La socialista Francisca Sauquillo (Madrid, 1943) vino al mundo en una familia de las que ganó la guerra. Su padre era el teniente coronel, ingeniero industrial y abogado José Luis Sauquillo Navarro, militar del bando nacional que se pasó buena parte de la Guerra Civil refugiado en la embajada de Chile en Madrid.
Abogada laborista, ha sido diputada autonómica, senadora y eurodiputada. Y desde mayo de 2016 preside el Comisionado de la Memoria Histórica del Ayuntamiento de Madrid. Una organismo controvertido y criticado por su falta de rigor histórico y su carácter sectario.
Sauquillo sostiene que quienes, como su padre, ayudaron a ganar a Franco no merecen una calle en Madrid.
Ni siquiera los que por sus méritos acumulados en la guerra de África, como el fundador de la Legión José Millán-Astray, merecen tal distinción, a pesar de que nada tuvo que ver con el Alzamiento del 18 de julio de 1936.
Todo se basa, sostiene la presidenta del Comisionado de la Memoria Histórica, en la ilegitimidad del franquismo, asunto que la Ley de la Memoria Histórica se propone revisar desde que Zapatero vino a ganar la guerra en 2007. «Se trata de recuperar lo que pasó sin entrar en si hubo buenos o malos», señala.
De aquello, por cierto, no se libra ni su padre, el de doña Francisca. ¿Le hubiera quitado una calle en el caso de que la tuviera? Ella responde sin titubeos: «La ley es la ley y está por encima de cuestiones personales», confiesa a Actuall.
¿Dimitiría usted si la Justicia ampara a las asociaciones como Millán-Astray que han presentado alegaciones contra la Comisión de la Memoria Histórica por proponer la retirada de esta calle?
Yo no dimitiré, si los tribunales les dan la razón es un problema de los tribunales y el Ayuntamiento, no del comisionado. Hemos escuchado todas las alegaciones, hemos recibido a todos los que me han planteado quejas, incluidas las asociaciones que reclaman el mantenimiento de las calles del general Millán-Astray, los caídos de la División Azul o el general Yagüe. Les hemos contestado que nosotros no vamos contra las personas, sino que entendemos que estas figuras están en contra del artículo 15 de la ley.
¿Ustedes deciden quiénes son los buenos y los malos de la historia? ¿No debería ser tarea de historiadores y no de políticos?
El trabajo de la Comisión es el de hacer propuestas que terminaremos en el mes de septiembre. Cuando me nombró el Ayuntamiento intenté crear un comisionado de consenso y aplicar la ley de la Memoria Histórica desde nuestro punto de vista, conforme al artículo 15. Algunas personas o entidades no son conscientes de que las calles de Madrid ya se han cambiado en repetidas ocasiones.
¿Por qué se le quita la calle a Millán-Astray pero se permite una exposición fotográfica en un centro municipal? ¿No es una incoherencia?
Me parece bien que se celebre la exposición, el general Millán-Astray ha existido, como dice Rita Maestre, es historia. Lo que planteamos como comisionado es que la ley en su artículo 15 dice que hay que retirar los escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura. Es el caso del general Yagüe o Millán-Astray.
Millán-Astray estaba en Argentina cuando se produjo el levantamiento de Franco. Además Madrid le puso una calle en reconocimiento a sus acciones en la Guerra de África durante los años 20. Lo mismo Muñoz Grandes.
Sí, pero el general Millán-Astray estuvo al frente de Radio Nacional durante la dictadura de Franco desde 1939. Si después de la guerra de África no se hubiera producido una Guerra Civil y una dictadura, pues no se tocarían estas calles. Hay calles de generales que no hemos tocado. La gente que vivió la guerra y el franquismo no recuerdan los motivos por los que les concedieron la calle, sino que lo que para ellos supusieron estas figuras durante la guerra y la dictadura. A mucha gente le duele ver el rótulo de esas calles como reconocimiento de figuras que no son de paz. Por eso hay que quitarlas.
«Mi padre no era franquista aunque fue un militar de su bando, él era monárquico, y fue un socialista el que le sacó de la embajada de Chile en la que se pasó casi toda la guerra refugiado»
¿Va a poner la Comisión placas en los lugares en los que hubo checas?
