Ayer por la tarde estaba retocando el artículo de este mes para Actuall. El tema iba a ser difundir la I Feria de Empresas para familias numerosas que íbamos a organizar en Madrid. Pero cuando iba a dar a «Enviar« me dijeron mis hijos que decían en la televisión que se iban a cerrar los colegios en toda la Comunidad de Madrid desde el miércoles 11 de marzo por el coronavirus.
Y, claro, la feria también iba a salir tocada tras esa decisión de empezar a restringir lugares públicos y de gran afluencia de público. Y, entonces, pensé en cambiar el tema. Ya hablaremos de la feria porque la tendremos que retrasar.
Y me acordé. El lunes 2 de marzo tuvimos una comparecencia en la Comisión de Familia en la Asamblea de Madrid. Y, ¿sabéis que? Ese día no hubo colegio. Un lunes.
Y fue el día elegido para convocarnos a las familias numerosas para hablar de nuestras necesidades y reclamaciones. Nos citaron el 17 de febrero pero algo pasó que hubo que retrasarlo. Y ese día se va a repetir por lo menos 15 días más. Y también se va a repetir la misma situación de no conciliación, de dejarnos tirados con nuestros problemas logísticos.
Ahora es cuando se tienen que poner a trabajar en aplicar la conciliación. Aplicar medidas correctoras para que las familias puedan sobrevivir a una situación tan extrema
El 2 de marzo todos los diputados se quedaron asombrados de que ese día no hubiera colegio y de lo difícil que resultaba para nosotros como familias numerosas ir ese día a la comparecencia. Pero resultó muy apropiado, a pesar de la contrariedad, porque fue cuando se dieron cuenta de lo grave que es vivir de espaldas a la realidad. De legislar y organizar sin contar con las familias.
Por misteriosos azares del destino esta semana ha comenzado con esta complicación de la conciliación. Cierre de colegios. Ahora es cuando se tienen que poner a trabajar en aplicar la conciliación. Aplicar medidas correctoras para que las familias puedan sobrevivir a una situación tan extrema como es el cierre de colegios durante 15 días, la irresponsabilidad que sería «largar» a los niños con los abuelos, pues son los más vulnerables con el dichoso virus…
Garantizar que nadie pierde su puesto de trabajo y que es urgente e inmediato que nos solucionen el problema de cuidar de nuestros hijos y no desatender el trabajo profesional.
Porque eso es la conciliación, cuando se ha elegido ser profesional y formar una familia. Dos cosas buenas que aportan riqueza para todos: impuestos y capital humano.
Otra oportunidad que se nos presenta en este escenario es la utilización correcta de la tecnología. Ordenadores, móviles, ipads, nubes, correos electrónicos, grupos de WhatsApp… ¿Sabremos unir tecnología y educación?
A lo mejor las familias damos una lección de conciliación y de educación en casa.
A lo mejor el estado, el gobierno y las instituciones se tienen que tragar sus palabras al decir que pueden y deben poner trabas a la educación que imparten los padres para con sus hijos.
¿Ponen trabas ahora? ¿O hacen lo fácil y lo natural? Los hijos, con sus padres.
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