En la noche del 6 de octubre, un grupo de desconocidos prendieron fuego a la zona del altar y robaron las donaciones de la iglesia católica caldea de Santa Bárbara en Las Vegas, Estados Unidos.
El párroco, Ray Sarkees, dijo a ACI Prensa que el ataque contra el templo “no está relacionado” al tiroteo perpetrado por un hombre de 64 años el 1 de octubre en un concierto de música country, que dejó unos 58 muertos y más de 500 heridos.
El padre Sarkees explicó que la iglesia de Santa Bárbara está ubicada en una zona comercial donde los indigentes suelen realizar actos vandálicos contra las tiendas casi todas las semanas. Sin embargo, aclaró que la policía aún no ha encontrado a los culpables ni las causas del ataque contra el templo.
Los delincuentes forzaron una de las puertas laterales e ingresaron a la iglesia aproximadamente a las 10:00 p.m, hora local. Sarkees señaló que prendieron fuego “a la zona del altar, a las sillas y al almacén. Pero se activó el sistema contra incendios que apagó el fuego”.
También encontraron que los ladrones arrojaron al suelo los cálices, algunas vestimentas, las velas y los equipos de sonido. Además, rompieron las vitrinas donde se guardaban las biblias y otros documentos.
El sacerdote aseguró a ACI Prensa que “las hostias consagradas no sufrieron ningún daño”.
El padre Sarkees celebró una Misa de reparación en un altar improvisado en el corredor central del templo
El padre Sarkees comentó que el ataque “es una situación triste” y dijo que el domingo 8 de octubre él celebró una Misa de reparación en un altar improvisado en el corredor central del templo. “La comunidad parroquial asistió y nos expresaron su apoyo”, manifestó.
Destacó que después de la celebración de la Eucaristía, la iglesia permanecerá cerrada hasta que culminen los trabajos de restauración y que se han cancelado las actividades programadas hasta nuevo aviso.
Sarkees lanzó el 7 de octubre una campaña Gofundme para recaudar 50.000 dólares y así costear la reparación del templo. Hasta la fecha han reunido más de 10.000 dólares.
“Debemos continuar rezando y pidiéndole a Dios paciencia y guía para sobrellevar este tiempo de prueba”, escribió.
*Este artículo ha sido publicado en ACI Prensa por María Ximena Rondón.
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