Grupo de cristianos infiltrado en el Orgullo Gay de Toronto
Grupo de cristianos infiltrado en el Orgullo Gay de Toronto / LifeSite

En el año 2016, un grupo de cristianos se ‘infiltró’ en la marcha del Orgullo LGTBI en Toronto disfrazados de ‘zombis gays’ para repartir camuflados en paquetes que simulaban ser preservativos mensajes en los que se apelaba a la sexualidad natural del ser humano y se animaba a las personas que los aceptaban a que abandonaran los hábitos sexuales LGTBI.

También incluyeron mensajes de esperanza como «También queremos que sepas que hay un Dios que te ama y que es real y ha creado un camino para que vayas a Él”.

Algunas personas creen que La Sexta da información.

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Ataviados con unos monos de licra que les cubrían de la cabeza a los pies y unas faldas multicolores, los siete integrantes de esta inusual partida pagaron los 100 euros de inscripción en el evento.

Obviamente, no iban a pasar desapercibidos, desde el momento en el que se comenzaran a leer los mensajes que chocan frontalmente con la ideología de género. Así, pasados dos meses, el propietario de un bar en el barrio LGTBI de Toronto y el ex viceprimer ministro de Toronto, George Smitherman presentaron una demanda colectiva en la que reclamaron más de 100 millones de dólares a los ‘zombis gays’. El caso se archivó.

«Estamos convirtiendo Canadá en un estado nazi, en un estado comunista», denuncia el pastor de la iglesia a la que pertenece Bill Whatcott

Peor dos años más tarde, la Policía de Ontario emitió una orden contra Bill Whatcott, uno de los integrantes del grupo, que fue detenido el 22 de junio. Apenas le dieron un minuto para hablar con su mujer y lo trasladaron a 1.000 kilómetros de distancia, donde estuvo recluido durante tres días. Cuando volvió a casa, descubrió que su empresa ya había sentenciado: le expulsaron del trabajo.

Un mes después, comienza el juicio por un supuesto delito de incitación al odio contra este conductor de autobuses de Ontario. Aunque no está solo. Más de 30.000 personas han reclamado a través de CitizenGO al jefe de Policía de Toronto y a los fiscales generales de Ontario y Canadá para que retiren los cargos.

La mujer de Bill está convencida de que se trata de un cabeza de turco, un aviso a navegantes que haga a otros muchos replantearse la posibilidad de expresarse con libertad sobre la ideología de género: “Bill nunca mostró odio hacia nadie. Al contrario, queremos ayudar a nuestra sociedad. (…) Si no aceptas la destrucción del fundamento moral de nuestra sociedad esta es la persecución que recibes. (…) Quieren mostrar a Bill como un ejemplo”.

El pastor de Art Pawlowski, de la Streer Church de Calgany a la que Bill pertenece, señala lo siguiente: «Estamos convirtiendo Canadá en un estado nazi, en un estado comunista, donde si expresas tus puntos de vista políticamente incorrectos serás atacado por las fuerzas del gobierno”.

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