Tradicionalmente, los misioneros solian ser pintados con sotana blanca, tez blanca y barba. Durante dos siglos, misioneros franceses, belgas, italianos, españoles extendían el catolicismo por el Continente Negro (igual que los misioneros del Imperio Británico extendían el anglicanismo)…
Pero eso ha cambiado en las últimas décadas. Ahora los misioneros de tez oscura son los que vienen a la Vieja Europa a extender el cristianismo (tanto el catolicismo como el protestantismo).
El cristianismo, nacido en un rincón de Oriente Medio, ha sido durante siglos europeocentrista y tanto Oceanía, como África, Asia y América han sido tierras de misión, de expansión el Evangelio.
En el caso de la Iglesia católica, sus dos principales ‘pulmones’ han sido Europa y la América hispana. Pero esto está cambiando.
En 1950, el 80% de los cristianos de todo el mundo estaban en los pises occidentales. En 2025 se prevé que al menos el 50% estén repartidos entre África, Hispanoamérica y algunos lugares de Asia.
Este hecho, sumado a la descristianización de Europa y al invierno demográfico que merma de forma constante su población, está provocando un fenómeno nuevo conocido como el de los «misioneros inversos».
Desde hace años, en España es muy frecuente en algunas diócesis especialmente carentes de vocaciones, no es complicado cruzarse en las calles de determinados pueblos y encontrarse en las sacristías a sacerdotes o pastores proveninetes de países africanos, hispanoamericanos o incluso asiáticos.
En Londres ya hay al menos 200 iglesias de mayoría negra
También para atender a las comunidades de inmigrantes culturalmente más lejanas a los países en las que se han instalado, como pueda ser la china, que alcanza porcenytajes de concentración altísimos en determinadas ciudades o barrios como el de Usera en Madrid.
Tal y como se recoge en el diario El Mundo este domingo, este es un fenómeno que se da en toda Europa. En Londres, por ejemplo, se ha dejado notar la presencia de pastores nigerianos que un día fueron evangelizados por los anglicanos y que hoy hacen lo propio con los habitantes de la city.
Tan es así, que llegan entrenados con estrategias «que superen los prejuicios culturales y raciales, para intrentar ofrecer una imagen integradora«. Y en esa labor, también juega un papel la música y el poder de atracción de los coros parroquiales de estilo gospel.
«Gran Bretaña nos trajo el evangelio en el pasado. Ahora, por la providencia de Dios, estamos aquí cuando el cristianismo sufre un gran desafío«, explica a la revista Quartz un pastro etíope-británico que vivie en Londres, donde ya hay más de 200 iglesias de mayoría negra.
Esta tendencia, que probablemente irá a más, aún no ha inclinado la balanza del todo. En el caso de la Iglesia católica, África envía a otras partes del mundo a más de 2.500 misioneros, mientras que sigue siendo el lugar de destino de cerca de 15.000.
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