractores de llegar a la paz con las FARC por la vía política y no militar. Guarnizo juega un papel como coordinador nacional de las Ferias ‘Colombia Renace’ de la Alta Consejería Presidencial para el Posconflicto con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), uno de los órganos más importantes a la hora de implementar los Acuerdos de Paz de la Habana. Es politólogo experto en desarrollo territorial y gestión pública, fortalecimiento institucional y relaciones gubernamentales.
Ha sido asesor de entidades públicas y privadas entre ellas la Federación Colombiana de Municipios, la Presidencia de la República de Colombia, la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Madrid, el Banco Mundial o el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP).
¿En qué estado se encuentra actualmente el proceso de paz y cuál es su papel en el mismo?
Coordino un proyecto que depende de la Presidencia de la República que se llama la Alta Consejería Presidencial para el Posconflicto, denominado ‘Ferias Colombia Renace’, una iniciativa que trata de acercar los servicios y trámites del Estado y el diálogo a las zonas más afectadas por el conflicto armado, es decir, a los lugares que fueron priorizados para la implementación de los Acuerdos de Paz de la Habana suscrito con las FARC.
Está en marcha desde el segundo semestre de 2016 cuando aún no había acuerdo suscrito con el objetivo de fortalecer el entendimiento entre las comunidades y el Estado porque hay zonas donde no se llega con plenas capacidades: zonas afectadas por la violencia, de difícil acceso y de baja capacidad institucional.
Este paquete de iniciativas busca cambiar el ‘chip’ de los ciudadanos para que vean un Estado mucho más cercano y ganarse, así, mucha más legitimidad tanto con las autoridades territoriales como con las personas que habitan estos municipios.
«Implementar el proyecto ‘Colombia Renace’ no está siendo fácil porque más de 50 años de conflicto contra una guerrilla deja unas secuelas muy grandes en la sociedad»
Trabajamos de la mano con la agencia que se creó en 2015, que es la encargada de implementar el punto 1 de los Acuerdos de Paz de la Habana: el tema de la Reforma Rural Integral. Esta agencia se llama Agencia de Renovación del Territorio y está trabajando con las entidades territoriales (gobernaciones y municipios) y las comunidades para mejorar el orden político y administrativo que tenemos, así como las condiciones de vida de las personas que habitan en el campo y cerrar las brechas entre el ámbito rural y el urbano.
No está siendo fácil porque más de 50 años de conflicto contra una guerrilla -que siempre ha sido militarmente fuerte- deja unas secuelas muy grandes en la sociedad. El Instituto Kroc, adscrito a la Universidad de Notre Dame en Estados Unidos, hizo un análisis de 34 acuerdos de paz en la implementación y ha certificado que, en términos comparados, el acuerdo colombiano es el más avanzado de todas las iniciativas de procesos de paz de todo el mundo.
Implementar un acuerdo de esta naturaleza requiere unos recursos muy importantes y una gran capacidad del Estado de dar una respuesta efectiva después de haber tenido un actor por tanto tiempo al margen de la ley, alzado en armas.
Invito a que lean sus lectores los estudios de este instituto para que conozcan los detalles de los proyectos en su plenitud.
¿Está el Estado luchando para recuperar la presencia en zonas donde tradicionalmente no la tenía por las FARC?
No es el que el Estado no haya hecho presencia, pero sí falta que esta sea mucho más constante porque hay municipios demasiado rurales y aislados.
Actualmente cuesta muchos recursos económicos y humanos acercar los servicios a poblaciones tan alejadas y si a esto le sumas la violencia, otros actores ilegales, etc. dificulta mucho la labor. En algunos municipios se ha visto más presencia militar que civil y la idea es equiparar ambas.
Ha habido numerosas violaciones del tratado de paz mientras se estaba firmando, después de firmarse e incluso en la actualidad. ¿Ha recrudecido el Gobierno sutrato con las FARC?
Cuando hay actos de este tipo se tratan en el marco de la Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación del Acuerdo Final (CSIVI) donde se ponen sobre la mesa estos temas. Allí es donde analiza cada caso el Gobierno con las FARC.
El problema y el peligro es que sigue habiendo otros actores ilegales como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) o los Grupos Armados Organizados (GAO). Está ocupando ciertos territorios estratégicos. No obstante, el Gobierno está tratando de avanzar en un proceso de negociación con ellos pero, como todavía no se ha dado un cese definitivo de la violencia, es muy difícil. Esto supone violencia en algunas zonas, atentados a infraestructuras, etc. Por ejemplo, recientemente tuvimos un atentado en un parque de Barranquilla donde murieron unos policías y se le atribuyó al ELN. Se espera que estos actores se desmovilicen más pronto que tarde.
