Ir a una universidad para un católico que no quiera pasarse sus años en el campus disimulando su identidad, puede llegar a ser una tarea hartamente complicada. No son pocos los casos en los que el laicismo militante y la intolerancia se han llevado al límite.
No siempre están dirigidos a los católicos o, más ampliamente a los cristianos per se, pero sí muchas veces a actividades iniciativas o comportamientos que tienen que ver con el sistema de creencias cristiano que hoy es combatido de múltiples formas.
En la Universidad de Granada hubo presiones para que se eliminara el tradicional belén de Navidad; en una universidad escocesa no permitieron la creación de un grupo provida nada menos que en nombre de la libertad; en Canadá, el puesto de trabajo de un profesor está en peligro porque se niega a usar el pronombre neutro para dirigirse a personas transexuales.
También se ha llegado a expulsar a un alumno por discrepar de la equiparación del matrimonio a las uniones entre personas del mismo sexo. En Princeton se prohibió la palabra «hombre» por miedo a ofender y en Harvard, Aurora Griffin tuvo que luchar con el intento de celebración de una ‘misa’ satánica, que finalmente notuvo lugar, entre otras razones por su implicación personal en el asunto.
Griffin ha logrado sintetizar algunas claves a la hora de afrontar la vida universitaria sin miedo a perder los principios
«Cómo seguí siendo católica en Harvard»
Para superar este tipo de vicisitudes, y alejar los miedos de los padres católicos a que sus hijos pierdan la fe en sus años universitarios, Aurora Griffin escribió un libro en el que narra cómo fue capaz de mantener su identidad católica como alumna en Harvard, donde llegó a ser presidenta de la Asociación Católica de Estudiantes.
En ‘Cómo seguí siendo católica en Harvard. 40 consejos para universitarios fieles’ (Ignatius Press, EEUU), Griffin ha logrado sintetizar algunas claves a la hora de afrontar la vida universitaria sin miedo a perder los principios, pero abierta al diálogo, base del ser universitario.
Griffin explica su experiencia puntualizando que, pese a sus propios miedos a quedar marginada, su experiencia no fue tan terrible como suponía antes de llegar al campus de Harvard.
Sea como fuere, sus vivencias están teniendo mucho eco en comunidades universitarias católicas de medio mundo, desde que se publicara su libro el pasado mes de septiembre en los Estados Unidos.
Comentarios
Comentarios