En Madrid hubo 150 checas y no podemos llenar Madrid de placas. En realidad checas oficiales, y aquí están de acuerdo todos los historiadores, hubo dos: la de Fomento y la de Bellas Artes, que duraron hasta diciembre de 1937 y no hubo ningún muerto. El presidente Azaña de acuerdo con el Partido Comunista decidió desmantelar estas checas oficiales.
Pero hubo más checas donde fueron asesinadas muchas personas.
Hubo checas de distintos grupos políticos como socialistas, anarquistas, comunistas, pero en muchas ocasiones ya no existen tales edificios y, como le digo, no podemos llenar Madrid de placas.
¿Entonces van a colocar placas en las checas sí o no?
Vamos a poner una placa donde estaba la checa de Fomento. En Bellas Artes no la pondremos porque si ponemos esta placa también tendríamos que poner otra diciendo que fue el centro cultural más importante, y como no podemos llenar aquello de placas… Además vamos poner placas en la Puerta del Sol, el arco de la Victoria, etc. El Comisionado ha estado en contacto con un grupo de historiadores que realizaron un estudio sobre las checas y ellos mismos reconocen que oficialmente no hubo más que ésta.
¿No es una visión maniquea de la historia la que inspira esta ley?
Desgraciadamente la Guerra Civil fue un drama, y en ese drama unos se defendían y otros atacaban, pero todos hicieron horrores. No podemos poner una placa en todos los sitios en los que murió gente. En el cementerio de la Almudena vamos a instalar una placa en memoria de los que allí fueron asesinados. Hemos intentado recordar lo que pasó para que nada de eso vuelva a ocurrir, por eso tenemos que ser lo más objetivos posibles y señalar los sitios más importantes.
Una curiosidad: he leído que su padre, teniente coronel José Luis Sauquillo Navarro, fue militar del bando franquista. ¿Le hubiera quitado usted una calle en el caso de que tuviera una?
Mi padre se pasó casi toda la guerra refugiado en la embajada de Chile en Madrid. La ley tiene que estar por encima de las cuestiones personales y si hubiera tenido una calle no me hubiera quedado más remedio que proponer la retirada de esa calle conforme a la Ley de la Memoria Histórica. Mi padre no era franquista aunque fue un militar de su bando, él era monárquico, y fue un socialista el que le sacó de la embajada.
¿Cuándo se van a cambiar las calles de forma definitiva? ¿Esperan a la resolución judicial?
Creo que el cambio será en julio porque hay un protocolo que debemos seguir para intentar que los vecinos tengan los menos problemas posibles. Incluso estamos estudiando si hay que ayudar a los comerciantes, los vecinos no van a tener ningún perjuicio.
«Distingo la República de la guerra, que lógicamente fue un horror lo que sucedió en Madrid, pero me parece más grave lo que ocurrió en la posguerra, que se sacara a la gente de casa para asesinarla…»
El libro de Manuel Álvarez Tardío «1936: Fraude y violencia en las elecciones del Frente Popular”, aporta documentos que prueban las irregularidades en las elecciones de febrero del 36 que ganó el Frente Popular. Si aquel gobierno fue ilegítimo, ¿es legítimo entonces el alzamiento de Franco e ilegítima la ley de la Memoria Histórica?
El libro entero no me lo he leído, he leído algunas referencias. Cada historiador tiene una forma de ver las cosas. Me extraña que 80 años después ahora vean la actas de aquellas elecciones. Lo que está claro es que desde 1931 hasta 1936 hubo elecciones y funcionaron. Que hubo actas que estaban mal como dicen en ese libro, no lo sé, no lo he comprobado y no soy historiadora. Me extraña que durante la dictadura no se tratara ese tema. Para mí el Frente Popular fue un gobierno legítimo, entre otras cosas, porque luego hubo un golpe de Estado.
¿Fue ilegítimo el golpe de Estado de Franco?
