Charlie Craig y David Mullins denunciaron ante la Comisión de Derechos Civiles de Colorado al dueño de la pastelería Masterpiece Cakeshop, Jack Phillips, por no querer hacer la tarta de su ‘boda’ al ser una pareja del mismo sexo.
Pero el caso llegó hasta la corte suprema que ha dictaminado, por mayoría, que la comisión había violado los derechos de Phillips que se recogen en la primera enmienda de la constitución estadounidense (que garantiza la libertad de expresión). El juez Anthony Kennedy ha dicho que la Comisión de Derechos Civiles de Colorado mostró «hostilidad» hacia sus creencias religiosas en el procedimiento.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
Suscríbete a Actuall y así no caerás nunca en la tentación.
Suscríbete ahora«El panadero, en su calidad de propietario de una empresa que presta servicios al público, debe tener su derecho de libre ejercicio de la religión»
Según el juez Kennesy «las leyes y la constitución pueden, y en algunos casos deben, proteger a las personas homosexuales en el ejercicio de sus derechos civiles, pero las objeciones religiosas y filosóficas al matrimonio homosexual son puntos de vista protegidos y en algunos casos formas de expresión protegidas», por lo que el panadero estaba en su derecho de negarse.
«Los precedentes de la corte dejan en claro que el panadero, en su calidad de propietario de una empresa que presta servicios al público, debe tener su derecho de libre ejercicio de la religión limitado por las leyes que se aplican generalmente», continuó Kennedy.
Ruth Bader Ginsburg y Sonia Sotomayor, las dos jueces más liberales de la corte, no estuvieron de acuerdo ya que, según ellas, Phillips violó la ley contra la discriminación de Colorado que prohíbe a las empresas no dar el servicio por motivos de raza, sexo, estado civil u orientación sexual, según recoge The Guardian.
Brad Polumbo, abiertamente homosexual, defendió en su día a Jack Philips, y explicó que no tenía inconveniente en venderles pasteles que prepara a diario, pero «elige no diseñar tartas encargadas específicamente para uniones homosexuales». De hecho, Jack Phillips no sólo se ha negado a realizar una tarta decorada con motivos LGTB. En el pasado, por razones de libertad de conciencia, ha rechazado realizar trabajo especiales que contengan mensajes antipatrióticos o profanos, e incluso, a fabricar pasteles con motivos de Halloween.
No es la primera vez que la justicia rechaza aplicar medidas cautelares, como es el caso de Cathy Miller, una pastelera que se negó a hacer la tarta de boda de dos mujeres que iban a tener una unión civil, porque «violaba» su conciencia, a la que también dieron la razón.