Europa envejece y se empobrece. Es, además, una tragedia de la que nadie hace caso, comenzando por los gobiernos que llevan años sin llevar a cabo medidas a favor de la familia y de la natalidad.
Sin embargo, el polémico Julian Assange, fundador de WikiLeaks ha alzado su voz para denunciar a través de su cuenta oficial de Twitter la situación en la que se encuentran muchos países de Europa. Assange considera que el invierno demográfico se debe en gran medida al Capitalismo, Ateísmo y Feminismo.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraCapitalism+atheism+feminism = sterility = migration. EU birthrate = 1.6. Replacement = 2.1. Merkel, May, Macron, Gentiloni all childless. pic.twitter.com/mkqowTABWx
— Julian Assange 🔹 (@JulianAssange) 2 de septiembre de 2017
Una Europa sin hijos
En su tuit, habla específicamente de estas tres causas. Y, es que según el fundador de WikiLeaks, la proliferación de todos ellos ha dejado una Europa sin niños y le ha llevado a una situación que él llama de “esterilidad”.
Además, Assange considera que la consecuencia de esta “esterilidad” es la llegada de inmigrantes a Europa que están desestabilizando varios países.
De este modo, aparecen países como España con una tasa de 1,33; Alemania, con 1,50; o Italia, con 1,35
Ninguno de los líderes europeos tiene hijos
Este informático aporta, además, un mensaje con datos sobre la natalidad en Europa en el que actualmente se tienen 1,6 por mujer cuando la tasa de reemplazo generacional está en 2,1 hijos, según informa Religión en Libertad.
De este modo, aparecen países como España con una tasa de 1,33; Alemania, con 1,50; o Italia, con 1,35.
Pero, ¿qué tienen en común los líderes de las cuatro mayores potencias económicas europeas, Alemania, Francia, Italia y Gran Bretaña? ¿Qué tienen en común Merkel, Macron, Gentiloni y Theresa May?
Muchas cosas, sí, pero los cuatro comparten una peculiaridad bastante significativa: ninguno tiene hijos biológicos.
A estos hay que sumar al sueco Stefan Löfven y el primer ministro holandés Mark Rutte. La coincidencia es extraordinaria, incluso en un momento de honda crisis demográfica en Europa con el consiguiente envejecimiento acelerado. La pregunta es si, en igualdad de condiciones, importa o no que los gobernantes no sean padres.
Quizá el caso más significativo y, desde luego, el de mayor actualidad es el del recién nombrado presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron
El caso es tan alarmante que la ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, ha declarado que, a menos que las alemanas cambien la tendencia y empiecen a tener hijos, el país tendrá que “apagar las luces”.
Pero quizá el caso más significativo y, desde luego, el de mayor actualidad es el del recién nombrado presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron. Lo que alarma a tantos franceses y ha llevado a la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, a la segunda vuelta de las presidenciales francesas, la islamización de Francia, no le quita el sueño al nuevo presidente.
Pero es que Macron no tiene que temer por que sus descendientes vivan en una Francia musulmana, ya que no deja ninguno.