A sus 87 años, el escritor y periodista, José María Carrascal, periodista insignia de nuestro país, ha publicado su libro ‘Todavía Puedo’ en el que habla, como centro de su argumentación, sobre la vida después de jubilarse y sobre todos los temas que se debaten en nuestro país en estos momentos.
El periodista subraya el cambio que ha dado la religión en la sociedad desde que era niño hasta ahora, ya que ahora tiene menos influencia en la vida pública. Ahora, parece que la fe debe profesarse en privado porque la sociedad no permite que se haga en público.
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Suscríbete ahoraEn la misma línea, habla sobre el terrorismo que lleva a cabo el Estado Islámico y sobre el crecimiento del Islam en Europa. Crecimiento que, en gran parte, viene de la inmigración, otro de los puntos que resalta en la conversación asegurando que tenemos un grave problema.
Durante la entrevista, Carrascal ha hablado también sobre el cambio de Gobierno que, a su juicio, debería estar respaldado por unas elecciones. Califica al Ejecutivo de «gobierno de diseño» y augura que no durará porque Sánchez ha elegido «unas personalidades» muy fuertes.
¿Qué le parece el nuevo Gobierno?
Lo ha elegido el Congreso legalmente, ahora, por la puerta de atrás, pero es legítimo. Aunque no está revalidado por unas elecciones. Yo creo que debería haber elecciones para revalidar eso y va a haberlas. Este gobierno no va a durar, porque es un gobierno de diseño y las cosas de diseño no funcionan. Ha elegido unas personalidades muy fuertes y ya veremos qué ocurre cuando, por ejemplo, Grande-Marlaska le diga (a Pedro Sánchez): «Oye, que hay que llevar los presos políticos a Cataluña». O Borrel cuando le diga: «Oye, que hay que abrir las embajadas de la Generalitat en el extranjero». A ver qué hacen.
En el libro habla de que ha habido una derechización de la izquierda, ¿y una izquierdización de la derecha?
Siempre la hubo, siempre ha habido una extrema derecha y una extrema izquierda que están contra la democracia. La democracia no es sólo tener derechos sino tener deberes como ciudadanos. Y una democracia sin responsabilidades individuales y colectivas no es democracia. Es la anarquía, es el caos que conduce siempre a la dictadura. Suena mucho más «la extrema izquierda» en los últimos tiempos, porque los conservadores de la derecha parecen tener verguënza de ello y dicen ser de centro-derecha.
«Tanto en Cataluña, como en el País Vasco, tienen el complejo de que nunca han sido reinos»
En cuanto a los independentistas de Cataluña, ¿por qué ese odio tan voraz contra España?
En el fondo es un complejo de inferioridad, porque tanto en Cataluña, como en el País Vasco, tienen el complejo de que nunca han sido reinos. De que no han sido nunca independientes. El gran desarrollo del catalanismo y de la Renaissance se da a caballo de que los catalanes son los únicos que podían vender sus tejidos en esa época. Empezó siendo algo, vamos a decir, patriótico, un nacionalismo más bien romántico y ha terminado siendo un secesionismo. Por ejemplo, lo de los lazos amarillos es la consecuencia de un golpe de Estado. Tenemos una democracia que nos hemos dado entre todos los españoles y, precisamente, en Cataluña fue donde más se votó. Y lo que no se puede es violar las normas que nos hemos dado.
La palabra nación sólo figura en el artículo segundo de la Constitución Española, y habla de la indisolubilidad de la unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y eso hay que respetarlo. Un parlamento regional no puede alterar la Constitución.
El mayor pecado que ha cometido la democracia española es haberle concedido todo el poder a los partidos políticos. La democracia se funda en el equilibrio de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, al mismo nivel y uno controlando al otro. En cambio dimos al Ejecutivo, que nombran los partidos políticos a través de las elecciones, el Consejo del Poder judicial. No hay independencia de poderes y, naturalmente, el Legislativo igual, y ahí han pecado tanto la derecha como la izquierda.
