Numerosas son sus necesidades. Y sus consumos de electricidad y agua. Y numerosas son las lavadoras que hay que poner y los litros de leche que hay que comprar. Pero también son numerosos los sustos, los besos y las sorpresas; los «¡me pido primer!» y los «perdooooona»; las ocasiones para pelear y para compartir.
Las familias numerosas españolas promueven con un vídeo la celebración de los 50 años de su federación, que lleva medio siglo «velando por su bienestar y el reconocimiento de su gran valor social«.
El «¡me pido primer!» más habitual en la infancia de su presidenta, Eva Holgado, solía ser por el cuarto de baño, aunque reconoce en conversación con Actuall que esa ha sido una escuela de aprendizaje fundamental: «Estamos muy acostumbrados a la austeridad, que no es la pobreza, sino la reicedumbre de que vamos a compartir, que hay lo que hay y que es para todos». «Y no pasa nada», añade.
Sin embargo, esta visión positiva no es óbice para que reclame justicia para las familias numerosas que aportan mucho a la sociedad: «No queremos que nos ayuden. Queremos que nos reconozcan en justicia y equidad lo que nos corresponde por lo mucho que aportamos».
Y no espoca la aportación, pues estas familias son grandes consumidoras, pagan muchos impuestos, contribuyen por encima de la media al relevo generacional y a combatir el invierno demográfico y a dinamizar la sociedad.
Eva Holgado: «La sociedad está montada para no tener hijos o como mucho uno o dos»
Pese a todos estos beneficios, no es fácil embarcarse en la aventura de formar una familia numerosa en nuestros días. Mucho más que hace 50 años, cuando, al menos desde un punto social, aunque con pocas ayudas oficiales, la familia numerosa estaba «más ensamblada en la sociedad».
Entonces, la media en estas familias era de 6 u 8 hijos y se alcanzaba la categoría de honor por encima de 10. Ahora, la categoría especial se otorga con el quinto vástago y ya se está valorando adelantarlo al nacimiento del cuatro hermano.
Y aún así, tal y como denuncia Holgado, «en la actualidad una familia numerosa lo pasa peor porque el entorno no le acompaña«. Es más: «La sociedad está montada para no tener hijos o como mucho uno o dos. Cualquier cosa que se salga de ahí requiere de un compromiso y un esfuerzo por parte de la familia» por encima de la media.
Una legislación de mínimos igual para toda España
Un esfuerzo que apenas se ve reconocido en la legislación a pesar de existir una ley de protección de las familias numerosas, cuya puesta en marcha se ve limitada por la particular aplicación que cada Comunidad Autónoma realiza.
Casi todas las competencias transferidas afectan a asuntos clave para estas familias: educación, vivienda, sanidad… Y las áreas no transferidas como transporte o fomento suelen chocar con las normas municipales.
Un ejemplo de estas dificultades ha sido denunciado recientemente en la Comunidad de Madrid, donde la reducción del número de alumnos por clase está provocando la separación de colegio de hermanos de la misma famila, con las complicaciones que conlleva de horarios y desplazamientos.
Holgado reclama en este sentido «una ley de mínimos aplicable en toda España«, mientras lidia con algunas leyes de familia que están en desarrollo legislativo en diferentes comunidades autónomas.
No en vano, esta misma semana se reune con el Gobierno de las Islas Baleares porque por el momento no ha tomado en consideración ninguna de las recomendaciones remitidas por la Federación Española de Familias Numerosas.
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