La Dra. Jennifer Roback Morse es una autora católica, oradora, académica y fundadora del Instituto de Ruth.
El Instituto lleva décadas investigando para apoyar a los individuos y a las familias perjudicadas por el divorcio, la actual cultura de enganche, y otras formas de desintegración de la familia.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraMorse está casada y tiene dos hijos (uno de ellos adoptado en Rumania) e imparte conferencias provida desde una óptica cristiana sobre el matrimonio, la sexualidad y los efectos nocivos de la revolución sexual.
Doctora en Economicas, fue profesora en las Universidades de Yale y de George Mason antes de abandonar la vida académica para centrarse en el cuidado de sus dos hijos.
Catholic World Report ha hablado con la doctora Morse sobre el impacto de la revolución sexual, el divorcio «sin culpa», la cohabitación, la homosexualidad, la transexualidad, y la «Amoris Laetitia». Extractamos para Actuall la entrevista:
¿Cómo definiría la revolución sexual?
Yo lo definiría atendiendo a tres componentes: 1) la ideología anticonceptiva, que sostiene que una sociedad buena y decente debe separar el sexo de la procreación, 2) la ideología del divorcio, que afirma que una sociedad buena y decente debe separar sexo y procreación del matrimonio, y 3) la ideología de género, que señala que no hay diferencias entre hombres y mujeres.
No hace mucho tiempo, tanto los Estados Unidos y Europa fueron sociedades cristianas. ¿Cómo hemos llegado a este punto?
Una por una, estas ideologías han sido promovidos por élites poderosas. Comenzó con promocionar el control de la poblacion, que es la separación del sexo de la procreación. Lo que vino después no habrían sido posible sin este principio. El control de la poblacion significa el uso de algún método anticonceptivo, respaldando el aborto cuando la anticoncepción falla.
Una vez que el control de la poblacion fue aceptado, se produjo un movimiento hacia el divorcio “sin culpa” y la despenalización de diversas clases de comportamientos sexuales. Gracias a leyes elaboradas por los abogados financiados por dirigentes de las Fundaciones Ford y Carnegie.
La disponibilidad de la píldora se generalizó alrededor de 1960.
Sí, pero creo que la ideología anticonceptiva es más importante que la tecnología. La gente ha sabido durante mucho tiempo cómo controlar la fertilidad.
Lo que hay que recordar sobre la anticoncepción es que en realidad no estaba destinada a la madre con 12 ninos que lucha para sobrevivir, sino a las personas que tienen relaciones sexuales con quien quieran, cuando quieran. Esto cambia el pensamiento de la gente, haciéndonos creer que tenemos derecho a tener relaciones sexuales sin bebés.
Y el aborto es consecuencia directa de los anticonceptivos…
Cuando la anticoncepción falla, como sucede, nos encontramos con que la gente no quiere asumir a esos bebés. Y eso abastece de combustible la demanda de abortos. Las consecuencias de la ideología anticonceptiva son de largo alcance.
«Los hijos de divorciados sufren ansiedad y miedo al compromiso cuando llegan a la edad adulta: este es un efecto del divorcio del que nadie habla»
En California se van a cumplir 50 años del llamado divorcio “sin culpa” ¿Qué efecto ha tenido el divorcio generalizado sobre las familias?
Los ninos constituyen la principal víctima. Aducían que no pasaba nada, que no era para tanto… que los ninos son resistentes, y que lo superan. No es eso lo que concluye la investigación y las estadísticas. Eso en la edad infantil, porque en la edad adulta los hijos de divorciados experimentan aún mayores trastornos.
Un estudio siguió a los hijos de un divorcio durante un período de 25 años, y demostró que los efectos del divorcio se intensificaron a medida que pasaron a la edad adulta joven. Muestran miedo al compromiso y falta de confianza. El divorcio de sus padres les crea ansiedad y un trauma del que nunca se recuperan. Es un efecto de divorcio del que nadie habla.
