La conferencia ‘Marxismo, feminismo y LGTBI’, organizada por HazteOir.org, sigue cosechando éxitos por su gira por España. En esta ocasión, unas 200 personas arroparon a los escritores argentinos Agustín Laje y Nicolás Márquez. De hecho, una veintena de ciudadanos no pudo entrar a la charla al superarse el aforo.
La presentación de la conferencia fue a cargo del catedrático de Filosofía de Derecho y miembro de la Junta directiva de HazteOir.org, Francisco José Contreras, quien apeló a «la falta de libertad de expresión que existe en España» y a la «presión que existe en la Justicia por parte de los grupos LGTBI».
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Suscríbete ahoraPor su parte, el politólogo Agustín Laje aseguró que «la teoría feminista ha ido progresivamente deconstruyendo la naturaleza de la sexualidad humana». Y añadió que «la ideología de género es un conjunto de ideas anticientíficas que, con propósitos políticos autoritarios, desarraigan la sexualidad humana para explicarla de una manera monopolizadora a raíz de la cultura».
Nicolás Márquez insistió en la idea de que «la ideología de género tiene el propósito de atacar al cristianismo». «En Irán asesinan a los homosexuales, ¿por qué no hay marchas de repudio en los países en los que pasan estas cosas? Siempre existen en el Occidente cristiano», añadió.
Un imponente despliegue de seguridad en la calle y en el hotel a cargo de la Policía Nacional impidió algunas decenas de individuos de grupos LGTBI, anarquistas y comunistas reventaran la conferencia y acosaran directamente a los asistentes.
Presiones a NH Hoteles
Por otro lado, desde la asociación celebran que «la cadena NH Hoteles haya demostrado que no se achanta ante las presiones y coacciones recibidas», ya que recibió presiones para que no se celebrase la conferencia en Sevilla.
Una de las coacciones vino de María José Sánchez Rubio, consejera de Igualdad de la Junta de Andalucía, quien en su cuenta oficial de Twitter aseguró: «No permita que en sus instalaciones se celebren actos contra la igualdad y contra la dignidad y los derechos de las personas LGTBI y sus familias». Unas declaraciones que HazteOir.org ha denunciado ante la Fiscalía de delitos de odio.
https://twitter.com/iarsuaga/status/1062771862734888960
Hoy hemos denunciado ante la Fiscalía de Delitos de Odio a la consejera del @psoeandalucia @mjsanchezrubio por posibles delitos de prevaricación y obstaculización de los derechos fundamentales de reunión y expresión, de igualdad y de libertad ideológica https://t.co/0RBhsjBD1O
— Ignacio Arsuaga (@iarsuaga) November 15, 2018
Asimismo, desde la asociación liderada por Ignacio Arsuaga quieren agradecer el «espectacular despliegue policial» que agentes llevaron a cabo este jueves frente a los 200 radicales que se agolparon para protestar contra la conferencia impartida por Agustín Laje y Nicolás Márquez.
Los jóvenes, protagonistas de las charlas
Sin duda, la gira de conferencias ‘Marxismo, Feminismo y LGTBI’ impartidas por Agustín Laje y Nicolás Márquez de la mano de la Asociación HazteOir.org están dando de qué hablar. Los violentos se agolpan a las puertas de los hoteles donde se realizan las conferencias para amedentrar a los que quieren asistir y para amenazar hasta de muerte a los que forman parte de ellas. Pero, sin duda, uno de los fenómenos que más llama la atención es la presencia de, cada vez más, jóvenes que asisten para escuchar los argumentos de los dos argentinos y para que les enseñen a entender mejor la realidad.
Madrid, Zaragoza, Oviedo, Barcelona, Palma de Mallorca, Valencia, Murcia, Sevilla y Cádiz han sido las ciudades elegidas para llevar a cabo esta gira. En todas ellas, jóvenes presentes para informarse. En Madrid, se podía ver a muchos jóvenes comprando el libro producido por HazteOir y esperando a que Laje y Márquez se lo firmasen. En Murcia, por ejemplo, se podía ver a los jóvenes sentados en el suelo escuchando atentamente a los escritores argentinos.
