Cáceres elaborará un código de buenas prácticas para evitar conductas irrespetuosas entre las personas que asistan a contemplar las procesiones de la Semana Santa cacereña, declarada de Interés Turístico Internacional. Las recomendaciones de comportamiento, recogidas en un pequeño díptico, se difundirán antes de los recorridos de los cortejos procesionales.
No hablar ni hacer ruido, no comer pipas ni tirar las cáscaras al suelo, no cruzar entre el cortejo o no utilizar el flash a la hora de hacer fotos o grabar vídeos son algunos de los consejos que se incluirán en este manual, que pretende concienciar a los cacereños y visitantes de la importancia de que las procesiones transcurran con el recogimiento que requieren para ensalzar la riqueza patrimonial de las imágenes y respetar la libertad religiosa.
Así lo ha adelantado el alcalde de la capital cacereña, Luis Salaya, tras la reunión que ha mantenido este martes con el mayordomo de la Cofradía del Cristo Negro, Alonso Corrales, una de las más emblemáticas de la ciudad y la que más público atrae en la medianoche de cada Miércoles Santo, cuando la imagen sale de la concatedral de Santa María para recorrer un circuito por el recinto amurallado de casi tres horas de duración.
En este caso, la procesión se desarrolla con un gran recogimiento de sus cofrades, los cuales realizan el recorrido en absoluto silencio y con la única iluminación de sus antorchas, por lo que Corrales ha propuesto también que se adecue la iluminación del recorrido para poder «escenificar» mejor el cortejo de esta talla.
La seguridad de las personas que acuden a ver pasar la procesión es otro de los asuntos que se han tratado en el encuentro, en el que han participado también el concejal de Patrimonio, José Ramón Bello, y el de Turismo, Jorge Villar.
Corrales ha explicado, en declaraciones a los medios tras el encuentro con el regidor, que cada año son más las personas que se concentran en el recorrido de la procesión hasta el punto de que la Policía Local ha tenido que restringir la entrada al casco antiguo en alguna ocasión.
No obstante, este asunto se abordará en las fechas próximas a la Semana Santa para diseñar el dispositivo de seguridad a seguir para evitar aglomeraciones, así como la limpieza del recorrido de las procesiones.
Por su parte, Salaya ha considerado que la labor de las cofradías de la ciudad es «fundamental» para conservar el patrimonio cultural y ha destacado la tarea que realizan al preservar en buen estado tallas «muy importantes» como la del Cristo Negro, que sirve en muchas ocasiones como embajadora de la ciudad.
Respecto a la elaboración del código de buenas prácticas, el alcalde ha incidido en que la gente que acude a ver las procesiones debe conocer ciertas reglas para que, dentro de la libertad de cada uno, «sepa que eso no se hace así» y se respete la participación de los cofrades para ensalzar la Semana Santa cacereña, que cada año recibe más visitantes para conocer sus desfiles procesionales.
Este año, además, a los ya habituales del calendario se suma la Procesión Magna que se organiza cada cinco años y que reunirá, en la tarde del Viernes Santo, a todas las cofradías de la ciudad, que participan con alguna de sus imágenes.
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