Que Francia tiene un serio problema en el interior de sus fronteras es una obviedad. Los últimos atentados islamistas que han asolado el país han sido perpetrados por terroristas nacidos en Francia, nacionales que quieren destruir Francia e instaurar el califato. Y el sacerdote Jacques Hamel es sólo la última víctima de esta oleada de atentados.
Pero a pesar de la situación de alerta general, la dictadura de lo políticamente correcto impide que se denuncie que Francia debe solucionar un grave problema interno con el islam. Todo el que se atreve a cuestionar el problema del islamismo en Europa es rápidamente reprobado y tildado de islamófobo por la clase política francesa.
Sin embargo, no pasa lo mismo con los católicos ni siquiera tras el reciente asesinato de uno de sus sacerdotes. Y lo que la corrección política o simplemente el miedo impide a los políticos hablar del islamismo es justamente lo contrario cuando se refiere a la Iglesia Católica.
Qué se lo digan al cardenal arzobispo de París, André Vingt Trois, que está siendo duramente atacado por su homilía por el descanso del sacerdote Jacques Hamel. Los políticos que callan ante las barbaries islamistas han acusado abiertamente de “violento y homófobo” al obispo francés.
Diputados, exministros y líderes políticos de la izquierda han arremetido e insultado al prelado por el simple hecho de denunciar la deriva de Europa, la falta de valores y la “legalización de la desviación”. Una Europa sin rumbo siempre será más vulnerable. Su homilía no contenía ni insultos ni contenidos agresivos pero sirvió de pretexto para que se mostrara la verdadera cara de los políticos franceses.
La exministra Roseluyne Bachelot habla de la «violencia sin precedentes» de la homilía del cardenal Vingt Trois
De este modo, la propia portavoz del Partido Socialista, Corinne Narassiguin, ha llegado a asegurar que está “indignada” por la forma en la que el obispo “denunció el matrimonio homosexual en un sermón sobre la esperanza ante el terrorismo” a pesar de que Ving-Trois no hizo mención explícita sobre este asunto.
Más agresiva se mostró la exministra centrista Roselyne Bachelot, que ha denunciado la “violencia sin precedentes” de la homilía del cardenal parisino. También quiso añadir su granito de arena la senadora de Los Verdes, Esther Benbassa, que ha tildado de “indignas” las palabras pronunciadas por Vingt-Trois.
Especialmente movilizados se han mostrado los socialistas. El adjunto a la alcaldía de París, Emmanuel Grégoire, ha calificado a través de Twitter sus palabras como algo “vergonzoso, indigno de su cargo y contrario” a lo que dice el Papa Francisco. El también político socialista, Jean-Luc Romero ha afirmado: “¿Se habrá dado cuenta de la violencia de sus palabras? Lejos del ‘quién soy yo para juzgar’”.
La Conferencia Episcopal de Francia sale en defensa del arzobispo: «Vingt Trois ha tenido el valor de decir lo que él cree. Esta controversia es una ilustración perfecta de lo que ha descrito el cardenal»
El entorno del cardenal e incluso la Conferencia Episcopal de Francia han salido en su defensa ante la cascada de insultos a través de las redes sociales y auspiciado por los representantes políticos. “Vingt Trois ha tenido el valor de decir lo que él cree. Esta controversia es una ilustración perfecta de lo que ha descrito el cardenal”, ha indicado Vincent Neymon, portavoz de los obispos franceses.
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