“A los 13 años descubrí que me gustaban las niñas, sobre todo las más pequeñas, ahora que tengo 20 sé que las mujeres no me interesan. Desearía con todo mi corazón tener unos gustos sexuales normales, sé que no puedo hablar de cómo me siento, sé que necesito un terapeuta porque no puedo salir de esto por mí solo…. Pienso en el suicidio mucho”.
Miles de cartas como ésta llegan a la asociación de ‘pedófilos virtuosos’ cada día. Una asociación internacional que pretende ser un libro abierto para que la sociedad conozca qué hay detrás de la pedofilia.
Según esta web, los pedófilos sienten una atracción física-sexual hacía los niños, pero matizan que nunca han mantenido ni mantendrán una relación sexual con ellos, puesto que saben que está mal.
Los pedófilos quieren que se les reconozca como UNA»orientación sexual» y no como un trastorno psicológico
Aún así, no solo no se arrepienten de su atracción hacía los menores, sino que además demandan que la sociedad les reconozca y acepte tal como son.
Incluso apuntan a que se designe la pedofilia, no como un trastorno psicológico, sino más bien como “una orientación sexual”.
Demandan que la sociedad les reconozca y legalice con este argumento: “Si las leyes ignoran todo eso se seguirán produciendo como consecuencia más abusos sexuales a menores” . Y piensan que si la sociedad normaliza el concepto de pedofilia, el número de pedófilos convertidos en pederastas disminuiría.
Pero ¿no sería al revés? ¿No vendrían de la mano de la pedofilia la pederastia y el abuso sexual a menores? ¿No tendría un efecto pedagógico como otras leyes permisivas y despenalizadoras que ya hemos visto en Occidente en los últimos treinta o cuarenta años?
Quieren introducir en la agenda de la Ideología de Género de Naciones Unidas la pedofilia como una identidad sexual más
De hecho, eso es lo que pretenden muchos grupos pro-pedófilos. Y eso es lo que buscan colar en la agenda de Ideología de Género de Naciones Unidas, al incluir la pedofilia como una identidad de las muchas a las que da pie el pansexualismo.
No es casualidad que la primera asociación pro-pedófila surgiera en EEUU en los años 70, al calor de la revolución contracultural y de liberación sexual. Se trata de NABLA (Asociación americana de amor entre hombre y nino) que reivindicaba llevar la revolución sexual a los niños, es decir, legalizar el sexo con menores.
Pero el mismo carácter de la asociación creó repulsión en la sociedad y a día de hoy está casi extinguida.
Recientemente el fenómeno ha tenido una traducción política. En 2006, en Holanda, tres individuos fundaron el Partido del Amor Fraterno, de la Libertad y de la Diversidad (PNVD) que defendía la legalización de las relaciones sexuales con menores hasta los 12 años, la posesión de pornografía infantil y la zoofilia.
Su irrupción en la esfera política causó polémica en uno de los países más permisivos del mundo. De hecho, la justicia determinó que no cometían un delito y tenían la libertad de mantener su organización.
Partido del amor fraterno: «la prohibición sólo genera mayor curiosidad entre los más JÓVENES»
El Partido del Amor Fraterno establecía en su programa la necesidad de romper con el tabú en torno a la pederastia. Su argumento central era que una prohibición sólo genera mayor curiosidad entre los más jóvenes.
Desde sus filas defendían, además, que se programara pornografía en la televisión durante todo el día, limitando a la noche aquélla con contenidos violentos.
Sin apoyo popular, finalmente los mismos líderes del movimiento decidieron retirarse de la política a la espera de que la sociedad “madurara”.
En los Paises Bajos, también se fundó la asociación MARTIJN que buscaba la aceptación de relaciones sexuales entre adultos y niños. Para MARTIJN las relaciones sexuales deberían tener lugar en una «sociedad libre y humana», contra todas las autoridades.
Pero en abril de 2014, el Tribunal Supremo neerlandés, siguiendo el consejo de la Abogacía General del Estado, prohibió la agrupación Martijn «para respaldar así la integridad y dignidad del menor».
