La Organización Mundial de la Salud ha modificado la consideración de la transexualidad o también llamada ‘incongruencia de género’ dentro de la última versión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11).
Actuall ha solicitado el parecer de expertos que conocen de primera mano el asunto o que, desde su experiencia y su preparación científica tienen herramientas para emitir un juicio al respecto.
La voz más autorizada en España -y una de las pocas que se atreve a discrepar de los grupos de presión LGTBI- es de Charlotte Goiar, la primera persona a la que el Tribunal Supremo autirizó para realizarse una cirugía de modificación genital.
Goiar resalta, en una tribuna publicada en Actuall en la que desmiente que la transexualidad haya dejado de ser considerada una enfermedad, que se trata de «un concepto socio-político construido por el lobby LGTB que nada tiene que ver con la medicina» cuya definición «es ambigua e imprecisa» ya que no existe en el ámbito médico como tal (CIE-11) bajo esta definición (transexualismo).
Goiar sostiene que esta indefinición es normal porque el término transexualidad «no es más que una construcción social del mencionado lobby para abarcar un abanico de personas de amplio espectro basado en pura ciencia ficción, pues la verdadera transexualidad como tal sólo se produce en animales y en plantas».
Así, recuerda Goiar, la clasificaicón oficial de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud «mantiene la Incongruencia de Género como una enfermedad, de carácter biológico, que precisa diagnóstico médico para su tratamiento».
Por ello, enfatiza, «guste o no al lobby LGTB y sus aliados que han fracasado dramáticamente en su intento por despatologizarla».
Por su parte, el catedrático de genética de la Universidad de Alcalá y miembro del Comité Nacional de Bioética de España, Nicolás Jouve, explica a Actuall que «en el momento de que retiras algo tenido hasta ahora como problema psicológico del catálogo de enfermedades lo que haces es dejar desprotegidas a las personas. Aquellos transexuales que quieren cambiar su situación y recurrir un tratamiento para salir de una situación en la que se sienten a gusto no tendrán dónde acudir».
Desde otra perspectiva, el psicopedagogo Ramón Novella considera que la Organización Mundial de la Salud «ha tomado la decisión presionada por el lobby gay. Ha dado respuesta a la presión» Sin embargo, subraya, «no hay ninguna duda de que la OMS sigue considerándola una enfermedad y, por tanto, necesitada de algún tipo de tratamiento o curación».
A su juicio, «quitarla del apartado de ‘mentales’ es un gran error porque hay una parte psicológica y psiquiátrica de la persona que requiere ayuda». «En definitiva, hay una persona que está sufriendo y necesita apoyo», concluye Novella.
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