Monseñor Mogilev Tadeusz Kondrusiewicz, arzobispo de Minsk-Mogilev y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Bielorrusia. / Catholic.by - Vitaly Palinevsky.
Monseñor Mogilev Tadeusz Kondrusiewicz, arzobispo de Minsk-Mogilev y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Bielorrusia. / Catholic.by - Vitaly Palinevsky.

Este lunes 31 de agosto, guardias fronterizos de Bielorrusia negaron la entrada a monseñor Mogilev Tadeusz Kondrusiewicz, arzobispo de Minsk-Mogilev y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos del país. En declaraciones a Catholic.by, el portal oficial de la Iglesia Católica en Bielorrusia, el obispo auxiliar de Minsk-Mogilev, monseñor Yuri Kasabutsky, confirmó que su arzobispo estaba regresando de un viaje de negocios al extranjero.

“En el cruce fronterizo de Kuznica Bialystok-Bruzgi, los guardias fronterizos de la República de Bielorrusia negaron la entrada al país sin explicación al jefe del Episcopado católico bielorruso”, declaró.

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En un mensaje posterior, el obispo auxiliar confirmó que no se dieron comentarios oficiales sobre las razones por las que se le negó la entrada.

Monseñor Kasabutsky hizo un llamado al clero, a las personas consagradas y a los fieles, para que oren “por nuestro pastor, para que el Señor lo apoye en el momento de la prueba y le permita regresar a su rebaño lo antes posible”.

“Por la experiencia de nuestros antepasados, quienes durante la persecución nos transmitieron el tesoro de la fe como el mayor valor, sabemos que la oración tiene un poder que todo lo conquista. Por lo tanto, les pido que oren incansablemente por la Iglesia Católica en Bielorrusia, por nuestra Patria y por todo el pueblo bielorruso, para que el Señor misericordioso, a través de la representación de Nuestra Señora de Budslau, nos salve de todo mal y envíe Su gracia en todas nuestras necesidades”, añadió.

El arzobispo de Minsk-Mogilev, monseñor Kondrusiewicz, es un ciudadano bielorruso nacido en una familia de etnia polaca. Recientemente se pronunció en defensa de los manifestantes después de una disputada elección presidencial el pasado 9 de agosto. 

La semana pasada exigió una investigación sobre los informes de que la policía antidisturbios bloqueó las puertas de una iglesia católica en Minsk mientras retiraba a los manifestantes de una plaza cercana.

Asimismo, el 19 de agosto, rezó en el exterior de una prisión donde manifestantes arrestados habrían sido torturados.

Bielorrusia, un país de 9.5 millones de habitantes que limita con Rusia, Ucrania, Polonia, Lituania y Letonia, ha sido escenario de protestas generalizadas desde que Alexander Lukashenko fue declarado ganador de las elecciones presidenciales con el 80% de los votos. 

Los funcionarios electorales dijeron que la candidata de la oposición, Sviatlana Tsikhanouskaya, obtuvo el 10% de los votos. Estuvo detenida varias horas después de quejarse ante comité electoral y huyó a Lituania. 

Además, la Policía arrestó a miles de manifestantes que exigían un recuento de votos. A pesar de la severa represión, las protestas han continuado en todo el país. 

El 21 de agosto, Mons. Kondrusiewicz se reunió con el ministro del Interior, Yuri Karaev, para expresar su preocupación por la dura respuesta del Gobierno a las protestas. 

Lukashenko es presidente de Bielorrusia de 1994, tres años después de que el país declaró su independencia de la Unión Soviética.

Los católicos son la segunda comunidad religiosa más grande de Bielorrusia después de los cristianos ortodoxos, que comprenden aproximadamente el 15% de la población.

El Papa Francisco pidió justicia y diálogo en Bielorrusia después del rezo del Ángelus el 16 de agosto.

En su declaración de este lunes, monseñor Kasabutsky llamó a los sacerdotes a celebrar “la Santa Misa con una intención de oración por nuestra Patria, la Iglesia Católica en Bielorrusia y nuestro arzobispo”.

“Pido la participación de tantos creyentes como sea posible en las Santas Misas, el culto de los Santos Dones y otros servicios de adoración en templos y capillas. También los invito a reunirse en las cruces y capillas de los caminos y en las casas para rezar el Rosario, la Corona a la Misericordia de Dios y otras oraciones conjuntas”, acotó.

Finalmente, el Obispo Auxiliar recordó que, siendo “un momento difícil para todos”, es tiempo de “movilizarse en la oración” y “apoyarnos en cualquier situación, porque somos una gran familia”.

.* Publicado originalmente en ACI Prensa.

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