La pornografía en internet, cantera de nuevos adictos a la pedofilia
Ahora los pro-pedófilos vuelven a la carga, en parte porque numéricamente son más. La pornografía en internet genera nuevos adictos y éstos a su vez la promueven. Los expertos aseguran que son los pedófilos los principales distribuidores de este nocivo material.
Las redes sociales también les han servido para organizarse. Antes se creían solos, y ahora se comunican entre ellos, se intercambian material y pueden hablar sobre sus experiencias. Es decir, entre ellos, via online, ya han normalizado el lenguaje y su situación.
Tanto se ha llegado a normalizar la pedofilia en internet que ya existen varias asociaciones internacionales de pedófilos, con sus propios estatutos, que ofrecen datos de contacto para que individuos de todo el mundo puedan solicitar su admisión.
¿Puede generar este repunte de la pedofilia la proliferación de pederastas?
Lo primero que conviene aclarar es si ¿es lo mismo un pedófilo que un pederasta?
La asociación Americana de Psiquiatría les diferencia asegurando que los pedófilos sienten una atracción «sexual/amorosa» por un niño o por un adolescente, pero no tiene por qué ir ligada siempre al abuso sexual. En cambio, los pederastas pueden no sentir ningún tipo de atracción por los niños, pero ellos siempre recurren al abuso sexual.
La solución que proponen los pedófilos es intolerable para la Asociación Americana de Psiquiatría porque asegura que el pedófilo posee un perfil psicológico muy complejo e incurable.
La pedofilia deriva en la obsesión POR el sexo, la pornografía, EL exhibicionismo e incluso la zoofilia
La asociación describe al pedófilo como un varón que comienza a experimentar atracción hacia menores desde la adolescencia o pubertad generando un grave trastorno psicológico en su conducta psicosocial.
Esta atracción deriva en la obsesión por el sexo, la pornografía, el exhibicionismo, el voyeurismo, el froteurismo e incluso la zoofilia.
Además, apunta a que los pedófilos suelen tener una personalidad inmadura, problemas de relación o sentimientos de inferioridad que no les permitirían mantener una relación amorosa adulta en condiciones de igualdad.
También son individuos con trastornos narcisistas y frágil autoestima que enfocan su atención en los niños porque los pueden controlar y dominar.
Psiquiatras americanos: «El comportamiento de los pedófilos es crónico y no pueden modificar su conducta desviada»
Ante estos datos de carácter científico -no ideológico-, la Asociación Americana de Psiquiatras apunta a que el comportamiento de los pedófilos es crónico y por lo tanto resulta sumamente improbable que el sujeto pueda modificar su conducta desviada.
¿La sociedad aceptaría el abuso de menores?
Así las cosas, ¿querría la sociedad que se legalice y que se consienta la conducta de un pedófilo como algo natural?
Según el psiquiatra y activista provida, Jesús Poveda el debate sobre la normalización de la pedofilia es un tema muy complicado que necesita de muchos matices.
Jesús Poveda: «La respuesta ante el problema de la pedofilia es sin duda, una cuesta resbaladiza…»
Asegura que la sociedad puede llegar a límites insospechados, «podemos pasar por todo lo que se ponga en medio… incluso acabaremos en la zoofilia».
Por ello afirma que si se normalizara estaríamos «ante una cuesta resbaladiza…»
Para Poveda proteger la vida del menor es la principal batalla, por encima de todo, siendo así que como psiquiatra y médico ha dado su vida por ellos.
«Se debe proteger a los niños»
El problema de la pedofilia no son los que padecen ese trastorno sexual, sino más bien sus víctimas, los niños. «Los niños tienen el derecho y deben ser protegidos por los adultos» afirma la doctora en Psicología, Cristina Noriega, profesora en la Facultad de Medicina de la Universidad San Pablo – CEU.