«Tengo 19 años. Soy mujer y no es fácil. No me siento oprimida por los hombres sino por las demás mujeres»
Sin duda, es un ejemplo de cómo esta lucha contra la ideología de género y esta defensa de los valores tradicionales va más allá de aquellos a los que los violentos llaman con una patente falta de respeto «casposos». No, señores, no. Los jóvenes están siendo los protagonistas en estas charlas, ¿por qué? Porque ellos también se preguntan, ellos tampoco entienden por qué existe esa necesidad de adoctrinar a la gente. Y porque, sin duda, son lo suficientemente inteligentes como para no dejarse llevar por esta psicosis colectiva que parece que nos ataca día a día.
A continuación, ponemos la carta de una de esas jóvenes de las que hablo, cuyo nombre no publicamos por respeto a su anonimato. Con diecinueve años, da las gracias a la asociación por organizar este tipo de charlas que se corresponden con sus valores.
«Buenas noches,
En primer lugar quería dar las gracias por la charla de esta tarde en Murcia, a pesar de que hubiera gente protestando en contra de dar una simple y pacífica charla, en el que hubo un simple diálogo y presentación de un libro, se pudo llevar a cabo tranquilamente.
Con 19 años que tengo, ser chica es muy duro, sí, pero no porque me sienta oprimida por el hombre como dicen las feministas, me siento oprimida por ellas mismas, por su pensamiento, por esa manera de adoctrinar. Me siento amenazada por gente pro-aborto, del LGTBI…, etc, porque ellos piden libertad pero para nosotros, que tenemos otras ideologías no hay, y hoy me he sentido segura en esa charla, he sentido que no estoy sola, que no soy la única de mi clase de la universidad que piensa así, o no soy la única en mi entorno de amistades que piensa de tal manera.
Gracias por organizar charlas como estas, porque yo he salido saciada de cosas buenas, de argumentos para defenderme, de valores que me sirven para crecer como persona.
«Me llamaron fascista, machista y asquerosa. Sentí miedo pero no me escondí»
Quería contar también que, esta tarde al asistir a tal evento, cuando iba de camino al hotel veía a gente alrededor mío con pancartas que ponían la típica frase de: «mi cuerpo, mi decisión», «aborto legal», etc, también veía gente con la bandera de arcoíris, banderas comunistas, rojas y moradas, y llegó un momento en el que pensé darme la vuelta y volver a mi piso, llegué al paso de cebra para cruzar y entrar al hotel, y me dije a mi misma: «Vale, si me voy y no asisto a la charla no me pasará nada» (ya que cuando vi a toda esa gente empecé a tener miedo, porque no me sentía segura a su lado, y también a tener rabia porque no dejarían hacer una simple charla).
Pero, en ese momento, abrí los ojos y dije: «¿En serio les vas a dar el gusto a ellos? ¿Me voy a perder algo que me hará crecer en valores? ¿En serio? Si voy es porque quiero aprender de gente civilizada, gente con dos dedos de frente».
«Cuando salí de la charla me fui a mi casa y llamé a mis padres para darles las gracias por los valores que me han enseñado»
Así que, me dispuse a cruzar con mi cabeza bien alta y entrar al hotel donde se dispondría la charla, cuando ya estaba en la puerta me dijeron de todo: fascista, machista, asquerosa… en ese momento claro que me sentí mal, pero a la vez llegué contenta a la charla y salí más contenta aún.
Comunistas a las puertas del acto de https://t.co/Kc2lsntWWk en #Murcia protestan contra la presentacion del #libro 'Marxismo, feminismo y LGTBI' . 'Murcia sera la muerte del fascismo' dicen las turbas. pic.twitter.com/fN0GJIhgJU
— HazteOir.org (@hazteoir) November 14, 2018
Cuando se terminó, me fui de ahí como había entrado, con la cabeza bien alta, salí junto a una madre con su hija, fuimos de las primeras, había el doble o triple de gente chillando (o rebuznando, porque son burros siguiendo a otros, que no saben ni por qué están ahí) y me chillaron, nos chillaron a las tres: fascistas de m**rda, por vuestra culpa el país va así, en serio sois mujeres?, si fueseis mujeres estaríais con nosotras, no ahí defendiendo el machismo, el patriarcado…
También salí con mucho miedo, pero en ningún momento me escondí, yo iba feliz, sonriendo, cogí el autobús para irme de vuelta a mi piso y llamé a mis padres para darles las gracias por todo lo que me han enseñado. Gracias a ellos soy como soy. Otra vez, y finalmente, doy las gracias por no perder valores, por hacer estas charlas, que asistiendo es como se gana y no berreando ni quejándonos. Gracias».