La profesora y escritora Alicia Rubio, autora del libro “Cuando nos prohibieron ser mujeres… y os persiguieron por ser hombres”, visitó Perú entre el 16 y el 22 de abril para realizar una serie de actividades académicas enfocadas a informar a la opinión pública en general sobre la injerencia de la ideología de género y sus consecuencias en la región.
Miembro de Profesionales por la Ética, Alicia impartió una conferencia titulada “Ideología de género frente a la antropología, la neurofisiología y el sentido común”. Hablamos con ella sobre la realidad de este país hispanoamericano y de sus semejanzas y diferencias con España respecto a la implantación de estas doctrinas.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEs la primera vez que sale de España para hablar sobre la ideología de género. ¿Están nuestras sociedades necesitadas de contrainformación frente a este nuevo totalitarismo?
Es la primera vez pero me temo que no va a ser la última. Esto se ha convertido en una batalla global en la que lo que sucede en otros países que han avanzado más en la agenda del género interesa a los que, afortunadamente para ellos, aún no han sido arrasados. A veces es muy complicado contrarrestar las mentiras con las que se venden los neoderechos, y poder ratificar en cabeza ajena lo que se sospecha va a suceder, es muy beneficioso para oponer resistencia y explicar a los incrédulos la realidad de las políticas de género.
¿Por qué Perú? ¿Qué está ocurriendo en ese país?
El Perú es un país que aún conserva de forma generalizada los valores tradicionales y familiares que conformaron las sociedades hasta ahora y también conserva un sustrato cristiano arraigado que ha hecho que la imposición de la ideología de género en un breve plazo, sin que diera tiempo a manipular a la opinión pública de forma gradual como se ha hecho en España, haya generado rechazo en amplios sectores de la población.
Y además son muy renuentes a las imposiciones y ayudas de la ONU, ya que a través de unos programas de ayuda sanitaria a zonas deprimidas que implementó la ONU durante el Gobierno de Fujimori, se esterilizó sin su conocimiento y consentimiento a miles de mujeres como parte de ese programa. Y las legislaciones de género provienen directamente de la ONU.
La imposición LGTB es cada vez más evidente en Iberoamérica y recientemente la OEA ha vuelto a llamar la atención a los estados miembros al respecto…
La imposición de las exigencias de los lobbies LGTBI son parte de esa agenda de reducción poblacional de la ONU que, con la disculpa de evitar la discriminación de las personas con esa opción sexual, recomiendan a los países legislaciones que vulneran los derechos humanos de la mayoría, crean castas privilegiadas e invierten mucho dinero público en ello. Al final es una descarada promoción de la homosexualidad en los países democráticos, que son perfectamente tolerantes con las libertades individuales y por tanto con las personas LGTBI.
Parece ser que los objetivos no expresos ONU del milenio para 2030 de reducción poblacional necesitan de un impulso de la agenda del género en Hispanoamérica (homosexualización, aborto, destrucción de la familia y la pareja heterosexual, esterilizaciones, antinatalismo, eutanasia…) y han apretado el acelerador.
Rubio: «Llevamos muchos años de lluvia fina del adoctrinamiento en ideología de género. Todo eso ha socavado la resistencia a esta reingeniería social»
Sin embargo, estas “recomendaciones” que obedecen a intereses turbios y ajenos a la igualdad entre las personas, no tiene validez legal alguna ante los países soberanos pero se nos venden a la ciudadanía como algo de ineludible cumplimiento a la vez que se costea su implantación y promoción con dinero público.
Pese a ello, parece que la defensa de la vida tiene más apoyos allí que en Europa. ¿Qué ha pasado en el Viejo Continente?
Llevamos muchos años de lluvia fina del adoctrinamiento en ideología de género, de silenciamiento de los disidentes y los informados, de legislaciones que dan por buena esa visión del valor de la vida y la dignidad humana, de eliminación de los valores judeocristianos y de las raíces de la ética humanista. Todo eso ha socavado la resistencia a esta reingeniería social. El que haya sido gradual, ha ido desactivando las alarmas ante todas las vulneraciones de derechos humanos fundamentales.
Sin embargo, en Hispanoamérica no ha habido esta maceración de años de relativismo, buenismo y corrección política, y la gente no ha visto normal lo que no es normal.
En Iberoamérica existen políticos que no se esconden a la hora de defender posturas con valores como la vida, la familia, etc. ¿Qué diferencias ve entre ellos y nuestra clase política?
Aquí la demonización del disidente y su muerte social han funcionado de forma que nadie quiere ser tachado de los nuevos pecados de la progresía. Todos quieren ser los más modernos, inclusivos y tolerantes. A eso se une el miedo a los activos y cada vez más violentos lobbies del género, garantes de que la disidencia se pague.
