“Los mismos que defendieron las concentraciones feministas del pasado 8 de marzo, no pudieron soportar que que un grupo de fieles aplaudiera emocionada la imagen de su patrona. Nos alegramos de que la Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana haya cedido a la presión ciudadana y haya puesto algo de cordura frente a los intentos de la izquierda de prohibir cualquier manifestación religiosa en público”, manifiesta el portavoz de MasLibres.org, Antonio Velázquez.
Y es que casi 63.000 ciudadanos apoyaron la campaña ‘La izquierda criminaliza al cardenal Cañizares’ difundida por MasLibres.org para solicitar a Delegación del Gobierno que desestimara la denuncia presentada por el Ayuntamiento de Valencia.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraLa Policía Local y la Policía Nacional cerraron la basílica por «supuestamente» haber incumplido las normas de seguridad del estado de alarma
“Lo único que pretendía el consistorio valenciano era reinterpretar las normativas y utilizarlas para restringir los derechos fundamentales de los cristianos y criminalizar al arzobispo”, explica el portavoz de la plataforma que defiende la libertad religiosa.
El pasado 10 de mayo, durante el estado de alarma, con motivo de la festividad de la Virgen de los Desamparados, el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, abrió las puertas de la catedral y sin sacar la estatua de la Virgen, la mostró a los fieles que en esos momentos pasaban por la plaza.
La Policía Local y la Policía Nacional cerraron la basílica tras la amenaza de denuncia del concejal de Seguridad Ciudadana de Valencia, Aarón Cano, por supuestamente haber incumplido las normas de seguridad del estado de alarma.
“La izquierda ha tomado una deriva totalitaria que pretende socavar algunos de los derechos más básicos de los ciudadanos, como en este caso la libertad de culto y la interrupción de varias misas durante el estado de alarma o la denuncia contra el arzobispado de Valencia eran claros ejemplos de intentar amedrentar a los creyentes”, concluye Velázquez.