Hungría es uno de los países de Europa más sensibilizados por la defensa de los derechos humanos, comenzando por el más básico de todos: el de la vida. Quizá porque vivió en sus carnes los rigores de la dictadura soviética.
Eso explica su apuesta decidida por la vida y por la familia, con el matrimonio en primer término, mediante una serie de incentivos para impulsar la maternidad y la natalidad. La política del primer ministro Viktor Orban es como una nueva sublevación pero esta vez contra la tiranía de lo políticamente correcto y del establishment del Nuevo Orden Mundial.
En ese contexto se inscribe la Cumbre de la Familia de Budapest, bajo el patrocinio de Orban y de la ministra de Estado magiar para la Familia y Juventud, Katalin Novák, celebrada el pasado fin de semana.
De sus muchos y destacados participantes, en distintos foros y ponencias, destacamos algunos de los más significativos.
María San Gil: “El aborto es un crimen infame”
La exdiputada popular en el Parlamento Vasco, denunció que: “Hoy defendemos que la vida no es patrimonio de ninguna ideología, la defensa de la vida tiene que estar más allá que ser de derechas o de izquierdas»
San Gil, que ha sufrido muy de cerca la amenaza del terrorismo al que ha comparado alguna vez con el aborto, sostiene «todas las sensibilidades tienen que sentirse absolutamente orgullosas de defender la vida, de defender a los seres humanos más indefensos. Creo además que en esta defensa de la vida tenemos que ser absolutamente radicales”.
E insiste: “El aborto es hoy un crimen infame que mata a más de un millón de niños en Europa”.
La ex política del PP explica que el abortismo es «una estrategia perfectamente definida que lo que quiere es terminar con los principios de la cultura cristiana».
Lourdes Méndez: La amenaza del neototalitarismo
La exdiputada del PP, coordinadora de la Plataforma por las libertades y presidenta de la Asociación Familia y Dignidad humana, Lourdes Méndez, denunció que «se estigmatiza al que disiente» en relación a la reforma parcial del aborto y su voto en contra. «No fue algo político, sino ideológico. Nos encontramos en un neototalitarismo. Y lo mismo que ha pasado con el aborto, pasa ahora con las ideologías de género».
Mayor Oreja: Cómo refundar Europa
«La crisis que vivimos arrancó el día en que el aborto se hizo derecho» señaló Jaime Mayor Oreja, presidente de One of Us (que reúne a 37 organizaciones de 17 países europeos, de las cuales 12 son españolas).
«AQUÍ HEMOS ESTADO LOS QUE NO NOS RESIGNAMOS, VENIMOS A MIRAR LAS RAÍCES DE LA CRISIS Y A HACERLES FRENTE»
Y añadió: «A partir de ahí, se abren las puertas a la imposición de la ideología de género, los vientres de alquiler y todas aquellas tendencias que atacan la persona y los valores del verdadero humanismo. Aquí hemos estado los que no nos resignamos, venimos a mirar las raíces de la crisis y a hacerles frente».
Mayor Oreja sostiene que Europa puede volver a refundarse, pero que esta refundación “no se producirá a partir de marketing o la economía”, sino a partir de “una reconciliación de valores”.
El nuevo Dr. Nathanson: el ex abortista Bruchalski, ‘Premio a la defensa de la vida’
El Congreso One of Us, además, otorgó el II Premio One Of Us ‘Un héroe de la vida’ al ex médico abortista John Bruchalski por su trabajo en favor de la vida. Bruchalski era un reconocido médico abortista en Virginia (Estados Unidos).
No tenía escrúpulos a la hora de acabar con la vida de los recién nacidos. Sin embargo, su vida dio un giro de 180º grados durante un viaje a Guadalupe (México) cuando experimentó una conversión religiosa.
Desde entonces Bruchalski se ha convertido en un gran defensor de la vida, como le ocurriera al doctor Bernard Nathanson. A través de su centro médico, Tepeyac Family Centre, ayuda a todas aquellas mujeres embarazadas que tienen problemas para seguir adelante con sus bebés. Además, acaba de inaugurar la mayor clínica provida de Virginia.
“La mejor vía para reducir las elevadas cifras de abortos es ayudar a las madres», explica John Bruchalski
Este médico exabortista tras recibir el premio destacó que recibirlo era “un honor inmerecido e incómodo” porque suponía “un reconocimiento al hecho de haber dejado de matar a la familia humana”.
Bruschalski, que reconoce abiertamente haber vivido durante décadas con “el corazón edurecido”, denunció que “quitarse los problemas de encima con un aborto, es decir, matando a las personas que los sufren es repugnante”. Y concluyó: “La mejor vía para reducir las elevadas cifras de abortos es ayudar a las madres a poder acoger a sus hijos”.
Con su lucha y tesón, este exabortista ahora trae al mundo a más de 700 bebés al año desde la mayor clínica provida de Virginia y Tepeyac Family Center se ha convertido en un refugio seguro para mujeres embarazadas.
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