Luego están los que han comprado plenamente el neolenguaje y los nombres orwellianos de los objetivos del género, tan excelsos como falsos, y han caído en el buenismo sin calibrar las implicaciones éticas o los resultados reales de esas políticas.
En Hispanoamérica aún hay políticos limpios de corrupción y limpios de aceptación bienintencionada de los argumentos de la ideología de género que sólo son aceptables mediante intereses económicos o manipulación gradual de los valores naturales.
El globalismo homogeneiza culturas y valores diversos en la llamada ‘sopa multicultural’ con un claro matiz antirreligioso. ¿Dónde quedan los valores cristianos?
El globalismo y la disolución de las identidades nacionales y culturales es otra de las necesidades para la implantación de este nuevo orden mundial de individuos sin raíces ni referencias en manos de un Estado mundial omnipotente y omnipresente del que depende y en el que no puede influir. Para implantar este futuro, los valores cristianos y la civilización judeocristiana de raíces filosóficas y jurídicas grecorromanas, origen de la libertad y la responsabilidad individual, los derechos humanos fundamentales y la dignidad humana intrínseca, son obstáculos a eliminar. Y en ello estamos.
«Tenemos más corrupción y menos derechos. Estamos más solos, más esclavos y más desprotegidos»
Las élites parecen haber entrado de lleno en el concepto de ‘alianza de civilizaciones’ del ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero. ¿Qué semejanzas y diferencias ve entre el Perú actual y la España de entonces?
En España padecimos a ese presidente después de una situación de desconcierto por el terrible atentado, precedida de una agitación y manipulación social sin precedentes (”nunca mais”, “no a la guerra”…) Una vez en el poder, las terminales mediáticas impidieron la información clara de lo que se estaba implantando y además mucha gente compró la mercancía averiada del género y el multiculturalismo creyéndolo bueno y beneficioso para todos. Ahora estamos viendo las consecuencias.
En el Perú el tema del indigenismo es la versión zonal de estas políticas de disolución de identidades reales, negación de las raíces, creación de conflictos y enfrentamientos sociales. Porque eso de “alianza” es exactamente lo contrario: problemas entre civilizaciones que se tratan de mezclar a sabiendas de que se camina hacia el fracaso y los conflictos. El indigenismo es un recurso inverso con objetivos semejantes. Pero suena estupendamente y a ver quién es el guapo se opone a la “alianza de civilizaciones”.
¿Qué podemos aprender en España de Hispanoamérica?
Que se puede y se debe plantar cara, que los objetivos de inclusión y buenismo no tienen nada que ver con los objetivos tácitos que ya estamos padeciendo en España.
¿Y viceversa?
Pues que se miren en la sociedad que tenemos ahora. No somos ni más felices, ni más libres, ni mejores. Somos más pobres, porque las políticas de género se llevan para los lobbies y grupos privilegiados millones de euros, y menos felices. Tenemos más corrupción y menos derechos. Estamos más solos, más esclavos y más desprotegidos. Un chollo esto del género.
¿Ve luz al final del túnel?
A veces me pregunto si estamos en un túnel o en un pozo porque si es un pozo… poca luz vamos a ver a medida que avanzamos en esta aventura distópica.
Sin embargo, creo que empieza a verse una resistencia social fruto de que no se puede engañar a todos todo el tiempo y a que se están multiplicando las víctimas. Y a que se está luchando por informar a costa de que nos pase de todo a las asociaciones y personas disidentes de esta dictadura.
Defina brevemente:
- Martín Vizcarra, nuevo presidente: Por el equipo que ha montado, un defensor del género que lo va a implantar en la forma que lo hizo el PSOE.
- Ana María Mendietta, ministra de Mujer y Poblaciones Vulnerables; Patricia Balbuena, ministra de Cultura; Silvia Pessah, ministra de Salud; Liliana La Rosa, ministra de Desarrollo e Inclusión Social: Mujeres con alta carga ideológica en su formación que vienen a implantar las redes clientelares del entramado que va a sustentar los logros posteriores y posiblemente a promulgar legislaciones con ayuda de esos lobbies y entramados subvencionados. Me recuerdan a las ministras de Zapatero.
- Daniel Alfaro, ministro de Educación: Ya ha dejado claro que viene a continuar la cuestionada labor de su predecesor. Como ahora los focos están sobre educación, tendrá perfil bajo mientras el género se implanta por otras de sus cabezas (Mujer: leyes contra la “violencia de género”; Salud: aborto; Cultura: promoción de autores y artistas iconos de género; Inclusión social: leyes de igualdad entre mujeres y hombres, y de Igualdad LGBTI).
Si yo fuera peruano me informaría de los sistemas de implantación de la ideología de género en España en la última parte del gobierno González y en el gobierno Zapatero.