Por lo que cuenta, entiendo que es el Gobierno el que está cumpliendo más con el tratado de paz.
Creo que es equiparable tanto lo que ha hecho el Gobierno como lo que han hecho las FARC. Por ejemplo, sí hubo una entrega de armas. La ONU fue la garante de ese proceso y se entregaron en proporciones muy por encima de otros procesos de paz que han ocurrido en el mundo. Aquí se entregó más de un arma por combatiente cuando en otros ni siquiera llegaba al arma por desmovilizado.
En el caso de las FARC, algunos de los que se desmovilizaron en las zonas destinadas para ello (en su momento llamadas ‘Zonas Veredales transitorias de normalización‘ y hoy en día ‘Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación‘, ETC) se encuentran en estos momentos trabajando en proyectos como la cooperativa llamada Ecomun.
«Creo que los funcionarios y los servidores públicos en Colombia están plenamente comprometidos y predispuestos a ayudar y a sacar el país adelante»
También es sabido que la velocidad del Estado para implantar ciertos puntos no es la ideal, y eso pasa tanto en Colombia como en todo el mundo. Uno quisiera que estas iniciativas fueran a una velocidad mayor, sin duda.
Por otro lado, creo que los funcionarios y los servidores públicos en Colombia están plenamente comprometidos y predispuestos a ayudar y a sacar el país adelante después de tantos años de confrontación.
En el marco del proyecto que yo coordino, los municipios objetivo son de muy difícil acceso: por lancha, por río, caminando o con apoyo aéreo porque a veces los caminos ni existen. Como recompensa, es muy gratificante cuando al final llegas, escuchas a la comunidad, te cuentan que se sienten un poco más seguros y en una condición diferente a cuando las FARC les rondaban. La gente tiene grandes expectativas con este proyecto porque saben que eso impactará en su calidad de vida: mayor desarrollo y mayor bienestar.
¿Se conoce el número de guerrilleros que podrán acogerse finalmente a la amnistía?
No poseo cifras exactas pero el encargado para ello es el Tribunal para la Paz. Se van a nombrar algunos magistrados que faltan y estará operativo en el primer semestre de este año. Las cifras se publicarán en la web para todo el mundo. Entiendo que haya muchas personas que se hagan la misma pregunta pero no hay datos exactos todavía. Al ser temas sensibles requieren procesos de investigación. Este tribunal cuenta con una Fiscalía, que a su vez cuenta con la Unidad de Investigación y Acusación para la Paz. Por el momento, se estima que se darán cita unos 6.000 victimarios para expiar sus pecados o crímenes frente a los magistrados y las víctimas. Este número puede variar, todavía no hay nada seguro.
¿Están ya las FARC recibiendo parte del dinero que se acordó?
Las medidas para la reincorporación pactadas incluyen una serie de ayudas para que desarrollen proyectos productivos porque la idea siempre ha sido que ellos dejen esa actividad guerrillera y haya una reconversión hacia otro tipo de labores.
Esto requiere unas ayudas, obviamente, para que les saquemos de esas actividades y ese apoyo lo está brindando el Gobierno. La entidad que está llevando a cabo esto es la Agencia para la Reincorporación y Normalización.
¿Cómo sienta este proceso a la población?
Creo que la percepción general es que será mejor tener a un grupo de estos en la arena política que en la selva alzados en armas. Nosotros, como ciudadanos, tenemos el poder la decisión a través del voto. Así es cómo la gente puede rechazar o aceptar a este actor nuevo que está en la política.
Según las últimas noticias, Timochenko -ex jefe guerrillero y candidato presidencial del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), cuyo nombre real es Rodrigo Londoño-, como figura política, no ha sentado bien en algunos sectores de la sociedad. Él es de Armenia, una ciudad del eje cafetero colombiano -zona productora de café por excelencia-, y allí no fue nada bien recibido, de hecho le abuchearon. En Florencia (Caquetá) tuvieron que cancelar el evento porque no había las condiciones para ello. Una parte de la ciudadanía no quería que se hiciera.
«De momento ya hemos salvado muchas vidas parando esta confrontación armada y eso ya es un logro»
Los últimos ataques han sido con huevos y con insultos por una parte de la población. Uno tampoco puede generalizar al afirmar que hay un rechazo total de la ciudadanía. Tampoco podemos entrar en un círculo vicioso de la violencia nuevamente. En Colombia tenemos que acostumbrarnos a ver un nuevo factor político como ellos, con sus ideas y planteamientos.
