El papa Juan Pablo II y el actual Sumo Pontífice Francisco. Actuall
El papa Juan Pablo II y el actual Sumo Pontífice Francisco. Actuall

La Jornada Mundial de la Juventud arrancan este miércoles con la llegada del Papa Francisco al país de origen de Juan Pablo II, creador de la JMJ, lo que convierte a la cita de este año en una de las más especiales de todas.

Polonia es uno de los países más católicos del mundo, que además este año ha cumplido 1050 años de su creación, cuando se convirtió al cristianismo. Exactamente en 966, en la Edad Media, el duque Mieczyslaw se casó en 966 con Dambrowka, hermana de Boleslao II duque de Bohemia, y aceptó el cristianismo, seguido por los nobles y el pueblo.

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Luego ha sido fiel a la doctrina cristiana, pese a ataques, invasiones, persecuciones y martirios que se prolongan hasta el siglo XX.

Bien lo sabe el Sumo Pontífice, que celebrará una misa en homenaje a esa fecha el jueves 28, concelebrada por decenas de curas locales.

Y es que la fe del país no sólo fue fundamental para su creación, sino que ha definido su historia a lo largo de los años, en especial durante el siglo XX. Una historia que ha puesto a prueba la fidelidad de la poblacion a sus principios, pero que nunca se ha visto quebrada.

Así lo ha demostrado Polonia frente a las dos grandes botas que han tratado de aplastarla: los totalitarismos nazi y comunista. Y ahora, de manera más sibilina, frente a otra dictadura encubierta, frente a otra forma de despotismo: las imposiciones ideológicas de la Unión Europea.

Adolf Hitler, Hermann Göring y Joseph Goebbels / Wikipedia
Adolf Hitler, Hermann Göring y Joseph Goebbels / Wikipedia

1. Nazismo: El Holocausto polaco

El 1 de septiembre de 1939 la Alemania nazi de Adolf Hitler invadió Polonia. En tan sólo ocho días llegaron a la capital y tomaron el país bajo su control. El objetivo del dictador era suprimir todo lo relacionado con la cultura polaca, con especial incidencia en la poblacion judía, y expandir el territorio alemán hacia el este.

Estimar la cifras de muertos es muy complicado, pero se calcula que más de 100.000 fallecieron a manos de los nazis

Auschwitz es el mayor ejemplo del exterminio que sufrieron los judíos. Estimar la cifras de muertos es muy complicado, pero se calcula que más de 100.000 fallecieron a manos de los nazis.

2. Comunismo: La dictadura de la URSS

Pero no menos sangrienta e implacable fue la dictadura soviética. Comenzando por la masacre de Katyn, asesinato en masa de más de 21.000 polacos, de los cuales 8.000 eran prisioneros de guerra, en los bosques de Katyn, en abril y mayo de 1940, tras la invasión soviética.

 

Lenin y Stalin, dictadores soviéticos / Wikimedia
Lenin y Stalin, dictadores soviéticos / Wikimedia

Pero después de la Guerra, vinieron casi 50 años de tiranía soviética, con gobiernos títeres que obedecían las órdenes directas de Moscú. La falta de Justicia, el Partido Único, la obediencia de los líderes a Stalin y la continua violación de los Derechos Humanos llevaron al pueblo polaco al límite, pero su resistencia fue mayor de lo esperado.

Nada de ello mermó ni las energías de los polacos ni la fe cristiana, que se seguía practicando pese a la persecución, gracias al valor de pastores como el cardenal Stefan Wyszynski, símbolo de la resistencia frente al comunismo. 

Polonia fue el primer país del Telón de Acero que se enfrentó exitosamente a la URSS, con la aparición del sindicato Solidaridad, en Gdanks, en 1980

De hecho, Polonia fue el primer país del Telón de Acero -tras los fracasados intentos de Hungría, 1956 y Checoeslovaquia, 1968- que se enfrentó exitosamente a la Unión Soviética, con la aparición del sindicato Solidaridad, los astilleros de Gdansk, en 1980. Su actuación, bajo la batura de Lech Walesa, fue decisiva para que terminara cayendo el comunismo en Polonia. 

Lech Walesa, durante la campaña presidencial de 1989.
Lech Walesa, durante la campaña presidencial de 1989.

Todo ello hubiera sido imposible sin el nombramiento sólo año y medio antes, en octubre de 1978, de Juan Pablo II, el primer papa polaco. Su visita a su país natal en 1979, se puede considerar como el principio del fin de la caída del Muro, que se produciría diez años más tarde.

San Juan Pablo II: “Sin Cristo, uno no puede comprender la historia de Polonia”

Hubo, por supuesto, factores económicos -el socialismo real resultó ser insostenible, geoestratégicos -con la presión del bloque occidental- y políticos -con el papel jugado por Reagan o Margaret Thatcher-. Y la propia crisis interna de la gerontocracia soviética. Pero no se puede desdeñar el factor religioso: Juan Pablo II se erigió en el gran campeón de los derechos humanos y de la libertad. 

Como diría más tarde el propio pontífice:  “Sin Cristo, uno no puede comprender la historia de Polonia”.

3. La Unión Europea, despotismo sibilino

Por coherencia geográfica, Polonia pasó a formar parte de la Unión Europea en 2004. Parecía que su libertad religiosa estaba a salvo, pero según ha pasado el tiempo las ideas liberticidas de la Unión chocaban con los principios del país católico.

Polonia y Hungría se han convertido en una china en el zapato de la UE, porque no aceptan las injerencias de Bruselas

La Polonia de la primera ministra Beata Szydło y la Hungría de Viktor Orban se han convertido en una china en el zapato de la UE, porque no están dispuestas a aceptar las injerencias de Bruselas en su soberanía, ni las imposiciones en cuestiones ideológicas, como el aborto o el matrimonio homosexual.

primera ministra Beata Szydło se niega a despenalizar el aborto, Flickr
primera ministra Beata Szydło se niega a despenalizar el aborto, Flickr

El último episodio fue el intento del comisario europeo de Derechos Humanos instando Varsovia a que despenalizara el aborto y eliminara la objeción de conciencia para los médicos. Pero el Gobierno de Beata Szydło no aceptó esa injerencia y dijo No a la ofensiva abortista.

Polonia tiene una de las leyes despenalizadoras más restrictiva de Europa y la aplica tan a rajatabla que sus índices de mortalidad por abortos ilegales son los más bajos del Continente. Y la Conferencia Episcopal está presionando para que se dé un paso más y se llegue al aborto cero. 

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