El pasado 3 de junio Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, y Esteban Moctezuma, Secretario de Educación Pública del país, anunciaron una polémica medida: niños y adolescentes podrían usar como uniforme escolar falda o pantalón independientemente de su sexo.
“El tiempo en el que las niñas tenían que usar falta y los niños pantalón ha quedado atrás, […] los niños pueden traer falda si quieren y la niñas pantalón si quieren”, dijo Sheinbaum.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraLe llamaron política del uniforme “neutro” y generó una intensa reacción crítica que provocó una “rectificación” casi inmediata, pero la polémica aún continúa en el aire.
Para la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF), la mayor, más antigua y combativa entidad que congrega a ese sector, la medida no fue ni una ocurrencia ni un paso en falso de los funcionarios, sino una clara provocación.
“Fue un intento descarado para probar si la sociedad reaccionaria o no… y les obligamos a rectificar”, asegura Leonardo García Camarena, su presidente.
La UNPF ahora moviliza sus miembros por todo el país para garantizar un contrapeso a una reforma educativa que esta en marcha y que consideran puede ser regresiva.
Esta es la conversación de Actuall con García Camarena:
Recientemente el Gobierno de la Ciudad de México anunció un uniforme escolar ‘neutro’. Ustedes cuestionaron la medida. ¿Por qué?
Porque nos pareció absurda. Consideramos que es un primer paso, práctico y contundente, para la implementación de la ideología de género en las escuelas. Del uniforme supuestamente “neutro” pasarían al baño “neutro” que abriría las puertas para la presencia de varones disfrazados de mujeres en el baño de las niñas.
Si la etapa de preescolar, primaria y secundaria es la etapa de formación del carácter, de la personalidad y de la identidad, suficientes confusiones conlleva esa etapa como para agregarles otras.
¿Los padres de familia fueron consultados?
No. Ni consultados ni avisados previamente.
¿La medida tiene implicaciones para el resto del país?
El llamado uniforme “neutro” fue implementado solo en la Ciudad de México, cuyos últimos gobiernos se han caracterizado por llevar hasta sus últimas consecuencias mucho del andamiaje administrativo, jurídico y político de la ideología de género.
Fue la actual jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quién anunció la medida: “El tiempo en el que las niñas tenían que usar falta y los niños pantalón ha quedado atrás, […] los niños pueden traer falda si quieren y la niñas pantalón si quieren”, dijo.
En el acto estaba presente Esteban Moctezuma Barragán, titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), que luego de las palabras de Sheinbaum exhortó a otros estados para hacer lo mismo.
Para mi es claro que, aunque es una directriz local, la querían impulsar en todo el país. Quizá creyeron que habría una reacción en cadena.
Y la hubo, pero en sentido contrario.
Así es. Hubo una molestia profunda por parte de padres de familia y educadores.
Moctezuma dijo después que hubo una confusión, que la determinación era solo para las niñas.
Si y mintió. La medida fue anunciada en una escuela de la Ciudad de México el lunes 3 de junio por la mañana. La jefa de gobierno fue muy clara al decir que también los niños podrían usar falda. Moctezuma la escuchó y apoyó.
Luego, al medio día, Sheinbaum ratificó lo que dijo en un tuit: “La falda no será ya exclusiva para las niñas y el pantalón para los niños”.
Ese mismo día emitimos un comunicado crítico que provocó reacciones de todo tipo, tanto en los medios formales como de las redes sociales.
Una de esas reacciones fue la del propio presidente ¿no?
Así es. A día siguiente, el martes 4 de junio, en su rueda de prensa mañanera, Andrés Manuel López Obrador dijo que no se metería en ese tema “porque era polémico”.
Nosotros leímos ese gesto como un lavarse las manos, dando a entender que dejaría solos a la Jefa de la Ciudad de México y al Secretario Moctezuma.
También dijo que el pueblo debería de haber sido escuchado.
Si. Es un “mantra” del presidente cuando sabe que alguna medida es impopular.
