Un estudio elaborado a lo largo de 20 años ha determinado que las niñas o mujeres que se someten a procedimientos de hormonación con testosterona tras declarar su autopercepción como varones (conocidas en la neolengua de la ideología de género como ‘hombres trans’) tienen mayor propensión a sufrir coágulos sanguíneos, ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.
Así se afirma en una publicación de la Revista de Endocrinología Clínica y Metabolismo del pasado mes de febrero que cifra el aumento del riesgo de estas afecciones en un 11% después del primer año desde que se inicia la hormonación con testosterona.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEn la base de este estudio estaban 2.400 mujeres sometidas a hormonación trans con testosterona, de las cuales fueron objeto de estudio 1.073, cuya edad media al inicio del proceso de hormonación cruzada era de 22,5 años (entre los 18 y los 31).
La testosterona es es una hormona que se produce fundamentalmente en los testículos que colabora en mantener la densidad ósea, la distribución de la grasa, la masa y la fuerza de muscular, el vello facial y corporal, la producción de glóbulos rojos, el impuso sexual y la producción de esperma.
Estos estudios no son tenidos en cuenta por los legisladores que impulsan «leyes trans» en diferentes países y que en general contienen la previsión de que incluso menores de espaldas a sus padres o tutores legales puedan someterse a itinerarios de hormonación cruzada poniendo en peligro su vida y produciendo efectos muchas veces irreversibles.
Así lo denunció hace un año Keira Bell, una mujer británica sometida a hormonación con testosterona porque creía sentirse como un chico sin ser suficientemente cuestionada en su intención a la tierna edad de 12 años. Su caso y otras denuncias similares llevaron a la justicia británica a restringir este tipo de actuaciones en menores y adolescentes.
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