«Si no protegemos a los menores, éstos tendrán unas huellas psicológicas, físicas y sociales que estarán presentes en la persona de por vida» añade.
Noriega es consciente de la diferencia que hay entre los pederastas y los pedófilos. «En la pedofilia la persona siente atracción sexual por los niños, pero no tiene por qué abusar de ningún menor o cometer delito alguno. En cambio, el pederasta sería un pedófilo que ha abusado sexualmente de un menor».
Cristina Noriega: «hay un salto muy grande entre establecer diferencias con la pederastia y querer ‘normalizar’ la pedofilia»
«Ahí entiendo que aquellos pedófilos que sientan una atracción involuntaria hacia un menor, pero logren controlar sus impulsos y no realicen ningún tipo de abuso a menores ni tampoco lleven a cabo ninguna conducta penada por la ley, quieran establecer una diferenciación para no ser etiquetados como pederastas«.
Sin embargo, cree que hay un salto cualitativo y cuantitativo muy grande entre establecer esta diferenciación y querer «normalizar» socialmente la pedofilia.
«Normalizar la pedofilia puede ser el primer paso para inhibir los obstáculos morales que pudieran tener algunos pedófilos y, por tanto, se incremente la probabilidad de que pasen a la acción».
Máxime teniendo en cuenta la fuerte presión de grupos pro-pedofilia que «pretenden que se derogue la ley en la que se establece la edad mínima para el consentimiento sexual o que se permita la pornografía infantil» apostilla la psicóloga.
Ese mismo peligro ve Amando de Miguel, catedrático emérito de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid, un especialista que lleva décadas estudiando los comportamiento sociales.
Aunque opina que este intento de normalizar la pedofilia no va a funcionar, el hecho de que se plantee le parece francamente preocupante.
Amando de Miguel: «Es un disparate… si seguimos así podremos llegar a legalizar el incesto, la zoofilia….»
«Creo que es un disparate, esta carrera no tiene fin pero no estamos ante un hecho aislado: parece que ahora estamos en un momento de a ver quien se inventa algo nuevo… si seguimos así podremos llegar a legalizar el incesto, la zoofilia….»
Para el sociólogo la pedofilia es una inmoralidad, «una degradación no natural», pero «al final las sociedades se decantan por un cierto orden, aunque siempre ha habido individuos con gustos insólitos, creo que al final la gran mayoría busca la estabilidad», concluye.
Gustavo Bueno: «Choca con la legislación civil y penal»
Gustavo Bueno, profesor de filosofía y presidente de la Fundacion DENAES para la defensa de la Nación Española, afirma para Actuall que «siempre habrá gente que intente promover situaciones límite como ésta».
«Pero creo que son conceptos que están vacíos, porque siempre ha habido intentos de normalizar depravaciones, como por ejemplo el incesto».
Señala que aunque se utilice el lenguaje para confundir a la sociedad, «la normalización de la pedofilia sigue chocando con la legislación civil y penal, y lo que es más importante, con los códigos morales y religiosos», por lo que no cree que la sociedad vaya a caer en su juego.
«Aunque siempre va a haber intentos para deshacer la población, los códigos éticos acaban teniendo más peso».
Francisco José Contreras: «Una sociedad que sacrifique la inocencia y el bienestar de los niños a nuestros vicios sexuales, no merecerá sobrevivir»
Francisco José Contreras, profesor de Filosofía del Derecho, sostiene en declaraciones a Actuall que la normalización de la pedofilia es «una preparación del terreno para la posterior legalización de la pederastia».
Aunque afirma que de por sí la atracción hacía un menor no es ilegal si no se materializa en actos, Contreras asegura que «esta atracción es una perversión que el sujeto debe intentar superar». Lo que deben hacer los que sientan esa inclinación es buscar ayuda profesional para corregir sus instintos.
Para Contreras, la protección al menor es algo primordial. «No se puede sacrificar la inocencia y el bienestar de los niños a nuestros vicios sexuales. Una sociedad que haga eso no merecerá sobrevivir»
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