Propaganda del Gobierno chino sobre planificación familiar, en una calle de Shangri-La (Fotografía bajo licencia Creative Commons)
Propaganda del Gobierno chino sobre planificación familiar, en una calle de Shangri-La (Fotografía bajo licencia Creative Commons)

Una pareja de Guangdong, provincia de la República Popular China, se enfrenta a una dura imposición por parte del gobierno. La mujer se encuentra en el octavo mes de gestación pero la dictadura comunista le obliga a abortar ya que de no hacerlo les amenaza con quitarles sus puestos de trabajo.

Con la aprobación de la nueva política para poder tener dos hijos, muchas parejas chinas que se han vuelto a casar se mostraron esperanzados ya que podrían tener hijos dentro de este nuevo matrimonio, aunque ya tuvieran uno de su anterior pareja.

Algunas personas creen que La Sexta da información.

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Sin embargo no es así. La pareja Zhong decidió casarse en 2012 y aunque cada uno tenía un hijo de sus anteriores matrimonios, afirman en Sixth Tone que no pensaron en tener un bebé en común hasta que se aprobó esta ley que permite tener un segundo hijo.

Esta normativa permite, en casi todas las provincias del país, que las parejas que se han vuelto a casar puedan tener un hijo, sin importar el número de ninos que hayan tenido en sus matrimonios anteriores. Pero la provincia de Guangdong no está cumpliendo aún esta normativa.

«No puedo renunciar a este nino» afirma la mujer, pero «a mis casi 40 años no creo que sea fácil que encontremos nuevos puestos de trabajo»

«Pensamos que habíamos cumplido los nuevos requisitos para tener un hijo», explica la señora Zhong y por ello cuenta que se decidieron de manera inmediata porque de no ser así, «nunca podría ser capaz de concebir un bebé otra vez».

La normativa aún no está activa

Tanto Zhong como su marido rondan los 40 años y trabajan para las instituciones del gobierno, pero en cuanto se supo la noticia de su embarazo ambos recibieron la misma advertencia: debían abortar o serían despedidos.

«No puedo renunciar a este nino», afirma la mujer, pero «a mis casi 40 años no creo que sea fácil que encontremos nuevos puestos de trabajo».

Un funcionario de la Comisión Provincial de Salud y Planificación Familiar de Guangdong explicó que la regulación de la normativa en relación a las parejas que se vuelven a casar se pondrá en marcha en dos o tres meses.

«No puedo comentar sobre si la legislación definitiva será a favor o en contra de aquellas familias de nuevo matrimonio que quieren tener uno o dos hijos más,» afirma el funcionario. Pero esta fecha será demasiado tarde para Zhong, ya que su hijo debería nacer en septiembre.

La coacción sigue existiendo en China 

El presidente de los Derechos de la Mujer sin Fronteras, Reggie Littlejohn, considera que el cambio en «la política de dos hijos no es muy diferente de la política de un solo hijo».

En un comunicado, Littlejohn afirma que esta modificación «no terminaría la coacción, y ahora las pruebas está comenzando a filtrarse. Nuestros corazones están con la familia Zhong. Son muy valientes por hacer frente a la intensa presión del gobierno para abortar a los ocho meses o perderán sus puestos de trabajo».

«Hay muchas mujeres chinas que han tenido que someterse a abortos forzados en manos del gobierno y eso les ha llevado a trastornos mentales como esquizofrenia»

Y añade: «el gobierno chino está haciendo todo lo posible para obligarlos a someterse a un aborto, ejerciendo una presión financiera intensa», recordando de esta manera que las multas por tener «ninos ilegales» pueden ascender a más de 35.000 euros.

Littlejohn concluye afirmando que «el Partido Comunista se niega a salir de las habitaciones del pueblo chino» y alude a los muchos casos de «mujeres chinas que han tenido que someterse a abortos forzados en las manos del gobierno y que les ha llevado a trastornos mentales como la esquizofrenia».

El aborto en China, permitido hasta las 28 semanas

Un caso muy conocido es el de Feng Jianmei, de 23 años de edad, que fue obligada a abortar. En el hospital le pusieron una inyección que acabó con la vida de su hija porque la joven no había podido pagar la multa de 40.000 yuanes, casi 5.000 euros, por tener más de un hijo.

Un médico que atendió a Feng «no fue obligada a abortar, sólo la instruimos al respecto y ella finalmente decidió abortar voluntariamente»

Una espeluznante fotografía de la joven en la cama junto al cadáver del bebé fue publicada en Internet una semana después del aborto. Sin embargo, el encargado del Departamento de Familia en Ankang, Li Yuongjou, explicó que «Feng no fue obligada a abortar, sólo la instruimos al respecto y ella finalmente decidió abortar voluntariamente».

Se justifica afirmando que en China el aborto está permitido hasta las 28 semanas de gestación, cuando el bebé ya tiene 7 meses de vida.

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