Así como a ustedes les costó en España la Transición, esto es igual. Todo es un proceso y tenemos que ser tolerantes; está claro que no es ni será fácil. Todos los conflictos dejan secuelas.
Este año tenemos elecciones parlamentarias el 11 de marzo y tendremos elecciones presidenciales en mayo y junio (primera y segunda vuelta), claramente hay distintas percepciones sobre lo que va a ocurrir y las FARC se van a enfrentar a esta prueba. De momento ya hemos salvado muchas vidas parando esta confrontación armada y eso ya es un logro.
Hablando de vidas, ¿qué pasará con los 150.000 asesinatos pendientes de juicio? ¿Borrón y cuenta nueva?
Eso es competencia del Tribunal para la Paz, de todo lo que ocurra con los crímenes, violaciones, abortos… Es un reto importante porque es una justicia transitoria que ha sido creada en el marco de este acuerdo.
Otro de los hechos que para el Estado colombiano requieren una gran atención es el asesinato de líderes sociales en ciertas regiones, lo que genera una alarma muy grave. Se están tomando los correctivos del caso para tratar de brindarles la seguridad y la protección necesarias, abogan por los derechos humanos, por la implementación del acuerdo…
¿Existe la sensación de que las FARC les ha tomado el pelo?
Los colombianos tenemos que entrar de lleno en la reconciliación. Las FARC afectaron a muchísima gente, sin duda, pero nuestro reto como sociedad es tratar de ver que podemos cambiar la situación, que es mejor tenerlos en el Parlamento y defendiéndose con la palabra y no con las armas.
Sin duda tenemos que pasar la hoja de este capítulo sangriento. Sé que no es fácil. Las víctimas han guardado su duelo por sus seres queridos, pero puedo decir que al hablar con las víctimas ellos son los más interesados en llegar a la paz. La capacidad de la víctima de trascender ese dolor y ese duelo es notable. Seguramente cueste, pero el bien a medio y largo plazo es indudable.
En España existe el dicho popular de ‘Ten cerca a tus amigos pero más a tus enemigos’…
Así es. Pongámonos en el lugar de las FARC. ¿Con qué incentivo iba alguien a participar en un proceso así si no es para tener representación política? Porque eso era lo que buscaron siempre… El espectro político estaba cerrado para ideologías como la suya. Ellos quieren estructuras para sus plataformas políticas.
Estratégicamente, que estén de éste lado de la valla es la mejor manera de controlarlos
La guerra de guerrillas es muy complicada. Es como el terrorismo islamista hoy en día y ustedes lo han vivido con los atentados del Estado Islámico. No se puede controlar a todas las personas ni lo que lleven encima: los explosivos, los camiones… La guerrilla es lo mismo. Por mucha fuerza militar que tengas, ellos juegan con las emboscadas, etc. Es extremadamente complicado.
Estratégicamente, que estén de éste lado de la valla es la mejor manera de controlarlos.
¿Qué pasará con esos guerrilleros que han decido no tomar el camino de la paz y se han vuelto a la selva? La ONU constató que eran cerca de la mitad.
La posición gubernamental es que los que están en las listas y en las bases de datos de implementación van a seguir su curso legal con toda protección. Evidentemente, el peso de la ley caerá sobre todos aquellos que siguen realizando actividades ilícitas. Entre ellos, grupos que se nutren del narcotráfico como el GAO. En el argot popular se les conoce como ‘el clan del Golfo’.
Ahora que sale el tema del narcotráfico, en el tratado se blindaban las plantaciones de coca. ¿Cómo se van a gestionar a partir de ahora?
El tema de los cultivos de uso ilícito es de los temas más complejos de la implementación.
A título personal, hay que ponerse también en los zapatos de los agricultores que están a ocho o nueve horas del casco urbano donde ni siquiera hay vías terciarias; es que no tienen ni caminos para sacar sus productos. Este cultivo tiene compradores y tiene mercado desde que está sembrado en el terreno.
Primero, si usted, por ejemplo, planta café o plátanos, le sale más costoso sacarlo al pueblo que lo que le van a dar por el producto.
Segundo, la sustitución voluntaria está también en el marco del acuerdo y la idea es que las familias que se beneficien del programa tengan una ayuda económica para la reconversión de los cultivos.
Tercero, la seguridad. Sigue habiendo mercado para la coca, es decir, los países productores se están viendo afectados porque aquí hay una producción, pero también hay unos clientes en otros lugares. Por eso el ataque debe ser en ambos sentidos: a la producción y al consumo. Por ejemplo, en Estados Unidos y en Europa hay grandes mercados que hacen que haya capos y grupos que se nutran de eso como negocio.
