El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla Aguirre, ha aclarado qu ele «incendio mediático» desatado en las últimas horas sobre sus reflexiones acerca de la ‘huega feminista’ del próximo 8 de marzo está basada en la manipulación y el falseamiento de sus palabras por parte del diario Público, que tituló «El obispo de San Sebastián acusa a las feministas de llevar el demonio dentro».
Semejante frase fue calificada por el obispo como «absolutamente falsa» y «sacada de contexto».
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraMonseñor Munilla ha reiterado en un encuentro organizado por Deusto Forum, como hizo el pasado lunes en su programa de Radio María del que se manipularon sus reflexiones, que la mujer sufre debido al aborto selectivo «un holocausto femenino del cual nadie habla y por el cual en este momento en el mundo faltan 120 millones de mujeres».
«El aborto libre fue revindicado como bandera de libertad y ha resultado ser una auténtica agresión a la propia mujer», explica monseñor Munilla
A su juicio, este holocausto deriva de la reivindicación del aborto libre como supuesta vía de liberación de la mujer en los años 69 del siglo XX, que ha resultado ir «en detrimento de la propia dignidad de la mujer. Ese es el gol que dije que el demonio había metido al feminismo radical. Un gol en detrimento de la dignidad de la propia mujer«.
«El aborto libre fue revindicado como bandera de libertad y ha resultado ser una auténtica agresión a la propia mujer», subraya el obispo de San Sebastián.
Munilla considera que esta manipulación constituye una prueba concreta de que existe una dificultad de cómo expresarse en la pinza entre el «fundamentalismo de tipo machista» y el «pensamiento único políticamente correcto que es el que está formulado por la ideología de género en este momento».
La maternidad es «una de las fuentes principales de dignificación de la mujer» además de la «fuente del futuro de la sociedad», recuerda el obispo donostiarra
A su juicio, la perspectiva cristiana se sale de esta dicotomía y se alinea «con un feminismo de equidad», «femenino», que «no es el de la ideología de género». El de género, explica el obispo, hace obligatoria asumir una agenda en la que se encuentra el abortismo y suponer «que el hombre y la mujer nacen sexualmente neutros y que es la cultura la que nos llega a hacer hombres y mujeres».
Munilla defiende que el cristiano ha de apostar por el «feminismo de equidad» en el que la mujer sea «reconocida para que tenga los mismos derechos que un hombre en su dignidad», en el que «la maternidad tiene que tener un reconocimiento por parte de las instituciones» para que no se derive de esa circunstancia una desigualdad laboral. El obispo apostilla a este respecto que la maternidad es «una de las fuentes principales de dignificación de la mujer» además de la «fuente del futuro de la sociedad».
Sobre la violencia machista, monseñor Munilla explica que «nace de un animalismo en el hombre, de una no superación de la condición animal, según la cual el macho tiene que dominar a la hembra».