Diversas asociaciones feministas y organizaciones sociales han reclamado la derogación de la Ley valenciana 5/2011 de Relaciones Familiares de los hijos e hijas cuyos progenitores no conviven, conocida como Ley de Custodia Compartida «preferente» o «impuesta» por los jueces cuando no hay acuerdo entre los progenitores.
En los próximos días pedirán una reunión con la Consejería de Igualdad y Políticas Inclusivas para trasladarle esta reivindicación y solicitar el retorno al Código Civil de 2005 donde se contempla la custodia compartida en interés superior del menor y bajo el supuesto de acuerdo «libre» de los cónyuges. El bienestar del menor es su objetivo «prioritario».
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraSegún las organizaciones, la normativa actual provoca un aumento de la «litigiosidad alarmante» en los juzgados a los que los progenitores acuden a cada paso, ya sea para autorizar una excursión del colegio, para la elección de centro escolar, ir al dentista o para el empadronamiento. Provoca también un «empobrecimiento» que lleva a querer asumir más gastos, como el del dentista, para poder «pasar un día más» con el nino.
En el caso de violencia de género, el 73% de las mujeres sale de la situación de la violencia por miedo de la separación o divorcio. De ellas, el 65% tiene hijos menores y el 55% asegura que sus hijos han padecido violencia. En la mayoría de los casos, señalan, no existe denuncia, de modo que la custodia compartida se convierte en una «vendeta» y en una continuación del «control» del maltratador a la mujer a través de los hijos.
«Repartirse los ninos no es educar ni cuidar»
«Imponer la custodia compartida puede suponer una violencia institucional añadida» en los casos de violencia de género. Desde las entidades sociales han querido dejar claro que están «totalmente a favor de la custodia compartida bajo el supuesto de acuerdo entre las partes pero censuran lo que denominan «custodia repartida» que asimila los hijos como «el patrimonio a repartir en la liquidación de bienes«. En este sentido, han lamentado que «repartirse los tiempos del nino no es educar ni cuidar». Una situación que «perjudica el futuro de los hijos» al romper sus rutinas y provocarles contradicciones educativas, han advertido.
De hecho, en EEUU ya han comenzado a surgir asociaciones de hijos que vivieron la custodia compartida y «no pudieron desarrollar sus vidas», han apuntado. Asimismo, ha alertado de la facilidad de «manipular» en este tipo de temas y del «ataque machista que se disfraza de movimiento social» para crear un «falso debate» sobre la igualdad respecto a la custodio de los hijos.
«Ser padre no es cuestión de tiempo, se trata de educar. En caso de quedarse con el padre, debería ser también a tiempo completo y sin encajar al ninos con la abuela, la cuñada o la novia»
En este sentido, han recordado que antes de entrar en vigor la normativa de 2011, «solamente un 10% de los hombres pedía la custodia de sus hijos e hijas, mientras en el caso de las mujeres el porcentaje se elevaba al 95%, y en el 85% de los casos se resolvía a favor de las madres.
En su opinión, en caso de separación, lo mejor es «compartir la tenencia de los hijos con aquel con el que estén mejor» «Ser padre no es cuestión de tiempo, se trata de educar». Así, han señalado que en caso de quedarse con el padre, sea también «a tiempo completo y sin encajar al ninos con la abuela, la cuñada o la novia«. En Europa, han argumentado, la custodia compartida no es la pauta. Únicamente cuatro países -Francia, Inglaterra, Italia y República Checa- tienen la custodia acordada y «sólo» Bélgica contempla que pueda ser impuesta. Así, han llamado a la «rebeldía» y a «votar por los intereses de la revolución feminista». «Los derechos, han dicho, no se piden por favor, se exigen».
Por otra parte, las asociaciones de mujeres han aprovechado para pedir un local «digno» en el que desarrollar su labor social y han reclamado «más apoyo» de la Administración, «insuficiente en este momento». A su entender, el espacio en el que están ahora es «un insulto a las mujeres», por lo que han exigido un local «más amplio»