El Grupo Parlamentario de Vox en el Congreso defiende a través de una proposición no de ley «eliminar el uso del término ‘género’ y el concepto de la ‘autodeterminación de género de la normativa oficial» así como «acabar con el adoctrinamiento en ideología de género en los centros de enseñanza y en los medios de comunicación».
La propuesta, que figura en el orden del día de la Comisión de Igualdad del Congreso de que se celebra este jueves señala que «la ideología de género es una metamorfosis autodestructiva y socialmente tóxica del feminismo».
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Suscríbete ahoraVox hace un repaso histórico de esta metamorfosis del pensamiento feminista, que se divide en tres etapas u «olas».
La primera es la de las conocidas sufragistas, que reivindicaban la equiparación jurídica de hombres y mujeres y que ella «no quedaran necesariamente confinadas a la esfera doméstica». Estos objetivos, en rasgos generales, fueron logrados en los países occidentales hacia 1960.
La segunda ola, protagonizada por teóricas como Beauvoire, Millet y firestone «adquirió un tono anti-familia y anti-maternidad» ajeno a sus predecesoras. En esta línea, la segunda ola del feminismo reivindica que la liberación de la mujer llegará «cuando se incorpore a la producción y se libere de la reproducción», en palabras de Beauvoir, quien era partidaria de prohibir a las mujeres «quedarse en casa para educar a sus hijos». Y añadía: «Las mujeres no deberían disponer de esa opción, precisamente porque , si existe, demasiadas mujeres la escogerán. Mientras la familia, el mito de la familia y el mito del instinto maternal no sean destruidos, las mujeres seguirán oprimidas». La «obsesión anti-maternidad» de este feminismo de segunda ola explica que el aborto se convirtiera en su principal reivindicación, recuerda Vox.
La ideología de género llega con la tercera ola del feminismo, cuya máxima exponente es Judith Butler. Este feminismo considera que lo opresivo es «el concepto mismo de mujer, la naturaleza femenina misma» y por tanto niega la realidad científica de la determinación biológica del sexo y comienza a utilizarse el término ‘género’, como una construcción socio-cultural ajena a la naturaleza humana. «La ideología de género niega la relevancia antropológica del sexo y maximiza la del género: el hombre es un puro animal cultural cuya biología no cuenta», subraya la propuesta de Vox.
El género es un «espectro borroso y fluido» que hace interminable el constante crecimiento del acrónimo LGTBI
Los firmantes de la proposición no de ley entienden que «la condición sexuada del ser humano es producto de una compleja interacción entre naturaleza y cultura; pero negar toda relevancia antropológica a lo biológico es declararle la guerra a la realidad». Hasta un tercio de los genes se expresan de forma distinta en hombres y mujeres, recuerdan.
Vox recuerda que esta negación de la realidad genética llevó a actuaciones como el experimento desarrollado por el doctor John Money, que concluyó en el trágico suicidio de un niño que, mutilado sexualmente por accidente, fue criado como una niña en los años 60 del pasado siglo.
Pero no acaban ahí las consecuencias, pues el rechazo del concepto del sexo llevó a que quepa una multiplicidad de ‘géneros’ infinita, de tal manera que se llega a lo que se califica como un «espectro borroso y fluido» que hace interminable el constante crecimiento del acrónimo LGTBI.
En esta transformación del feminismo en ideología de género es donde Vox encuentra que se localiza la auto destrucción del feminismo. La ideología de género «abóle los sexos» y «priva de sentido a la homosexualidad (si no hay sexos, no hay homosexualidad)».
Consecuencias de la ideología de género
Vox denuncia que la autodestrucción femenina derivada de la ideología de género no es sólo conceptual, sino que tiene consecuencias prácticas como que se hayan dado en cárceles y centros de acogida casos de agresiones sexuales contra mujeres perpetradas por hombres que dicen sentirse mujeres. También señala Vox cómo se han adulterado algunas competiciones deportivas femeninas con la incorporación de hombres autopercibidos como mujeres.
La ideología de género no solo afecta a los adultos. También es conocido el efecto que tiene sobre los menores, mediante las campañas de fomento de la llamada transexualidad infantil que constituyen «un grave peligro para la infancia».
Cada vez son más (se han multiplicado de forma sensible los casos en algunos países como Reino Unido o Estados Unidos) los menores que son sometidos a procesos de bloqueo de la pubertad y, en muchos casos a cirugías mutiladoras de los órganos de expresión sexual y a otras para simular el sexo pretendidamente autopercibido a edades muy tempranas.
Vox denuncia que todo lo expuesto con anterioridad está comenzando a suceder en España, por o que también aboga en su proposición no de ley por «garantizar la imposibilidad de los tratamientos hormonales y la cirugía de ‘cambio de sexo’ en los menores de edad. El tratamiento de los casos de disforia de género en menores debe ser exclusivamente psicoterapeútico».