Una de las mayores dificultades que encuentra la mujer en el mundo laboral es tratar de conjugar su papel de madre, con su papel de mujer trabajadora. La Justicia no permite, el menos en la teoría, que a la hora de contratar a una persona se le cuestione sobre su intención de ser padre o madre, incidiendo en los casos de las mujeres. Y además, trata de proteger a la mujer embarazada para que el embarazo no pueda ser nunca causa de despido.
Pero no siempre ocurre así en todas las empresas. Y no siempre la Justicia cumple su papel de garante.
Estos días se ha conocido el caso de la futbolista venezolana Rayvéliz Hernández, del equipo Flor de Patria, de Valera, Trujillo, en Venezuela. Aunque el caso se remonta a 2017, cuando fue despedida de su club tras anunciar que estaba embarazada, ahora se conocido que la Justicia ha fallado en favor del club, que fue denunciado por la futbolista. Según el tribunal el club puso fin de manera legal al contrato y tras ello, «la deportista únicamente debía recibir la remuneración atrasada por las cantidades adeudadas hasta el momento de conocerse el embarazo».
En España algunos clubes incluyen cláusulas antiembarazo, totalmente ilegales, pero que muchas jugadoras firman si quieren desarrollar una carrera deportiva
El sindicato internacional de futbolistas (FIFPro) ha lamentado la decisión del tribunal ya que «sienta un precedente muy preocupante para el fútbol femenino». Sin embargo, este es el último caso conocido pero ya hace un tiempo saltó la polémica en España. Varias deportistas profesionales hablaron de los contratos que firman en los clubes y que incluyen cláusulas antiembarazo, totalmente ilegales, pero que muchas jugadoras firman si quieren desarrollar una carrera deportiva.
Begoña Fernández, jugadora de balonmano e internacional con España, narraba cómo lo vio ella en un club en el que militó. «Vi cómo en uno de mis equipos, una chica muy joven era despedida por quedarse embarazada. Se fue a casa, se deprimió, tuvo un aborto y a los pocos días la volvieron a llamar para ofrecerle de nuevo el contrato. Eso sólo tiene un calificativo: despreciable», afirmaba.
Eso mismo afirmó que le ocurrió a Mariajo Pons, futbolista. «El embarazo estaba junto a otras causas por las que podía quedar sin efecto el contrato, como hacer deportes de riesgo o incumplir normas de tipo disciplinario», afirmaba la jugadora al diario El Mundo.
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