El arzobispo de La Plata, Héctor Aguer, está siendo víctima de una campaña por denunciar sin ambages la “banalización del sexo” en la sociedad así como los ataques a la familia mediante la adopción de parejas homosexuales.. Puso como ejemplo también el reparto de 450.000 preservativos en la Villa Olímpica durante los JJOO de Río de Janeiro.
“La deshumanización del eros, que por su propia naturaleza es carnal y espiritual, comienza con el descarte del pudor, de la honestidad, de la modestia, del recato. En estos valores cifra la plena humanidad de la actuación sexual, que no se exhibe obscenamente ni en sus preparaciones”, afirmó el arzobispo argentino.
Rápidamente, Claudio Avruj, secretario de Derechos Humanos de Argentina afirmó que las palabras de monseñor Aguer “merecen el rechazo de todos” por su “posición autoritaria” y “antidiscriminadora”. Además, ha anunciado que el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo estudia medidas contra el obispo.
De este modo, Avruj ha indicado que le “parece bien que las organizaciones de derechos humanos y la sociedad civil salgan y le contesten” porque “no se puede dejar pasar esto, que es una provocación”.
El representante gubernamental ha afirmado además que “el Estado marca una agenda de derechos humanos, marca pautas. Estas declaraciones no hacen más que ratificar lo que nosotros entendimos como una necesidad, que es crear una dirección nacional de políticas sobre diversidad sexual porque hay una brecha muy grande entre el marco legal y la realidad”.
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