He conocido a Lianna en el congreso Juntos por México celebrado en Puebla (México). He tenido ocasión de hablar con ella en varias ocasiones. Creo que podemos decir que hemos hablado tanto que ya somos amigos. Es una superviviente. Y un testimonio de la Esperanza. ¡Sí se puede!
Nació en México DF. Su infancia no fue precisamente feliz. Creció en medio de la violencia doméstica, en un hogar disfuncional, con un padre enfermo de alcoholismo y violento. Cuando Lianna tenía 11 años, su madre decide poner tierra de por medio y empezar una nueva vida. Se traslada con sus hijos a Los Ángeles para seguir luchando por una vida mejor vida, dejando atrás todo lo que había pasado en México.
La vida del recién emigrado no es fácil: un idioma desconocido, leyes desconocidas y muchas veces con sueldos bajos que no dan para alegrías y que no permiten atender a la ‘chiquillería’ como necesitan. Como si los ninos se criaran solos…
En este ambiente, Lianna es secuestrada a los 12 años por dos personas. Es sistemáticamente violada y golpeada. Sobrevive de ese episodio después de despertar en una ambulancia. Estaba embarazada con apenas 12 años. Todavía hoy vive con las secuelas del secuestro.
¿No pensó en abortar?
Nunca lo consideré. Entonces yo no era creyente ni estaba en la causa provida, pero la idea de abortar nunca me pasó por la cabeza. Pensé: ¿qué culpa tiene mi bebe de lo que ha pasado? Lo amé desde el principio.
¿No tenía miedo de que su rostro le recordara al agresor?
No lo pensé. Mi niña no me recuerda a nadie, mi hija no tiene nada que ver con el delito de otras personas.
¿Es su hija un producto de una violación?
No. Mi hija es el fruto de mi amor por ella. Mi niña existe porque yo la quise siempre.
¿Qué le dijo su madre?
Mi mamá todavía estaba recuperándose ya que ninguna familia esta preparada para recibir noticias así. Creo que estaba superada por las circunstancias. Sé que para ella no fue fácil tampoco.
¿Coraje?
Si. A pulso. El solo ver a mi niña me daba la fuerza de luchar por ella, ella no es un ser humano de segunda clase tiene los mismos derechos que todos los seres humanos y ella se merecía una mejor vida de la que tuve yo.
¿Ha logrado perdonar?
Si. Hoy sé que el perdón es una decisión y que era el mejor regalo que podía darme yo misma, pero entendí que humanamente no es posible, pero con Dios sí lo es, y me he quitado un gran peso de encima.
¿Ha perdonado también a su padre?
Por supuesto que sí. Ahora él está con nosotros en Los Ángeles.
¿Luego estudió periodismo?
Si, estudié periodismo en una de las principales universidades de California. Y gracias a Dios también he podido darle una carrera a mi hija. Ambas somos profesionales.
Quiero decirles a todas las personas que están en situaciones de violencia que se puede salir del agujero, que no tienen que culparse
Después de haber trabajado varios años con muchas organizaciones decidió fundar Loving Life. ¿Por qué?
Quiero ayudar a otros a través de mi testimonio y conferencias. Quiero decirles a todas las personas que han atravesado o están en situaciones de violencia que se puede salir del agujero, que no tienen que culparse, que cada día es una oportunidad para volver a empezar.
¿Por qué más lucha usted?
Porque los procesos judiciales no sean tan penosos para las víctimas de abuso sexual. Que haya más apoyo por parte del sistema para que las proteja y las ayude.
Entrevista realizada a: Lianna Rebolledo
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