¿Conocen vds. casos concretos con nombres y apellidos?
Tenemos una “niña del divorcio”: es Jennifer Johnson que dirige el proyecto Niños de Divorcio del Instituto Ruth. Ha tardado mucho tiempo en recuperarse y el tema sigue siendo doloroso para ella. Fue testigo del nuevo matrimonio de sus padres, y por eso dice “Yo tenía cinco padres y eso me marcó”.
Tampoco se habla mucho de quienes no querían divorciarse y se vieron forzados.
El divorcio ha creado una industria del divorcio, cuyo propósito es separar al miembro renuente de su matrimonio. No tenemos idea de a cuántas personas les hubiera gustado permanecer casadas, pero tienen que conseguir un divorcio porque eso es lo que quiere el cónyuge. El sistema favorece a la persona que quiere el divorcio.
Es decir, hay todo un negocio en torno al divorcio.
La industria incluye a los abogados y también a los diseñadores financieros para calcular la cantidad que un padre puede permitirse para la manutención de los ninos. Estos planificadores son personas del sector privado, pero que actúan como agentes del Estado. La persona que paga la manutención de los menores puede que no haya hecho nada malo, pero el gobierno investiga su vida financiera y ejerce control sobre él. Ocurre lo mismo con la custodia del nino. Hemos reducido la libertad de las personas, y aumentado el poder del gobierno.
«Lo más peligroso para el nino es vivir con la mamá cohabitando con un novio que no es su padre»
“Vivir juntos” antes del matrimonio era mal visto antes de la revolución sexual, ahora es casi la regla general hoy en día.
La cohabitación no te prepara para el matrimonio. La ciencia social dice que es una mala preparación para el matrimonio, pero una buena preparación para el divorcio. Y si encima esa pareja que se va a vivir los dos juntos tienen hijos esto repercute también negativamente en los ninos, en la medida en que las relaciones de sus padres son menos estables y a menudo les ven separarse y con una nueva pareja.
También vale la pena señalar que el lugar más peligroso para el nino es un hogar donde vive con la mamá cohabitando con un novio que no es el padre del nino. La nueva pareja no está interesada en el nino, pero sí en la relación sexual. Si se miran las noticias con atenta mirada, se verán muchas historias de ninos que sufren violencia e incluso en algunos casos son muertos a golpes, siendo inevitablemente el autor un novio con el que cohabitan.
¿Qué opina sobre las madres trabajadoras y las guarderías?
No soy una absoluta anti-guarderías. Pienso, sin embargo, que se abusa de ellas. Nuestra sociedad parece haber conseguido tranquilidad con las guarderías, pero lo que diría a los jovenes es que no a todos los ninos les va bien en ellas. Es posible que tenga un nino que sufra rabietas o mordeduras en la guardería, por lo que entonces no se puede planificar la vida alrededor de la idea de que ambos padres vayan a trabajar.
¿En qué medida la aceptación generalizada de la homosexualidad es un reflejo de la revolución sexual?
Es una continuación del avance de la revolución sexual. Se inicia con la separación del sexo de los bebés. El sexo gay es lo último en sexo estéril. Puedes tener relaciones sexuales con quien quieras y no tener que preocuparte por la posibilidad de tener bebés.
¿Y qué supone la actual proliferación de los “trans”?
Es el siguiente paso en la revolución sexual. El “matrimonio homosexual” fue el gran premio: institucionaliza la idea de que el matrimonio no tiene nada que ver con los ninos. Una vez que se adopta, el movimiento no se dirigió hacia la poligamia, aunque el principio legal toma cuerpo.
Lo que ha venido después es la ideología de género, la idea de que el cuerpo humano pertenece al campo de la libertad humana. La idea de ser un hombre o una mujer es opresiva. Es el último paso en la deconstrucción del cuerpo y de la vida humana. Es una locura y no tiene sentido.
