De la misma manera que grupos feministas trataron de encarcelar sin éxito al obispo de Alcalá de Henares, monseñor Juan Antonio Reig Pla, por manifestar que el aborto supone un genocidio similar al perpetrado en Auschwitz y otros campos de concentración nazis, CCOO quiere dar con los huesos del cardenal Antonio Cañizares en la cárcel por homofobia.
La secretaria de Mujer de Comisiones Obreras en Valencia, Cándida Barroso, ha anunciado que pedirá a la Fiscalía que estudie la investigación (imputación) del cardenal arzobispo de Valencia por «homofobia e incitacion al odio».
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraBarroso considera que debe ser censurado en su libertad de expresión el cardenal, quien aseguró que la ideología de género es la «más insidiosa que ha habido en toda la historia de la humanidad».
La responsable de CCOO sigue así los pasos de Compromís, el socio valenciano de Podemos, cuya concejal de Igualdad y Políticas Inclusivas en el Ayuntamiento de la capital del Turia, Isabel Lozano, sostuvo ayer que las declaraciones del cardenal durante una homilía “son muy graves porque pueden provocar discriminación, odio o violencia contra colectivos o asociaciones, por motivos de ideología -cuando criminaliza al movimiento feminista- o por motivos de orientación sexual”.
En un comunicado del sindicato, Barroso ha considerado que las declaraciones de ayer del arzobispo son «intolerables en un Estado acofensional y democrático», y le ha exigido respeto «para quien no piensa ni siente» como él.
CCOO recuerda al cardenal la obediencia al Papa (sic)
Según recoge EFE del comunicado, el sindicato solicitará la imputación del cardenal arzobispo de Valencia por delitos de incitacion al odio y discriminación hacia las personas lesbianas, gays, transexuales y bisexuales, y por fomentar la violencia hacia las mujeres.
Asimismo, desde la secretaria de la Mujer han recordado al arzobispo de Valencia su voto de obediencia, en referencia al «posicionamiento respetuoso» del papa Francisco acerca de la laicidad de los Estados, su solicitud a los obispos italianos de que abandonen las propiedades materiales no dedicadas al culto y su denuncia del aumento de la idolatría al dinero como reverso oscuro de la pobreza creciente.