La marcada identidad de Suiza está en peligro ante la ofensiva de los islamistas de imponer sus costumbres en el país. En un estado de ocho millones de habitantes en los que los seguidores de Mahoma son unos 400.000, un 5% de la poblacion total, la lucha de los suizos por mantener su tradicional estilo de vida se prevé muy dura.
Un ejemplo de esta batalla cultural se ha producido en la región de Basilea donde en un centro de enseñanza de la localidad de Therwil han permitido a dos alumnos musulmanes no tener que estrechar la mano al profesor tal y como se suele hacer en Suiza si éste es mujer.
Los jovenes musulmanes afirmaron el islam no les permite tener contacto físico con mujeres que no sean o su esposa o miembros de su familia, motivo por el cual se negaban a cumplir las normas de tener que estrechar la mano a sus profesoras.
El centro educativo accedió a esta exigencia y se ha justificado asegurando que han permitido esta actitud discriminatoria a pesar de no ser algo del “todo satisfactorio”. Además, las autoridades educativas han preferido mirar para otro lado para no tener que enfrentarse a esta polémica con los musulmanes.
Las exigencias se están extendiendo a otros centros escolares
El problema, lejos de resolverse, se está extendiendo y otros alumnos de religión islámica han actuado de la misma manera en una escuela de Muttenz. Los profesores temen que de no atajarse con contundencia este asunto se expanda rápidamente por el país.
Distintas voces políticas alertan de estas «excepciones» permitidas a los musulmanes ante el riesgo de que creen una «sociedad paralela»
Mientras tanto, las asociaciones que representan a los profesores se han rebelado contra la dirección de estos centros por favorecer la “discriminación contra las mujeres”. Lo mismo ocurre con los directores de otros centros, como Christoph Eymann, que de manera contundente afirma que “no podemos tolerar que las mujeres sean tratadas de manera diferente a los hombres en el servicio público”, tal y como recoge Le Figaro.
Esta misma preocupación ha llegado al Parlamento suizo donde el diputado Felix Muri, presidente de la Comisión de Ciencia, Educación y Cultura de la Cámara se ha mostrado muy preocupado con estas “excepciones” permitidas a los musulmanes puesto que podría derivar en que creen una “sociedad paralela que no forma parte de nuestra cultura”.
Musulmanes moderados piden no acceder a las pretensiones de estos alumnos: «No estamos en Arabia Saudí»
También algunos musulmanes se han manifestado duramente contra sus hermanos. Saida Keller-Messahli, presidenta del Fórum por un Islam Progresista indica que “no estamos en Arabia Saudí y no hay que ceder a las demandas de los extremistas pues esto significa abrir la puerta a todas las demandas del islam político”.
No es la primera vez que los musulmanes están inmersos en la polémica en Suiza. La polémica de los minaretes dio la vuelta al mundo y los suizos decidieron en referéndum que se prohibiera la construcción de estas torres de las mezquitas.
En 2009 un 57% de la poblacion apoyó la moción que impedía la instalación de minaretes porque eran un “símbolo aparente de una reivindicación político-religiosa del poder, que cuestiona los derechos fundamentales».
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