«Después del matrimonio gay y los trans, vendrá la ‘paternidad por contrato’: que una pareja de lesbianas fertilice sus óvulos con esperma de una pareja gay masculina»
¿Qué será lo siguiente que nos tocará ver?
Creo que va a ser la “paternidad por contrato”. Ocurre cuando, por ejemplo, una pareja de lesbianas tiene sus óvulos fertilizados por el esperma de una pareja masculina “gay”. En este caso, ¿quiénes son los padres?
Complicadísimo…
Dado que ese planteamiento no se basa en la biología, es irrelevante quién dio el espermatozoide u óvulo. Lo que es relevante es el deseo de los adultos. Las dos lesbianas podrían decir que son los padres, y la pareja masculina “gay” podría decir que también lo es. Por lo tanto, el gobierno se involucra, e incluye una tercera o cuarta línea en una partida de nacimiento que indica quiénes son los padres. Más adelante, es posible ver al nino en torno a tres o cuatro hogares diferentes.
¿Cómo ha respondido la Iglesia Católica a la revolución sexual?
Durante mucho tiempo constituyó el último reducto; y eso generó una gran hostilidad hacia la Iglesia. Dijimos que ciertos comportamientos eran equivocados, así que nos pusieron la etiqueta: terminamos con un gran cartel colgado en nuestras espaldas.
Pero la disidencia dentro de la Iglesia Católica a la doctrina sobre el matrimonio y la familia ha creado una gran apertura a la revolución sexual. Y hemos visto que incluye a miembros de nuestra jerarquía.
Por eso, en el Instituto Ruth, hemos querido destacar y honrar a prelados católicos que están diciendo que Amoris Laetitia debe leerse en continuidad con la anterior enseñanza sobre el matrimonio y la familia. Esto incluye al arzobispo Sample, el arzobispo Charles Chaput de Filadelfia y a los obispos de Alberta y de los Territorios del Noroeste.
«Si los ninos ven que los padres se faltan al respeto entre sí o son insensibles con el otro, irán en dirección opuesta»
¿Qué consejo daría a los padres para preparar a sus hijos ante el matrimonio?
Lo más importante que pueden hacer los padres es asegurarse de que su propio matrimonio sea sólido. Si los ninos ven que se faltan al respeto entre sí o son insensibles con el otro, irán en dirección opuesta.
¿También son importantes los criterios religiosos?
Es necesaria una buena instrucción en la doctrina católica, para entender por qué creemos y nos comportamos como lo hacemos. En el Instituto Ruth tenemos grupos de lectura para ayudar a los participantes a entender estas cuestiones. No somos un grupo político, sino que ofrecemos las herramientas que necesitan para comprender y compartir mejor su fe.
¿Son ustedes una organización confesional?
No somos oficialmente una organización católica, y de hecho realizo presentaciones a grupos que no son católicos. Pero todo lo que enseñamos está en línea al cien por ciento con la doctrina católica.
¿Cómo se ha recibido su trabajo?
Tenemos nuestros enemigos. El Southern Poverty Law Center nos ha catalogado oficialmente como un “grupo de odio.” Y nos ha incluido en su lista negra.
Sin embargo, otras personas están agradecidas y aliviadas por escuchar lo que tenemos que decir.
¿Aliviadas?, ¿por el daño producido por la revolución sexual?
Ayudamos a la gente para que empiece a abordar las “heridas” que han experimentado ellos mismos o las personas de su entorno. Gran parte de la sociedad suprime el daño que la revolución sexual ha provocado sobre los individuos, ocultándolo con lo que yo llamo un “discurso feliz”. Dicen que todo el mundo está bien, que los ninos van a estar bien. Por lo tanto, tratamos de darle a la gente el espacio y la oportunidad para reconocer que sus experiencias eran dolorosas, y que puedan sanarlas.
Y hemos tenidos gran éxito con nuestros programas, especialmente con el de media jornada Curando la desintegración Familiar.
* Traducción de Cristina Castro.