El historiador y periodista César Vidal deja en evidencia el error que supone el Pacto de Estado que ha unido a todos los partidos políticos -al calor del maná presupuestario-. Y augura que fracasará y que no reducirá la terrible lacra de la violencia contra las mujeres.
En su blog advierte que el Pacto lleva dentro el germen del fracaso («el plan fracasará estrepitosamente») porque es erróneo el concepto mismo de violencia de género: «El mismo concepto de violencia de género es un disparate monstruoso, lesiona principios jurídicos elementales y no solventa nada salvo el presente de avispadas personas».
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraLas políticas de Género intentan aplicar obsoletos esquemas marxistas:
«Pretender que en nuestra sociedad se ha sustituido la lucha de clases por la de sexos y que el papel de oprimido le corresponde a la mujer a la que hay que dotar de una protección especial pisoteando el principio de igualdad ante la ley puede parecer el colmo de la Justicia, pero constituye una atrocidad».
Y, como todo reduccionismo ideológico, el de Género distorsiona la realidad. Así, «la violencia doméstica –que es un problema pavoroso– se ve desdibujada porque de sus cifras salen los hombres como víctimas, los ancianos –salvo que sean mujeres a manos de hombres– y, en no escasa medida, los niños salvo que estemos ante una hembra maltratada por un varón».
Y cuando hay mujeres que maltratan a sus padres «se explica como que han asumido la «violencia machista». (…)
Pero la única violencia que existe para los nuevos marxistas es la de Género: «Todas esas formas de violencia son arrojadas debajo de la alfombra porque la única que existe es la de género».
Las denuncias falsas por maltrato continuarán siendo una plaga y persistirán como una manera de ganar lamentables procesos de divorcio
César Vidal cree además que las injusticias seguirán multiplicándose.
«No se trata sólo de que las denuncias falsas por maltrato continuarán siendo una plaga –un 80% del total, según algunas juezas– sino que persistirán como una manera de ganar lamentables procesos de divorcio. ¡Sacrifiquemos la justicia en el altar de lo políticamente correcto y más si es de género!».
Y, por último, la violencia contra la mujer no remitirá porque, además de lo expuesto, «existe una negativa total a examinar cómo circunstancias culturales como la inmigración se relacionan con la más que lamentable violencia doméstica».
Eso sí, algunos harán su agosto a costa del sufrimiento ajeno:
«Gastarán el dinero del contribuyente y las ONGs de los buscadores de rentas –tan relacionadas con algunos partidos políticos– hincharán sus cofres».
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