César Mosquera se negó a imprimir invitaciones para una boda gay: «No odio a los homosexuales»

    Durante una entrevista concedida a Actuall, César Mosquera asegura: "mis valores y mi fe señalan que el matrimonio natural fue constituido por Dios entre un hombre y una mujer biológicamente creados".

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    César Mosquera recurre las demandas por negarse a hacer invitaciones para una boda gay.

    Un cristiano evangélico lleva tiempo perseguido por los lobbies LGTBI de Chile tras negarse a imprimir invitaciones para una unión civil homosexual, aludiendo a sus creencias. Se trata de César Mosquera, propietario de la imprenta Publicamos.

    Ha sido demandado en tres ocasiones y aún así, este cristiano asegura que volvería a negarse mil y una vez a hacer algo «en contra de sus valores».

    Algunas personas creen que La Sexta da información.

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    ¿Cómo se define César Mosquera?

    Cómo un hombre que ama a Dios con todo su ser, un hombre de convicciones valóricas profundas basadas en la Santa Biblia; un hombre de familia que ama a su esposa y a sus dos hijos; un hombre que ama la vida; un hombre sencillo que busca seguir, imitar y enseñar el camino de Jesucristo a través de la predicación del Evangelio y el ejemplo; y también un hombre que lucha por la verdad.

    «La unión civil (convivencia), sea esta homosexual o heterosexual, daña y degrada la institución del matrimonio natural»

    ¿Por qué se negó a realizar invitaciones para una unión civil entre dos hombres?

    Porque mis convicciones, mis valores y mi fe señalan que el matrimonio natural fue constituido por Dios entre un hombre y una mujer biológicamente creados, eso es lo que señala Génesis 1:28 y 5:2.

    En este sentido, para mi conciencia, haber participado en la impresión de estas invitaciones me hubiera hecho cómplice de algo que Dios no aprueba. Es importante señalar que para mí la unión civil (convivencia), sea esta homosexual o heterosexual, daña y degrada la institución del matrimonio natural.

    ¿Cómo se lo tomó la pareja?

    Muy mal, ellos en agosto de 2015 me solicitaron a mi correo una cotización de estas invitaciones, al darme cuenta que era una unión civil homosexual, les respondí amablemente lo siguiente: “Estimado Pablo, no podemos hacer este parte, va en contra de nuestros valores, que te vaya bien, saludos.”, ante lo cuál me respondieron de inmediato lo siguiente: “Perdón, creo que su respuesta debió ser contra sus creencias morales, no valores. Saludos y gracias por su respuesta.”

    De ahí en adelante interpusieron una demanda judicial apoyada por el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) y por Fundación Iguales, un grupo de activistas que defienden los derechos de los movimientos LGBTI.

    Además esta pareja participó de un programa de televisión haciendo público este caso y de ahí en adelante se fue masificando la noticia por diferentes medios de comunicación.

    «Jamás pensé que me podían perseguir en mi país por esto, ya que se supone que estamos en una nación que respeta los derechos humanos fundamentales y la libertad religiosa»

    Yo llamé telefónicamente a uno de los jóvenes para explicarle la razón por la cual me negué a imprimir sus invitaciones, le dije que mi negación tenía que ver con mi fe. Tuvimos una conversación cordial y cada uno pudo exponer sus puntos de vista. Al terminar la conversación el joven se comprometió a no seguir adelante con esta demanda y me explicó que simplemente querían darme una “lección”, pero no cumplió con su palabra, quizás porque se vio presionado por el lobby gay, ya que para ellos este caso sería emblemático si lo llegaban a ganar.

    Cuando tomó la decisión, ¿no pensó que le podrían tachar de ‘homófobo’ en su país y su empresa podría ir a la ruina?

    La tomé seguro de mis convicciones, sin dudar y en forma natural, porque soy un hombre de principios valóricos y si algo afecta mi conciencia yo no podría hacerlo. Jamás pensé que me podían perseguir en mi país por esto, ya que se supone que estamos en una nación que respeta los derechos humanos fundamentales y la libertad religiosa ejercida en la objeción de conciencia, obligarme a hacer algo que yo no estaba dispuesto es esclavitud, eso no es libertad.

