«El lobby de género quiso silenciar a un gigante en Ecuador», dice el Frente por la Familia

    Actuall entrevista a Linda Arias, del Frente Nacional por la Familia, después de que la Justicia ecuatoriana determinó que la marcha 'Con Mis Hijos No Te Metas' no vulneró ningún derecho constitucional de la 'comunidad LGBT'. La activista pro familia asegura que las marchas continuaran hasta que el Gobierno les escuche.

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    Linda Arias, dirigente del Frente Nacional por la Familia. Imagen: Actuall.
    Linda Arias, dirigente del Frente Nacional por la Familia. Imagen: Actuall.

    La Justicia de Ecuador determinó que la multitudinaria marcha ‘Con Mis Hijos No te Metas’, realizada el pasado 14 de octubre, no incurrió en discriminación contra homosexuales ni puede considerarse como propagadora de ‘odio’.

    Un fallo del Tribunal Penal de Quitumbe (Quito), emitido el miércoles, consideró que no había razones para acatar la ‘acción de protección’ solicitada por tres activistas que afirman que los derechos constitucionales de ‘la comunidad LGBT’ fueron vulnerados en la manifestación.

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    Éstos  querían ver a los obispos de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana y a algunos pastores evangélicos en el banquillo de los acusados, aunque no fueron ellos los que organizaron la iniciativa.

    Actuall entrevista a Linda Arias, dirigente del Frente Nacional por la Familia, quien considera que la acción judicial fue una tentativa de frenar el movimiento, y de silenciar a obispos y pastores. Y afirma contundente: «No nos pararán».

    ¿Qué valor tiene para ustedes la decisión del Tribunal Penal?

    Es inestimable. El tribunal constató que no existía ninguna prueba que validara las acusaciones hechas a la marcha ‘Con Mis Hijos No Te Metas’. En ningún momento hubo actitudes discriminatorias contra homosexuales ni hubo, como los demandantes decían, discurso de odio. Cabe señalar que la demanda fue muy mal montada.

    ¿Por qué?

    Porque primero solicitaron una medida cautelar para que la marcha no se realizara, querían censurarla, impedir que ejerciéramos nuestro derecho de manifestarnos. El Tribunal Penal determinó que no era procedente, llegó de forma extemporánea, y que debería de haberse solicitado una ‘acción de protección’.

    Los jueces enmendaron el error en el que incurrieron los acusadores y convocaron una audiencia para verificar si hubo o no violación a derechos constitucionales. Salvaron de oficio el error de derecho.

    Soy transexual, con mis sobrinos no se metan.
    «Soy transexual de padres cristianos católicos, con mis sobrinos no se meta», reza la pancarta.

    ¿Qué pruebas presentaron lo del lobby LGTB para alegar que se vulneraban sus derechos?

    Ninguna. Y sin pruebas no hay argumentos. Ellos aseguraba que la marcha había generado agresiones físicas y morales contra la ‘comunidad LGBT’, y no presentaron ninguna prueba.

    Por tanto, los jueces determinaron que no había indicios de que la manifestación y su promoción hubiera vulnerado ningún derecho constitucional.

    ¿Qué estaba en riesgo en este proceso?

    Nuestros derechos naturales y constitucionales a la libre asociación y a la libre expresión, garantizados en los artículos 66 y 96 de la Carta Magna.

    Y además el legítimo derecho de los padres y madres de familia a decidir sobre el tipo de educación que quieren para sus hijos. Esto está garantizado de forma muy clara en el artículo 29 de la Constitución.

    Procesaron a obispos y pastores y no a los organizadores directos.

    En este caso sí. Esta demanda fue dirigida contra los miembros de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana y contra algunos pastores evangélicos.

    Nueve de cada diez ciudadanos en Ecuador son cristianos. La marcha reunión a un millón de personas… quieren callar a un gigante

    ¿Fue una tentativa de amordazarlos?

    Considero que sí. Lo veo como un intento fallido de silenciarlos. La Iglesia y las comunidades cristianas, en general, tienen una posición muy clara respecto al matrimonio y la familia que confronta abiertamente los postulados de la ideología de género.

    Masiva marcha en Quito por la defensa de la familia y la libertad de educación.
    Masiva marcha en Quito por la defensa de la familia y contra la ideología de género.

    ¿Y la sociedad ecuatoriana… también está contra esos postulados?

