El propietario de un bar en el barrio gay de Toronto y el ex viceprimer ministro de Toronto, George Smitherman, han puesto en marcha una demanda colectiva contra los cristianos que se infiltraron en el Orgullo Gay de la ciudad. La realidad de Canadá es que ya está dominado completamente por la ideología de género y la dictadura LGTBI.
Los denunciantes exigen una multa de 104 millones de dólares a los cristianos que repartieron lo que parecían ser condones, pero que contenían un mensaje en el que alertaban del daño moral y psíquico que producen los actos homosexuales, tal y como recoge Life Site News
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEl acto fue organizado por el activista canadiense Bill Whatcott. De acuerdo con el abogado que lleva el caso, la demanda trata de impedir que Whatcott y su grupo den «una mayor difusión a los mensajes de odio y que no participen en las futuras marchas en cualquier lugar en Canadá.»
Infiltrados para lanzar un mensaje al LGTBI
A simple vista nadie pensó que el grupo de personas disfrazadas de zombis verdes, eran realmente cristianos. De hecho, llevaban un cartel en el que rezaba: ‘Gay zombies, asociación de fumadores de cannabis’. De ahí, que su participación en el Orgullo Gay de Toronto pasó desapercibida.
Durante la marcha, este grupo infiltrado, que pagó 100 dólares por participar en el evento, se dedicó a repartir lo que parecían ser condones, y con enorme éxito lanzaron un mensaje a cientos de personas que agradecidos recogían los ‘condones’ gratuitos.
Pero las cosas no eran lo que aparentaban. No sólo ellos iban disfrazados, sino que los ‘condones’ también lo estaban. En vez de tratarse de anticonceptivos, el regalo de este grupo consistía en una serie de mensajes en los que alertaban del daño moral y psíquico que producen los actos homosexuales.