«España no es un país para jovenes”. Es la conclusión que extrae el Consejo de la Juventud de España (CJE), cuyo Observatorio de la Emancipación ha presentado este lunes en Madrid su informe relativo al primer semestre de 2015, en el  que denuncian que más de un tercio de los jovenes españoles están al borde de la exclusión social.

El estudio, presentado por el sociólogo Joffre López y el responsable del área socioeconómica del CJE Víctor Reloba, maneja  estadísticas oficiales y llega a la conclusión de que los jovenes conforman el colectivo «que más riesgo de pobreza y exclusión social tiene en la actualidad», pese a lo cual  es el que pasa más desapercibido.

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Casi cuatro de cada diez son pobres

Sobre este asunto, el informe revela que el 36,4% de los jovenes entre 16 y 29 años se encuentra por debajo del umbral de la pobreza, tasa que alcanza el 56,8% entre los que están en paro y el 25,1% entre quienes están trabajando. «Hay pobreza laboral -ha explicado Reloba-. El trabajo ya no es una garantía de inclusión en la transicion a la vida adulta».

En la franja de 30 a 34 años de edad, la tasa de pobreza o exclusión social se sitúa en un 30,1% que llega al 62,5% entre los parados y al 27,7 % de los que están ocupados. No en vano, el 64,1 por ciento de la poblacion menor de 30 años no percibe salario algunoen el 18,1% de los hogares en que viven no hay ninguna persona que esté ocupada.

El Observatorio alerta de la temporalidad y la precariedad del trabajo. El 27,6% de los ocupados menores de 30 años tienen jornadas inferiores a 35 horas semanales, un empleo parcial que afecta en mayor medida a las mujeres, con un 24,3% subocupadas. Además, el 93,3% de los contratos que firmaron menores de 29 años en el primer semestre del año pasado eran temporales.

También salen peor paradas las mujeres jovenes cuando se trata de sobrecualificación. Según los datos procesados por el CJE, el 64,9 por ciento de las ocupadas tiene un preparación superior a las necesidades de su puesto de trabajo. Entre los hombres, los sobrecualificados son el 49,9 por ciento.

Los bajos salarios impiden la emancipación

En cuanto a la remuneración, el Observatorio señala que el salario medio de una persona menor de 29 años en España es de 11.158,98 euros, es decir, menos de mil euros al mes  y «sólo hay un diez por ciento» que obtiene ingresos por encima de los 1.800 euros mensuales. Esa es la poblacion, según los responsables del estudio, que podría emanciparse y no siempre lo lograrían destinando menos del 30% de sus ingresos mensuales a vivienda, como está recomendado en términos de solvencia.

En total, la compra de una vivienda libre supondría dedicar inicialmente el 56,6% del salario neto de un joven que pudiera antes disponer de un ahorro equivalente a cuatro años de sueldo. «O lo que es lo mismo, deberían ganar un sueldo un 95,4% superior al actual para poder ser un cliente solvente», explica el informe.

Si no destinasen más del 30% de su sueldo -cifra considerada umbral máximo tolerable-, sólo podrían acceder a 38,7 metros cuadrados en alquiler o a la compra de una vivienda de 51,2 metros cuadrados. De hecho, el informe dice que en las condiciones actuales del mercado, los jovenes tendrían que dedicar el 58,6% de su sueldo mensual al alquiler y el 60,6% en caso de compra.

En este sentido, el informe apunta que si bien se han producido reducciones en el precio de la vivienda, esta sigue siendo inalcanzable en muchos casos, lo que provoca -sumado al resto de factores- que el 80% de los jovenes siga viviendo con sus padres. La tasa de emancipación residencial ha caído desde 2008 en todos los tramos de edad salvo en el de 30 a 34 años, que sube un 0,5 por ciento.

Entre la poblacion de 16 a 24 años la tasa es del 6,8%, un 45,7% menos que al inicio de la crisis. Entre los jovenes de 25 a 26 la caída es del 10,3% hasta un 42,3% que sí se han emancipado. Por sexos, se acentúan las diferencias: hay más mujeres emancipadas (25,2%) que hombres (16,4%).

Graves consecuencias demográficas

El Consejo de la Juventud reclama, sobre todo, un empleo digno para los jovenes además de otras medidas integrales que proporcionen realmente una garantía a esta poblacion, cuyo empobrecimiento e inestabilidad tienen «consecuencias demográficas muy graves», tales como la caída de la natalidad o la insostenibilidad de las pensiones.

Denuncia además que en España se destina «35 veces más presupuesto a la tercera edad que a infancia, educación y juventud juntas», una «anomalía a nivel mundial» porque»no hay ningún país de la OCDE donde la diferencia sea superior a diez veces».Por tanto, exige que este asunto forme parte de la agenda política.

«Donde antes había un trabajo a tiempo completo ahora hay dos o tres a tiempo parcial, que son los empleos que no permiten emanciparse ni tener una familia. Se va a mantener la incertidumbre y va a haber jovenes rotando y rotando de empleo en empleo temporal que no van a tener opciones de futuro», ha vaticinado Reloba.

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