Para mí un golpe de Estado siempre es ilegítimo, lo importante son las urnas y las votaciones, y lo que se produjo en 1936 es un levantamiento militar. Se puede discutir si había una situación de tensión en el país, una situación desgraciadamente de mucha pobreza, pero para mí fue un golpe ilegítimo porque las armas no pueden legitimar lo que los ciudadanos deciden a través de las urnas. Me parece más grave, desde el punto de vista personal, que hubiera asesinatos desde 1939 a 1946 reconocidos. Porque aunque fuese un gobierno ilegítimo, era un gobierno y ya no había una guerra. Yo distingo lo que fue la República, de lo que fue la guerra, que lógicamente fue un horror lo que sucedió en Madrid, pero me parece más grave lo que ocurrió en la posguerra, que se sacara a la gente de casa para asesinarla.
Entonces la ley de la Memoria Histórica es legítima.
Claro, se aprueba en 2007 y trata de recuperar lo que pasó sin entrar en si hubo buenos o malos, sino que durante 70 años se ha reconocido a una parte. A partir de 1978 se otorgaron pensiones, se permitió que volvieran los exiliados y perseguidos como Alberti, es verdad que hubo cosas que se recuperaron, pero a Zapatero en 2007 le pareció que había que hacer algunas cosas más de las que ya había. Nadie niega que existiera un Gobierno durante 40 años en el que yo viví, pero era una dictadura.
¿Es usted partidaria de sacar los restos de Franco del Valle de los Caídos?
El Valle de los Caídos tiene que ser un centro alejado de la polémica que hoy se plantea con el cadáver de Francisco Franco. Como ocurre con cualquier otra persona, los restos de Franco tienen que estar donde la familia crea oportuno. Su mujer está enterrada en el cementerio de El Pardo, lo normal es que estuvieran juntos. Lo lógico es que se le exhumara y se traslade donde diga su familia. El Valle siempre ha sido polémico, recuerdo en los años 80 que había gente que venía de fuera y nos decía: ‘¿Por qué mantienen este monumento?’ Yo les decía: ‘Los monumentos hay que intentar no tirarlos’. Creo que este capítulo hay que cerrarlo y la mejor forma de hacerlo es manteniendo el monumento, que ha sido construido con la sangre de mucha gente. Por ejemplo, el padre de Gregorio Peces-Barba. Mucha gente sufrió haciéndolo y hay mucha gente allí enterrada. Hay que tratar que sea un centro de reconocimiento. Hay cerrar este capítulo, y si el impedimento es el cadáver de Franco pues habrá que exhumarlo.
«¿Que por qué no dijimos nada de las calles franquistas en 1978? Entonces lo fundamental era lograr la libertad y la democracia; los jovenes pueden pensar ahora que lo hicimos regular, pero fue lo que creíamos mejor»
¿Por qué todo esto no interesó durante la Transición ni a comunistas ni a socialistas y sin embargo ahora es un tema de máximo interés?
Los que estábamos en la Transición lo primero que queríamos era que salieran libres los miles de presos políticos, en concreto los de la cárcel de Carabanchel. Estaban detenidos por estar en contra de la dictadura, queríamos que hubiera libertades sindicales, públicas y políticas. Discutir todo esto no entraba en nuestro calendario y quizá tendría que haber entrado. Pero tampoco ocurrió en otros países: en Alemania y Francia el tema de la memoria lo están discutiendo años después de los acontecimientos. Tampoco es que hayamos tardado más. En 1978 lo fundamental para nosotros era libertad y democracia. Había gente que ya lo decía, pero para muchos demócratas era el acuerdo, hay que darse cuenta de que se trataba de entenderse con aquellos que habían mantenido la dictadura tanto tiempo. Ahora los jovenes pueden pensar que lo hicimos regular, pero hicimos lo que creíamos mejor.
Hablando de polémicas, ¿cuál es el papel de Chema Urquijo, ex director de la Oficina de Víctimas del Gobierno vasco dentro de la comisión? Fue el que impulsó el reconocimiento a las víctimas de abusos policiales, incluyendo a los etarras Txiki y Otaegi
Conoce bien la historia española y es una persona de consenso y conciliación que tuvo un trabajo importante en el País Vasco entre las víctimas de ETA, y también para tratar de llegar a un consenso para contar la verdadera historia. Ha hecho un papel muy bueno como secretario del comisionado este año, tanto en su relación con los grupos políticos como con los que no estaban de acuerdo con el cambio de calles.
Entrevista realizada a: Francisca Sauquillo
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