    Es importante subrayar que 80 por ciento de los ecuatorianos son católicos y 11 por ciento son evangélicos. O sea, 9 de cada 10 ciudadanos confiesa ser cristiano. Querían callar a un gigante. La marcha contó un millón de personas de todo el país, no fue organizada ni por obispos ni pastores pero si invitaron a sus fieles a participar.

    Desde mi punto de vista, los lgtb pretendían cuestionar la legitimidad de los obispos y pastores para criticar la ideología de género y la legitimidad de los padres de familia para reivindicar de forma organizada y pública sus derechos. Es una minoría que reclama para sí todos los derechos pero quiere negarlos para los demás.

    ¿La marcha fue un acto religioso?

    No, ‘Con Mis Hijos No Te Metas’ fue una movilización ciudadana. Nuestra oposición a la ideologia de género no parte de presupuestos religiosos. Es una teoría que se opone a lo que la ciencia constata.

    El hecho de que hayan procesado a los obispos y pastores también revela que querían rotular a la iniciativa como ‘religiosa’, para después etiquetarnos como ‘fundamentalistas’. Como si los ciudadanos por ser cristianos no tuvieran derechos.

    El lobby LGBT ecuatoriano alega que la marcha se realizó ‘contra’ la comunidad homosexual.

    Eso es totalmente falso, nuestro frente de lucha no está contra los legítimos derechos de los ciudadanos que tienen una orientación homosexual y ni siquiera contra los llamados ‘colectivos LGBT’. Nuestra marcha tenía como principal destinatario el Gobierno de Ecuador que está imponiendo la ideología de género en el sistema educativo.

    En la marcha participó una persona que se asume como transexual, con este cartel: «Soy transexual, de padres cristianos católicos, con mis sobrinos no se metan»

    Te voy a dar un ejemplo muy claro que ratifica que no hubo ni discriminación, ni discurso de odio. En la marcha participó, de forma muy valiente y respetuosa, una persona que se asume como transexual. Llevaba un cartel, escrito a mano, que decía: «Soy transexual, de padres cristianos católicos, con mis sobrinos no se metan».

    Esta persona estaba apoyando la marcha, no fue hostigada, fue integrada y acogida. Era uno más que le exigió al gobierno respeto a los niños. Esto da una idea del clima en que aconteció la manifestación y desmonta las acusaciones de un grupo político ideológico que no representa a todos los homosexuales ni a todas las personas que se asumen como transexuales.

    ¿El lobby LGBT recurre al victimismo como arma de manipulación?

    Hay una táctica política donde usted puede presentarse como alguien que ha sido sometido a trato injusto para poder ganar visibilidad y para descalificar sentimentalmente cualquier argumento. Es evidente que el lobby LGBT recurre al victimismo.

    Es importante enfatizar que no me refiero, en general, a las personas con tendencia homosexual o que se asumen como ‘transexuales’ sino a los grupos ideológicos de presión. El lobby usa de ese recurso para conseguir prebendas y silenciar a los que piensan diferente.

    ¿Hay una tentativa de calificar la defensa de la familia natural como discurso de odio?

    Afirmar que el matrimonio es una institución formada por la unión conyugal de un hombre y una mujer no tiene, objetivamente, nada que incite al odio. Es una constatación de la realidad.

    ¿Entonces?

    El tema del odio es un escudo protector que usan para ganar espacios e intentar conseguir supuestos ‘derechos’, como el llamado ‘matrimonio homosexual’ o ‘matrimonio igualitario.

    “Habrá más marchas porque hay dos iniciativas de ley en la Asamblea Nacional que quieren insertar la perspectiva ideológica en la Sanidad”

    ¿Habrá más marchas?

    Sin duda. Porque hay dos iniciativas de ley en la Asamblea Nacional que quieren insertar esa perspectiva ideológica en el área de la salud y en la lucha contra la violencia a la mujer.

    No lo podemos permitir. El enfoque ideológico de género daña a nuestros hijos, pretende desconstruir la identidad de la persona a través de la sexualidad. Hace que las nuevas generaciones sea inseguras, sin una identidad robusta y clara.

    Tenemos la obligación y el derecho de tutelar que las políticas públicas que se aplican en el país no afecten a nuestros niños y adolescentes. El Gobierno puede tener certeza que habrá más marchas y que no descansaremos hasta que nos escuche, pues está siendo amenazado lo más preciado para nosotros como padres: nuestros hijos.

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