En un centro escolar de Milán, Italia, el director ha propuesto no usar más las palabras «madre» y «padre» para no ofender a las personas homosexuales. A tal medida ha reaccionado una ciudadana a través de una carta que ha hecho pública la Nuova Bussola Quotidiana.
En el texto la mujer asegura que puede que muchos piensen que «tendríamos que sonreír, pero, tal vez, deberíamos llorar, porque esta propuesta es consistente con las corrientes ideológicas actuales que prevalecen en las élites, aunque no obtienen el apoyo entre la gente, tal como hemos visto en el resultado de las últimas elecciones».
Sería como si «pidiéramos no usar el verbo correr para no molestar a los que no corren»
Igualmente indica lo absurdo de la propuesta del centro escolar, pues sería como si «pidiéramos no usar el verbo correr para no molestar a los que no corren, ni usar el verbo comer para no ofender a los que tienen dolor de estómago, ni usar la palabra bello para no ofender a los feos».
Para a reglón seguido añadir: «Debido a que cada palabra, incluso si se usa con toda la buena intención, puede ofender a alguien, debemos reducirnos a silenciarnos si esa ideología -la de género- se vuelve desenfrenada.
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