El presidente suele usar dos tácticas muy claras cuando no quiere contestar una pregunta comprometedora: o afirma que “él es dueño de su silencio” o dice “no me voy a meter en ese tema porque es muy polémico, se debe escuchar primero al pueblo”.
Esto último lo dijo ahora y la ha dicho respecto al aborto o en otros temas.
Por supuesto que coincidimos con él en que en este y en otros asuntos el pueblo debe ser consultado, aunque también sabemos que son formas de evitar un desgaste.
El comunicado que ustedes publicaron canalizó la presión hacia el Gobierno.
Al parecer, si. La tarde de ese mismo martes, Claudia Sheinbaum declaró que la medida era solo para las niñas, para su mayor comodidad, y que ella nunca se había referido a los niños. Mintió.
Parecía que estaba preparando el terreno para bajarse del tema.
El jueves 6, sería el mismo Moctezuma Barragán quien afirmaría que el uniforme “neutro” era solo para las niñas, que todo había sido una confusión.
«Nos preocupa que por presiones ideológicas los contenidos de los planes y programas educativos de esa reforma vengan impregnados de ideología de género, bajo el eufemismo ‘perspectiva de género'»
Pero el daño ya estaba hecho.
Claro. Ese mismo jueves los medios de comunicación habían consignado tres casos: 5 alumnos varones de una secundaria pública de la Ciudad de México se habían presentado a clases con falda; lo mismo había sucedido en una Preparatoria oficial; y en el estado de Puebla, el Secretario de Educación local anunció que los niños podrían asistir a clases como ellos quisieran.
Fue un intento descarado para probar si la sociedad reaccionaría o no.
Desde hace más de 40 años, las escuelas – tanto de financiamiento público como privado – permiten que las niñas asistan a clases con mayas cortas o short bajo sus faldas, con pantalones deportivos o tal cual pantalón común para dama sin necesidad de mediar ningún tipo de documento o acción oficial.
Se trató claramente de una provocación.
¿La provocación fue de Sheinbaum y de Moctezuma o también del presidente?
Creemos que partió de la jefa de Gobierno y del Secretario de Educación que forman parte de algunos de los grupos más ideologizados entre los aliados del presidente. Como un todo, el gobierno de López Obrador coquetea con casi todas las agendas. Esta es una de ellas.
No es voluntad, gusto o necesidad del presidente implementar una agenda radical de género. Su discurso el pasado 8 de marzo en el Dia Internacional de la Mujer evidencia esto.
Sin embargo, algunos grupos al interior de su Gobierno lo presionan cada vez más, como el representado por la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y otros, impulsan su agenda por su cuenta, sin considerarlo, sobre todo en el terreno Legislativo.
¿Esperan que haya nuevas provocaciones?
Más que provocaciones se viene una dura batalla en el campo educativo: nos preocupa que la reforma al artículo 3o constitucional, ya aprobada, y las leyes secundarias derivadas. Todo parece indicar que habrá una regresión.
Nos preocupa que por presiones ideológicas los contenidos de los planes y programas educativos de esa reforma vengan impregnados de ideología de género, bajo el eufemismo “perspectiva de género”.
¿Qué harán?
Movilizar a los padres de familia que están inconformes y preocupados, pues no podemos contemplar pasivos esta ofensiva.
Debemos impulsar la participación de padres de familia, líderes sociales, organizaciones e instituciones en los foros, audiencias y espacios para el debate, especialmente e el parlamento abierto que ambas cámaras legislativas organizarán en las próximas semanas para proponer cambios necesarios en las leyes secundarias.
Capacitaremos a los padres de familia para participar activamente en los nuevos 300 mil comités escolares que creará el nuevo gobierno federal y para que ejerzan su derecho de exigir que se respeten los valores con los que educan a sus hijos.
Mediante carta personalizada o amparo podrán protegerse para que a sus hijos no se les exponga en la escala a contenidos cargados de ideología de género.