Con tan sólo una cámara de vídeo para grabar los testimonios, además de, una pequeña maleta, Jaume Vives Vives dejó a su familia en Barcelona para conocer de primera mano una de las realidades más crudas del siglo XXI: la vida de los cristianos perseguidos por el Estado Islámico.
La experiencia de su viaje al Líbano le ha servido para escribir el libro Viaje al horror del Estado Islámico con el que trata de poner voz al genocidio que padecen muchos cristianos en Oriente Miedo. Pero su camino no termina ahí ya que hace sólo unos meses visitó Irak con el proyecto ‘Guardianes de la fe’, un grupo de siete jovenes formado por él mismo, para ayudar a cristianos perseguidos. País al que planea volver próximamente.
¿Cómo surge el proyecto Guardianes de la fe?
Hace dos años los medios de comunicación empezaron a hablar de que había cristianos que estaban perdiendo la vida por el mero hecho de su religión. Cuando descubrí que era verdad, decidí viajar al Líbano. Y tras mi experiencia en el Líbano, nació ‘Guardianes de la fe’.
Es sorprendente que un joven con tan sólo 23 años haga estas cosas, ¿qué es lo que le ha movido hacerlo?
Con 13 años empezaron a pasar cosas en mi vida, y al llegar a Bachillerato, descubrí que me gustaba contar historias que me ayudaran a mí y a personas como yo, porque en esos momentos estaba un poco perdido. Siempre he ligado lo que he ido contando con lo que vertebra mi vida que es la fe en Cristo.
¿Qué se encontró en estos países?
Tú estás acostumbrado a ver lo que pasa a través de lo que muestran las noticias, pero vas allí y te encuentras a una persona que se desmorona, y tú con ella, cuando te cuenta cómo tuvo que huir de su casa.
«Te encuentras a una persona que se desmorona, y tú con ella, cuando te cuenta cómo tuvo que huir de su casa»
¿Lo que más le ha llamado la atención de estos dos viajes?
Yo he estado acostumbrando a que los cristianos en Occidente nos guiamos por una serie de normas, es decir, cada cierto tiempo vamos a misa o rezamos. Sin embargo, para ellos Cristo está tan vivo que están dispuestos a perder sus vidas por él.
En un escenario tan duro y tan cruel, ¿sigue habiendo sitio para la solidaridad?
Si, existen muchos casos. Como por ejemplo, la ayuda de un empresario cristiano del Líbano que se enteró de que había cristianos muriéndose por la calle. Como él poseía un centro comercial en Erbil, destinó dos plantas para acoger a 360 familias de manera gratuita. Pero no contento con eso, ha empezado a construir otro centro comercial a 500 metros donde ha dado trabajo a los padres e hijos de esas 360 familias.
De todas las historias de los refugiados que ha conocido durante los dos viajes, ¿cuál ha sido la que más le ha impresionado?
Todos tienen testimonios que impresionan, pero la historia de Aída me conmovió. Mientras dos de sus hijos decidieron ir al Kurdistán iraquí, ella prefirió quedarse junto a su marido y su hija menor pensando que el Estado Islámico no llegaría nunca a Qaraqosh. Pero, el seis de agosto, el IS llegó a esta ciudad.
Los terroristas entraron en casa de esta familia, destrozaron todos los símbolos religiosos y durante varios días los retuvo en su hogar. Finalmente, el IS obligó a Aida y a los suyos escoger entre tres opciones: pagar una multa, convertirse al Islam o huir.
La familia de Aída optó por irse, pero dos yihadistas secuestraron a Cristina, su hija de tres años, durante el viaje de huida. Después de año y medio sin su hija, lo único que saben a través de una llamada que recibió el hijo mayor de Aída de un imán es que Cristina es esclava sexual para una familia musulmana en Mosul.
«Para los cristianos de Irak, Cristo está tan vivo que están dispuestos a perder sus vidas por él»
¿Perdona a los secuestradores de su pequeña?
Yo se lo pregunté y ella me dijo: «Perdono a los secuestradores de Cristina igual que Jesús en la cruz perdonó a los que le estaban crucificando».
¿Existe en alguno de estos cristianos algún sentimiento de odio o de venganza por todo lo que han tenido que vivir?
Evidentemente hay gente que está muy contrariada, pero no ves odio ni tampoco rencor. La mayoría de ellos han perdonado, porque los ves sonrientes, en paz. Son muy diferentes a nosotros que somos capaces de hacer la cruz a una persona sólo por el hecho de que hable mal de nosotros.
¿Qué esperanza tienen los refugiados?
Sin duda su esperanza es Dios, porque humanamente no tienen ninguna. Algunos quieren ir a Occidente, pero saben que cuando la guerra termine su infierno va a continuar.
«En los refugiados cristianos no ves odio ni tampoco rencor»
¿El Estado Islámico es una herejía del Islam?
Yo creo que no. El Estado Islámico es la consecuencia del Islam. Si miras en todos los países que hay persecución, más del 90% de países son musulmanes. Y esto te hace ver que quizá en el Islam exista una tendencia a la guerra.
En su opinión, ¿Europa, y en particular España, está respondiendo bien a la llegada masiva de refugiados?
Existe una falta de generosidad increíble. Cuando estuve en el Líbano, un país 50 veces más pequeño que España, comprobé que acoge a más de un millón de sirios registrados y más de 800.000 sin registrar. Hace unos años el Líbano tuvo una guerra con Siria y ahora está acogiendo sirios. Y mientras, en Europa, se pelean por el número de refugiados que repartir.
¿Cómo se debe actuar?
Hay que ser prudentes. Parece que hoy en día no se puede hablar de este asunto, y cuando se habla como lo ha hecho el cardenal Cañizares, se lo comen con patatas, e incluso tiene que salir a pedir perdón. Y esto es así cuando se ve que el sur de Francia es totalmente musulmán o que Barcelona es el centro de yihadistas de toda Europa.
«Ese rollo buenista de Occidente con los refugiados nos matará el alma, y finalmente, el cuerpo».
Esta tolerancia, ¿puede desencadenar que Europa deje las puertas abiertas a yihadistas?
El problema no es que entren, es que ya están dentro. Lo podemos comprobar con las detenciones de yihadistas en Sabadell, en Madrid y en muchos otros lugares. Hay muchas personas de Irak y Líbano entre los que se encuentran familias de refugiados, militares, sacerdotes que coinciden en que ese problema que están sufriendo ellos en sus países, lo tenemos ya los europeos. Ese rollo buenista de Occidente nos matará el alma, y finalmente, el cuerpo.
Entrevista realizada a: Jaume Vives
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