Marx tenía razón cuando decía: «Lo que somos viene definido por lo que pensamos» y por nuestra posición, aunque lo de Iglesias es incoherente
Tienen especialmente culpa del problema de Cataluña dos ex presidentes del Gobierno. El primero, Aznar, porque cuando necesitó seis votos para la mayoría absoluta en 1996, se los pidió a Pujol en el hotel Majestic y Pujol le dijo: «Sí, pero primero la cabeza de Vidal-Quadras«, y Aznar dijo: «Sí, señora». Y descabezó al partido y dejó a Cataluña sin el Partido Popular. Y el segundo fue Zapatero cuando les dijo (a los catalanes): «Os daré un nuevo Estatuto, y lo que vosotros digáis». Y claro, hicieron un estatuto que no tenía simplemente autonomía, sino soberanía. Y el Tribunal Constitucional tuvo que eliminar unos 20 artículos, porque se atribuían todos unas funciones de Tribunal Supremo. De esos dos, no sé cuál fue el peor.
Afirma que Rousseau era un «burgués camuflado como tantos falsos izquierdistas», y una de las definiciones que da de falso izquierdista es «aquel que cuando alcanza una determinada posición actúa como la peor derecha» y se me vino a la cabeza el nuevo hogar de Pablo Iglesias…
El chalet… [ríe] ¡Claro!, pero es que he conocido tantos de esos… Las ministras estas que han nombrado ya están dando excusas para nombrar «a este chico que era»… [alude a los enchufismos]. En el fondo, Marx tenía razón cuando decía: «Lo que somos viene definido por lo que pensamos» y por nuestra posición, aunque lo de Iglesias es incoherente. La naturaleza humana es egoísta y estamos influidos por lo que somos y dónde estamos.
Sobre la inmigración, explica que, por ejemplo, en los años 60 y 70, no había un problema en Europa de convivencia entre autóctonos e inmigrantes porque todos eran cristianos, ¿el problema de convivencia está entonces no en la raza sino en la religión? Me refiero a los musulmanes en Europa.
El problema del islamismo es que no sólo es una religión. El Corán no es solo un libro sagrado, como la Biblia, es también un derecho civil, un derecho penal, un derecho administrativo e incluso un derecho de sanidad. Les dice cuándo deben lavarse, qué ejercicios tienen que hacer por la mañana, cuando ayunar… o sea, es un medio de vida y por eso a las sociedades desorganizadas les va muy bien, porque lo tienen todo escrito.
¿Cómo analiza la cuestión sobre la inmigración?
Llegué a Berlín en el año 1957 y había una minoría persa, era escasa, vivían en Moabit, un barrio alemán al que no iba nadie, seguían sus costumbres, cerrados, sin aprender alemán. Hoy en día es tremendo: en Berlín, hay barrios enteros y además no se asimilan, siguen en su norma, y sus normas no son las nuestras.
Tenemos un problemazo derivado de la expansión de la inmigración
El problema es que Europa necesita gente joven porque tiene una natalidad muy baja, pero terminarán siendo más ellos que nosotros. Tenemos un problemazo derivado de la expansión de la inmigración. Antes vivían en sus barrios, pero ahora, se han esparcido y cada vez son más y ocupan más sitio. Lo que teme el europeo es perder la personalidad. El gran problema de la inmigración es que cada vez serán más. Como decía Marta Ferrusola: «Al final no nos van a dejar ir a nuestras iglesias». Hay que seguir el viejo refrán «En Roma ser romano». Es decir, ellos vienen aquí y deber tener todos los derechos, además los necesitamos por la baja natalidad que tenemos, pero con nuestras normas.
Pero, a raíz de esto… ¿No es mejor que desde el Gobierno se potencie el crecimiento demográfico, la natalidad y el fomento de la familia numerosa de los autóctonos?
