El gobierno de Ohio (EE. UU.) ha obligado a unos padres a renunciar a la custodia legal de su hija después de que ambos se opusieran a la decisión de la niña de identificarse como ‘niño’ y a su transición a ser ‘varón’.
El Servicio de Trabajo y Familia del Condado de Hamilton se ha hecho cargo legalmente de la adolescente, de 17 años, quien, según los registros judiciales, sufre disforia de género. La adolescente actualmente vive con sus abuelos maternos.
A la menor le diagnosticaron depresión, ansiedad y disforia de género después de ser hospitalizada en 2016. Los médicos aseguran que debido a que ella quiere identificarse como un hombre, se le deben administrar medicamentos para «cambiar» la testosterona y el ‘sexo’. Sin embargo, los padres de la niña se han opuesto, argumentando que no creen que ese «tratamiento» sea lo mejor para su hija.
Los médicos pro-transgénero alegan que la niña necesita hormonas del sexo opuesto o que podría suicidarse
En estos momentos están en juego los derechos de los padres y se desconoce quién tomará las decisiones médicas como tutor legal por lo que se espera una decisión este viernes, según ha informado LifeSiteNews.
Los doctores pro-transgénero presionaron a la corte, diciendo que una decisión debe llegar rápidamente, alegando que la niña necesita hormonas del sexo opuesto o que podría suicidarse.
El tribunal aceptó los argumentos de que los abuelos -a favor del cambio de género de la niña- deberían hacerse cargo de la custodia. «Creemos que los abuelos son los que tienen una mente abierta» con respecto a la hormonación para el ‘cambio’ de sexo, mientras que «los padres han indicado claramente que no están abiertos a eso», argumentó el tutor designado por el tribunal para la niña.
Brinkman, abogada de los padres: «No parece que esta niña esté capacitada para poder tomar una decisión que cambie su vida en este momento»
Los padres testificaron que solo desean lo mejor para su hija. Su abogada Karen Brinkman resumió su punto de vista sobre el caso: «Si se les otorgara la custodia a los abuelos maternos, simplemente sería una forma de eludir la necesidad del consentimiento de los padres«, señaló Brinkman al tribunal.
Brinkman razonó que la depresión, la ansiedad y la disforia médicamente afirmadas de la niña indican que ella no está en condiciones de tomar decisiones que puedan afectar a cambios fisiológicos permanentes. «No parece que esta niña esté capacitada para poder tomar una decisión que cambie su vida en este momento», explicó Brinkman .
Tanto los abogados de la niña como los de los abuelos alegaron que los padres enviaron a su hija a una escuela católica, donde el código de vestimenta exige que la ropa femenina «haya causado trauma y ansiedad adicionales» y haya aumentado su «idea suicida».
Al igual que los médicos pro-transgénero, los abuelos instaron a una acción inmediata para evitar que la niña se suicidara.
Por su parte, el fiscal del condado de Hamilton, Donald Clancy, espetó que los padres tienen una motivación religiosa y que el padre comentó que «cualquier tipo de transición iría en contra de sus creencias fundamentales».
La demanda acusa a los padres de retirar a su hija de la terapia transgénero y buscar asesoramiento «cristiano» para la adolescente. Asimismo, el texto afirma que la ayuda consistió simplemente en sentar a la niña durante seis horas a escuchar la Biblia.
El abogado de los padres niega las acusaciones de la Fiscalía. Brinkman explica que los padres «han hecho su diligencia contactando a profesionales médicos, recopilando miles de horas de investigación y confiando en la observación de su propio hija, lo que les ha llevado a la conclusión de que una inyección de hormonas para el ‘cambio’ de sexo no está dentro de los mejores intereses de la niña», por lo que los padres creen que las hormonas del sexo opuesto «harían más daño que bien».
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