    Respecto al tema de la homofobia, yo no tuve temor de ser tratado de “homófobo”, ya que, en primer lugar, yo no odio a los homosexuales y ningún cristiano los odia, al contrario, considero que son personas con dignidad que merecen respeto como todos.

    «En medio de toda esta situación recibí muchos insultos vía redes sociales de parte de los mismos que piden respeto y ‘tolerancia'»

    Además, semánticamente este concepto de “homófobo” es erróneo, ya que la palabra fobia viene de “fobos” que significa “pánico” o “miedo a”, en ese sentido los activistas LGBTI han utilizado esta palabra “homofobia” con el fin de etiquetar a cualquier persona que este en contra de su pensamiento para acallarlo y dejarlo como “intolerante” ante la opinión pública.

    En medio de toda esta situación recibí muchos insultos vía redes sociales de parte de los mismos que piden respeto y “tolerancia”, entre esos insultos lo más repetido era “homofóbico”, pero es el coste que se debe asumir cuando planteamos la verdad y defendemos los valores de Dios. No pensé en la ruina económica de la empresa porque para mi es más importante agradar a Dios antes que a los hombres.

    Recibió tres demandas… Tiene esposa, unos hijos a los que mantener…¿Cómo ha afectado todo esto en su casa?

    Sí, la primera demanda la perdí y la pareja que me denunció fue apoyada por el SERNAC y Fundación Iguales. La segunda demanda terminó con un avenimiento con la otra pareja que me denunció quienes fueron apoyados por el SERNAC y el Movimiento de Liberación Homosexual (MOVILH) y la tercera demanda fue interpuesta por la primera pareja de la primera demanda, esta denuncia era por la Ley de Discriminación (Ley Zamudio), pero no prosperó y fue retirada milagrosamente debido a que esta pareja se separó al cabo de un año de haber contraído su unión civil.

    César junto a su esposa e hijos.

    Si, tengo esposa e hijos, le comento un poco para explicar el contexto. En el momento que me llegó la solicitud de estos jóvenes para imprimir sus invitaciones (Agosto 2015), yo no estaba dedicado totalmente a mi pequeño emprendimiento, de hecho en ese tiempo yo llevaba trabajando desde hacía un par de meses como diseñador gráfico dependiente en una empresa externa.

    «Con estas demandas el lobby gay quiere amedrentar y acallar las voces del mundo cristiano y conservador para imponer la ideología de género en la sociedad»

    Mi pequeño emprendimiento ya no era el sustento económico total para mi familia, sobretodo cuando pasó esta situación, porque con toda la exposición pública la empresa obtuvo “mala publicidad” debido a los constantes ataques de parte de los activistas homosexuales y por lo mismo los pedidos fueron declinando cada vez más.

    Al ser demandado, ¿se coartó su libertad religiosa?

    Claramente acá hubo una persecución solapada y discriminación religiosa hacia mi persona. Considero que con estas demandas coartaron mi libertad de ejercer mi libertad religiosa y mi libertad de negarme a hacer algo que iba en contra de mis convicciones religiosas. Con estas demandas el lobby gay quiere amedrentar y acallar las voces del mundo cristiano y conservador para imponer la ideología de género en la sociedad.

    ¿Sufrió acoso por parte del lobby LGTBI?

    Para mi estas demandas representan un acoso, es una manera solapada de perseguir a los cristianos. Además, recibí correos y comentarios ofensivos por ejercer mi libertad religiosa.

    Si le vuelve a suceder algo parecido en su imprenta, ¿volvería a anteponer sus creencias religiosas frente a su trabajo/negocio?

    No sólo en el ámbito laboral sino que también en todo aspecto de mi vida. Yo siempre voy a anteponer mis creencias religiosas por sobre todo lo demás, porque para mi Dios está primero que cualquier otra cosa en el mundo, Él me ha hecho tanto bien que no puedo negarlo, por lo mismo tengo el derecho de expresar mi fe tanto en lo privado como en lo público.

    Es cierto que desde el punto de vista legal he perdido esta batalla, pero en el ámbito espiritual he ganado porque no cedí ante la presiones del lobby gay y del mismo SERNAC, quienes quisieron obligarme a realizar algo que estaba en contra de lo que yo pienso y creo. Los apóstoles dijeron: “Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres!».

    Entrevista realizada a: César Mosquera

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