
La fiscal Marisa Morando ha redactado un escrito para oponerse al recurso presentado por la portavoz de Ahora Madrid, Rita Maestre, que ha suscitado muchas críticas entre la extrema izquierda, sobre todo a través de las redes sociales.
Entre ellas, la de la propia condenada, quien considera que el escrito «dice más de quien lo escribe que de quien está tratando de hablar».
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahora¿Y qué ha dicho la fiscal para tanto revuelo? Que «es obvio que las señoritas están en su derecho de alardear de ser putas, libres, bolleras o lo que quieran ser, pero esa conducta realizada en el altar, espacio sagrado para los católicos al encontrarse allí el Sagrario, lugar donde según sus creencias se encuentra su Dios, implica un ánimo evidente de ofender”.
Es decir, nada que no dijese ya en el juicio y por lo que fue condenada Maestre a una multa de 4.320 euros.
«Es un ejercicio lamentable que grupos universitarios pretendidamente liberales y progresistas quieran imponer sus ideas»
Y es que según la fiscal el asalto a la capilla de la Complutense no fue una protesta pacífica si se tiene en cuenta que entraron por la fuerza unas 20 ó 30 treinta personas después de que el capellán les impidiese la entrada y le apartasen de un empujón.
En su escrito, la fiscal insiste en que «es un ejercicio lamentable que grupos universitarios pretendidamente liberales y progresistas quieran imponer sus ideas y sus pretensiones por la fuerza atacando a quienes no les han atacado. Y es un ejercicio de cinismo pretender amparar esa conducta en el ejercicio de la libertad de expresión», según publicó La Razón que ha tenido acceso al escrito.
Morando continúa con un repaso de los hechos y destaca también la intencionalidad de quedarse en sujetador en un lugar sagrado para los católicos: «En la playa es normal estar sin sujetador para broncearse todo el cuerpo. Pero era un templo, no una playa. En el presente caso, la conducta de la acusada, quedándose en sujetador, traspasa lo que podría ser una falta de protocolo o de saber estar. Esa falta de protocolo y falta de saber estar, sería que se quedase en sujetador en un pleno del ayuntamiento o quedarse en sujetador en una recepción oficial. Pero eso no lo ha hecho, seguramente porque respeta esos actos y lo que representan».
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