Rudy Lenners, exbaterista de Scorpions.
Rudy Lenners, exbaterista de Scorpions.

¡Cuidado, te va a picar! es el sugerente título del libro que acaba de publicar el belga Rudy Lenners (Seraing, Bégica, 1952), exbaterista del mítico grupo de rock metalero Scorpions en el que, además de hacer repaso de su extensa carrera artística, expone con ironía, humor y sarcasmo algunas relexiones sobre temas de muy diversa índole.

Su paso por la banda del Scorpión apenas duró dos años, pero, de manera indudable le marcó profundamente. Su salida del grupo, como cualquier episodio de estas características en una banda de éxito mundial, estuvo rodeado de comentarios, rumores y polémicas. Se habló mucho de un problema de salud relacionado con el corazón, pero muy poco de un aspecto que fue determinante y que ahora desvela en su libro.

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Lenners creció como hijo único y su pregunta por tal circunstancia a sus padres nunca fue satisfactoria para el pequeño Rudy, que se «vengaba» de tal circunstancia haciendo pandilla en las calles de su barrio.

«Cuando era niño, siempre había querido tener un hermano o una hermana, pero mis papás (sobre todo mi padre) prefirieron evadir la pregunta antes que darme las verdaderas razones de su rechazo. Yo me lo perdí… Gran tristeza entonces, pero como vivía en un lugar donde había muchos niños, me ‘vengué’ jugando mucho con ellos, ¡me había convertido en un niño de la calle, un niño de la pelota! Mis amigos de entonces e incluso los que frecuento ahora me dicen que nunca me comporté como un hijo único», recuerda LEnners, en una entrevista concedida a International Family News.

Rudy Lenners formó parte de Scorpions entre 1975 y 1977.

El anhelo de un hermano y de construir una familia siempre le acompañó durante la adolescencia y ya en sus primeros pasos como adulto y músico profesional, precisamente con los Scorpions.

A nadie se le escapa que la vida de fama y excesos que envuelve a las bandas de rock and roll no es el mejor ambiente para hacer fructificar el «deseo feroz de crear una familia», en palabras de Lenners.

«Este sentimiento perduró durante la adolescencia y cuando me convertí en músico profesional, sentí que subía en mí un sentimiento familiar intenso y un deseo feroz de crear una familia en un futuro próximo», recuerda Lenners.

Pero el anhelo fue más fuerte que el atractivo de la fama, el dinero y sentirse adulado por una legión de fans a lo largo y ancho del planeta: «el ambiente social de la música, sobre todo a alto nivel, es propicio al fanatismo hacía el artista, a los valores no añadidos y a los excesos a todo dar que he tenido que rechazar una y otra vez» reconoce el artista.

Lenner era perfectamente consciente de que fundar una familia exige mucha renuncia personal y, en ocasiones, profesional: «Con los Scorpions y el alto nivel de notoriedad del grupo, sabía que nunca habría podido fundar una [familia] decentemente. Así que decidí dejarlos tratando de concebir la música de otra manera y fundar una gran familia unida, ya que mi futura esposa ya estaba presente durante mi estancia en Alemania».

«Después de unos años de gloria efímera, finalmente solté la presa de la fama por… la luz», subraya el baterista, que tras su paso por los Scorpions, con quienes grabó dos discos, formó parte de otras bandas como Steelover, Such a Noise o Substitute -una formación tributo a The Who-, para reconducir su desempeño profesional hacia el ejercicio de la dirección artística.

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