En Colombia se avanza en la sustitución voluntaria pero también deben tratar todas las naciones un problema tan grave como éste. Aquí ha habido hasta presencia de cárteles mexicanos. Colombia no es aún un país completamente desarrollado, estamos en un proceso de seguir creciendo, desarrollándonos, pero obviamente hay unos niveles de pobreza que empujan a este tipo de plantaciones. El desmonte de los cultivos es un proceso gradual. También es innegable que ha habido un incremento en las áreas del cultivo de coca.
Existen unos fondos destinados para el desarrollo de ciertos territorios, hay planes de salud, de educación para el campo… La idea es equiparar la calidad de vida entre la zona rural y las zonas urbanas, especialmente en estos 170 municipios priorizados en los Acuerdos de la Habana, regiones donde las FARC históricamente tenían gran presencia.
Siendo Cuba mediadora, ¿se teme que en un futuro aumente la injerencia castrista en Colombia como ha pasado en Venezuela?
No creo que ocurra nada de eso. Simplemente ha sido un anfitrión que ha hecho posible el encuentro más allá de los actos protocolarios. No veo injerencia como en el caso de Venezuela en absoluto.
Lo que sí que estamos experimentando en Colombia es el problema migratorio. Muchas personas están colapsando las fronteras con Venezuela al huir de la miseria, especialmente en la zona norte de Santander, un canal natural entre ambos países. Ustedes allí en Europa también han experimentado estas calamidades con las fuertes olas migratorias. Las autoridades están estudiando planes de contingencia para poder atender a tantas personas porque, sinceramente, llegan demasiados. En Bogotá, por ejemplo, uno encuentra mucho venezolano trabajando míseramente.
¿Cree usted que repercutirá el ‘no’ del referéndum sobre las FARC al presidente Juan Manuel Santos en las próximas elecciones?
La victoria del ‘no’ fue ajustada y los mensajes de esa campaña no fueron tan justos, por así decirlo. Hubo campañas con otros mensajes que no tenían nada que ver con que la gente entendiera lo que se estaba poniendo sobre la mesa.
¿A qué se refiere?
Hubo casos de publicidad engañosa y tradicionalmente las elecciones se definen en las zonas urbanas. Colombia es un país mucho más urbano en población que rural. La gente que más ha sufrido la violencia está en el campo, es decir, que al final la balanza de la votación fue a favor de la gente de las ciudades que poco o nada han sufrido a los grupos ilegales.
«Parece que en el ADN colombiano está incrustada la violencia y nos queda aún mucho tiempo para reconciliarnos y pasar página»
En las ciudades nos enfrentamos a la delincuencia común, como en el resto de grandes urbes del resto del mundo, pero la mayor parte de la gente que puso el pecho votó que sí.
Algo importante de señalar también es que el abstencionismo en las últimas elecciones viene en aumento. La gente joven está desencantada con la política pero algo que poco se ha dicho es que, una vez ganó el ‘no’, se incorporaron las modificaciones que ese sector de la sociedad propuso.
Sobre Santos, ¿fue el premio Nobel de la Paz una forma de estimular el proceso o de verdad lo merecía?
Las razones las tendrían en Suecia pero el efecto sí que se notó. Sin duda fue una inyección anímica. Después de la derrota del sí se dio a entender que Colombia no estaba sola, que había muchos países que apoyaban el proceso. La Comunidad Internacional se puso los zapatos y dijo “adelante, continúen”.
Estar en continua violencia impide que un país consiga cierta calidad de vida.
Nuestro actual presidente se la jugó por la paz, prueba de ello es que está intentando negociar con la otra guerrilla. Todo lo que sea salvar vidas humanas ha de tenerse en cuenta. Parece que en el ADN colombiano está incrustada la violencia y nos queda aún mucho tiempo para reconciliarnos y pasar página.
¿Cómo es el estado de ánimo de la sociedad?
Creo que hay esperanza pero también tenga en cuenta que hay otros puntos donde centrar las necesidades primarias.
¿Cómo cuáles?
Tema del empleo. Los ciudadanos ahora tienen unas preocupaciones en las ciudades con su calidad de vida, la dignificación del empleo, la crisis humanitaria con Venezuela… Hay una serie de hechos que definirán el rumbo en los próximos años.
La clave está en el entendimiento entre las ‘dos Colombias’. Vamos a ver cómo influye eso en las elecciones.