La tenacidad suele dar frutos, sólo que, en lo que ha ocurrido los últimos días en España, la victoria del Frente Popular no es fruto únicamente de la tenacidad sino también de una vasta red de intereses creados en los que se entremezclan asquerosamente el odio de los separatistas, la ambición de Pedro Sánchez, el sectarismo de Pablo Iglesias, la ambición de un aldeano que vendió su voto a cambio de un buen fajo de billetes y ¡el colmo! la declaración de una desvergonzada que afirmó que le importaba «un comino» la gobernabilidad de España.
El caso es que la combinación de factores tan diversos pero coincidentes en un mismo objetivo es lo que ha colocado a España en una situación muy parecida a la de febrero de 1936.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraQuien lea las obras del historiador Pío Moa se convencerá de cómo, en aquellas elecciones sin la amalgama de socialistas, comunistas, separatistas y tipos de la misma ralea, la victoria se debió al fraude. Pío Moa ha demostrado con lujo de detalles como aquellas elecciones fueron fraudulentas puesto que se le dio la victoria a quienes habían sido derrotados.
Una vez dueño del poder, el Frente Popular decidió no soltarlo por las buenas y fue así como -a partir de aquel momento- empezó la represión en contra de los principales líderes de la oposición.
Fue así como asesinaron al diputado José Calvo Sotelo el 13 de julio de 1936 y al falangista José Antonio Primo de Rivera cuatro meses después.
Lo que vino después todos lo sabemos…
Pues bien, lo que está ocurriendo en estos momentos en España es una repetición de lo ocurrido en febrero de 1936.
Gracias a la falta de escrúpulos del socialista Pedro Sánchez, Podemos emerge ahora como el gran vencedor
Las pasadas elecciones del 10 de noviembre de 2019 no las ganaron los radicales de Podemos. Es más, en dichos comicios, la formación política de “El Coletas” obtuvo el peor resultado en los cinco años que lleva de vida.
Y sin embargo, gracias a la falta de escrúpulos del socialista Pedro Sánchez, Podemos emerge ahora como el gran vencedor. Traicionando sus propias promesas de campaña, a Pedro Sánchez no le importa caer en aquella contradicción de que “donde dije, digo, digo Diego”
Y fue tal su descaro que -a pesar de haber repudiado abiertamente a Iglesias- al socialista no le importó abrazarlo públicamente en un gesto que dio lugar a una fotografía histórica.
¿Qué irá a pasar en un futuro inmediato?
Desde luego que el gobierno que se está estrenando será muy diferente del socialismo que impuso Felipe González durante más de trece años.
Felipe González, con tal de no alarmar a la opinión pública, no solamente quitó la palabra “marxista” de los estatutos del PSOE, sino que favoreció a la iniciativa privada e incluso mantuvo una relación respetuosa con la Iglesia.
Se trataba de calmar, de adormecer para que las nuevas generaciones fuesen imbuidas por las ideas que llegaban. Fue entonces cuando se despenalizaron la droga y el aborto al mismo tiempo que se le daba un gran impulso a la pornografía.
Muy pronto se vieron los frutos: Cambió la mentalidad de las nuevas generaciones, cuyos miembros acabaron pensando de un modo diametralmente opuesto al de sus padres. Y lo peor del caso fue que los gobiernos centristas del Partido Popular que vinieron después mantuvieron la misma política.
Cuando José Luis Rodríguez Zapatero llega al poder debido a los atentados de Atocha (marzo de 2004) ya podían cosecharse los frutos. Fue por ello que le resultó relativamente fácil legalizar las uniones homosexuales, así como cualquier tipo de atentado al orden natural.
Zapatero cae en 2011 tras haber provocado una tremenda crisis económica. Le sucede Mariano Rajoy quien se dedica a mantener y consolidar las conquistas socialistas. Rajoy es derrocado por Pedro Sánchez, éste intenta subir al poder, fracasa y -al final- acaba entregándose en brazos de quien sabe que es uno de sus más acérrimos enemigos.
No hay duda: Se acaba de repetir la misma historia de febrero de 1936. La voluntad popular fue despreciada al darle el triunfo a los perdedores.
El Frente Popular está en el poder. Un Frente Popular que -a diferencia del “encantador” Felipe González- no respetará ni a la propiedad privada ni a la religión católica y-por supuesto- tampoco respetará a sus opositores, a los que intentará eliminar como lo hizo en 1936 a los pocos meses de haber llegado al poder.
Un Frente Popular que ha mostrado ya sus colmillos y del cual nada bueno puede esperarse.
Al tiempo…