«¡Buen trabajo chicas!», esta es la frase que puede costarle el puesto de trabajo a Joshua Sutcliffe, un profesor de matemáticas de 27 años en una escuela de secundaria en Oxfordshire, Reino Unido.
Parece exagerado, pero no lo es, porque en verdad no se trataba de dos niñas, sino de una niña y de una niña transexual que ahora es un chico. El profesor, corregido por la niña, en seguida intentó enmendar su error, pidió disculpas y continuó sin darle la mayor importancia, con la esperanza que la niña tampoco se la diese.
Craso error, seis semanas más tardes, creyendo el asunto olvidado, le suspendieron por ‘misgendering’ (término inglés para referirse a cuando te diriges a alguien por el género equivocado) y esta semana se enfrenta a la junta que decidirá si su comportamiento merece solo una advertencia o la ofensa no deja más opción que echarle a la calle.
La comisión también investiga el uso del nombre de pila del alumno por parte del profesor en vez del pronombre él
Era la primera vez que caía en ese error, pues Sutcliffe, hasta ahora, había solventado el problema dirigiéndose al alumno por su nombre de pila en vez de por el pronombre. Al no tener instrucciones de uso, muchos profesores decidieron utilizar el nombre de pila en vez del pronombre, aunque este profesor de matemáticas admita también que sus creencias, cristianas, le impiden dirigirse a él como hombre, por eso evita el uso del pronombre.
Por lo que la comisión que evalúa su caso no solo estudia la utilización de la frase «¡Buen trabajo chicas!», sino que investiga el uso del nombre de pila en vez del pronombre de este profesor (hasta el momento no han abierto más comisiones para el resto del profesorado).
El profesor Sutcliffe está preocupado. Es pastor de una iglesia evangélica y la comisión ha sacado a la luz que ha hablado del aniversario de la reforma luterana en su clase de matemáticas (él matiza que fue en tutorías), que le cerraron su club bíblico voluntario por homofobia (al contar que la Biblia define el matrimonio como la unión entre hombre y mujer) y no ha sido una vez, sino muchas, las veces que ha utilizado el pronombre ella para referirse a él (lo cuál Sutcliffe niega).
Y con su puesto de trabajo y futuro laboral pendiente de un hilo, este joven profesor se ha convertido en polémica internacional y debate nacional por atreverse a decir «¡Buen trabajo niñas!», y pedir perdón por ello.
Comentarios
Comentarios