Claro que sí. Pero eso es muy difícil porque la cultura occidental va hacia el individualismo y la satisfacción personal. La cultura de los deberes se ha perdido. ¿Por qué se perdió el Imperio Romano después de ser el Imperio más potente de toda la antigüedad? Se perdió en el momento en el que el romano cayó en el «pan y circo», donde el Gobierno tiene que dar al pueblo medios de vida y espectáculo para divertirse. En ese momento, automáticamente, la satisfacción personal se impone a los deberes ciudadanos. Con deberes ciudadanos me refiero a tener hijos, educarlos y que sean buenos ciudadanos.
En vez de tantas ayudas y tanto ‘viajecito’ a los mayores, que no lo necesitamos tanto, deberían dar subsidios por tener más hijos
Por otro lado, los gobiernos en lo único en lo que piensan es en ganar las próximas elecciones y en cómo satisfacer a los jubilados, que puedan jugar a la petanca y que puedan viajar… Pero yo creo que en vez de tantas ayudas y tanto ‘viajecito’ a los mayores, que no lo necesitamos tanto, deberían dar subsidios por tener más hijos. Ésa es la cuestión. En cuanto a lo de las familias numerosas no se ha hecho nada. Claro que deberíamos empezar por educar a los políticos.
No hay que apoyar tanto con medidas a los hombres como a las mujeres, sobre todo en su vida laboral. La mujer tiene que tener una carrera y poder que desarrollarla. Yo no creo que se arregle la cosa dando a los hombres más permiso de paternidad, pero en cambio, dando a las mujeres períodos más largos, conservando su puesto de trabajo o incluso el ascenso. Ahora hay más universitarias que universitarios pero no hay tantas madres ni tantos hijos como antes.
En el capítulo ‘Genes’ habla sobre el avance de la razón y el retroceso de la religión. ¿Cree que las nuevas tecnologías o la ciencia están ayudando a que la religión se quede atrás?
Yo diría que sí y no. La religión, o religiones, han tenido grandes enemigos y han sido combatidas, por ejemplo, por la Ilustración; por la ciencia, que dice que no se adapta. Últimamente han llegado a una tregua, aunque habría que diferenciar entre las religiones monoteístas y las politeístas. Los problemas han sido de las religiones monoteístas, sobre todo. Por ejemplo, el islamismo está en claro choque con la vida moderna, con la ciencia, con la democracia…
el islamismo está en claro choque con la vida moderna, con la ciencia, con la democracia…
¿Qué cambio ha sufrido la religión en la actualidad?
La religión de mi infancia a la de ahora es como el blanco al negro. La religión tenía una tremenda influencia en la vida civil y ahora los campos se han delimitado mucho. La religión ha pasado a ser algo personal e incluso, se puede decir que es a la carta. Yo tengo amigos que creen en la Iglesia Católica y no siguen los preceptos de la Santa Madre Iglesia, como el de ir los domingos a misa. La iglesia ha dejado de tener la influencia que tenía en la vida pública.
Sin embargo, el islamismo cada vez avanza más…
Yo lo he visto en la población negra norteamericana, donde el islamismo ha tenido un gran avance. Porque, en el fondo una religión es una forma de vida. Y los países que no tienen una estructura política lo consiguen mediante la religión. Por eso en las tribus el hechicero es la máxima autoridad, no solo religiosa sino también política y judicial.
De hecho, pasa entre nosotros también, yo he conocido gente tremendamente formada y científicos que dicen que necesitan tener una religión, necesitan creer en el más allá, que no todo se acaba aquí.
Uno de los episodios del libro con los que más preguntas me han surgido es con el de choque de civilizaciones y generaciones. En un momento habla de los terroristas del llamado Estado Islámico, que matan en nombre «de su Dios» ¿Cree que esos crímenes están motivados por la religión o que no tiene nada que ver?
Yo no he leído el Corán entero pero sí algunos fragmentos y la guerra santa es uno de los preceptos del Islam. O sea, hay que expandir por la fuerza el islamismo. De hecho, en los países islámicos los ciudadanos no islamistas, no mahometanos son ciudadanos de segunda categoría.